No solo los actores hispanos buscan su futuro en Hollywood. Los directores de cine también han respondido al llamado que le hace la meca del cine. Tal vez de todos los que triunfan en esa tierra de ensueños, sean los directores a quienes deberíamos asignar mayor importancia, pues son ellos quienes logran con mayor claridad cambiar el rol de consumidores que nos asigna Hollywood al de participantes. Los directores son quienes tienen la mayor posibilidad de influir en la industria cinematográfica mundial, pues participan en la toma de decisiones.
Recientemente un grupo de hispanos ha logrado conquistar ese espacio tan importante y poco a poco han logrado cambiar en cierta medida la cara del cine que se hace desde la Costa Oeste de los Estados Unidos. Tal vez su cine no sea reflejo de los problemas del Continente tal como algunos esperan que siempre sea el caso de las obras de los hispanos, pero lo que no se puede negar es que esas obras son resultado de un talento del que nos debemos sentir orgullosos. Me refiero a Alejandro González Iñárritu, Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro y Alejandro Amenábar. Hoy hablaremos de los dos últimos.
Desde el comienzo de su carrera, Amenábar mostró en su obra un conocimiento detallado de la manera de hacer cine en los Estados Unidos. Tesis (1996), la obra que lo catapultó a la fama, tomaba mucho prestado de lo mejor del cine norteamericano y esto no paso desapercibido para quienes hacen vida en Hollywood. En el año 2001 se hace un remake de su película Abre los ojos y ese mismo año debuta en las Grandes Ligas con Los otros, un largometraje protagonizado por Nicole Kidman y producido por Estados Unidos, España y Francia. Amenábar regresa a los Estados Unidos para realizar Ágora, una hermosa película sobre la filósofa Hipatia de Alejandría. Actualmente se encuentra en post-producción para una película escrita por él llamada Regression y que será protagonizada por Ethan Hawke y Emma Watson. Amenábar es discreto con sus proyectos y no parece caer víctima de la necesidad de fama que suele acompañar al quehacer Hollywoodense.
Guillermo del Toro es tal vez un caso muy interesante, pues su versatilidad a la hora de trabajar solo puede ser comparada con su imaginación. Ha sido escritor, director de cine y televisión, productor de revistas y juegos de video así como asesor de variados proyectos. Su participación en el cine norteamericano ha sido de alto perfil con obras de presupuestos descomunales. Su primera película en ingles fue Mimic (1997), un instantáneo éxito de taquilla y luego la segunda parte de Blade II (2002). En el año 2004 llegó Hellboy, película que ya iría consolidando la fama de del Toro como un Director ocupado en los temas que hacen a la fantasía colindar con el terror. El cine de del Toro es habitado por monstruos y humanos quienes se ven obligados a convivir. Es justo de esta convivencia que surgen las típicas tramas de este Director mexicano.
En el año 2013 llegó uno de sus proyectos más esperados. Pacific Rim es una película hecha desde el profundo amor que del Toro siente por las películas del género Haiku (películas japonesas de monstruos). Esta, sin duda su obra más “industrial”, cuenta la historia de un portal que se encuentra en lo más profundo del mar y por el que pueden entrar desde otra dimensión, monstruos gigantes que atacan a la tierra. Este híbrido de Lovecraft con Godzilla, cuya segunda parte ya ha sido anunciada, ha establecido a del Toro como el Rey de un tipo de cine para un público adolescente u obsesionado con los temas que allí toca el mexicano.
Actualmente del Toro trabaja en un proyecto que ha sido detenido y recomenzado varias veces: una adaptación cinematográfica de At the Mountains of Madness, una de las mejores novelas de Lovecraft. No sabemos aún si esta película se realizará o no, pero del Toro no deja de trabajar en ella.
Ya sea como actores o directores, es imposible negar la contribución de los hispanos a Hollywood. Cada uno desde su nicho, ha dado forma en cierta medida a a lo que es el cine norteamericano hoy en día. Esta serie de artículos sobre los hispanos en Hollywood ha intentado ser un pequeño homenaje a quienes de nosotros han logrado tener el talento y el talante (pues hacen falta los dos) para triunfar en el mercado cinematográfico más importante del mundo. Desde sus obras, proyectadas en las pantallas de todo el mundo, dan una imagen de lo hispano rica en matices y dejan una herencia de la que podemos enorgullecernos y a la que podemos llamar nuestra.