El sonido llegó al cine en los años 20. La primera película de Hollywood con sonido sincronicado fue The Jazz Singer (Crossland, 1927). Aunque ya antes había habido algunos intentos exitosos de sincronizar la imagen con el sonido, esta fue la película que popularizó su uso en todos los Estados Unidos y de ahí al resto del mundo. En el caso venezolano hay algunos realizadores y productores que se ocuparon de que a Venezuela llegara el sonido al cine. El primero de ellos fue el sobrino del Presidente Juan Vicente Gómez, quien escudándose detrás de los provilegios que su parentesco le ofrecía trajo a Venezuela los primeros aparatos con los que se pudo hacer cine con sonido en ese país, aunque los primeros experimentos fueron en lo que se llama sonido no sincronizado; es decir, no había sincronicidad entre la imagen y el sonido, sino que solo era una música que acompañaba las imágenes.
Efraín Gómez era director y empresario cinematográfico. Estudió el bachillerato en los Estados Unidos y cuando regresa a Venezuela el Estado abre el Laboratorio Cinematográfico Nacional, ente con el que se relaciona Efraín hasta el punto de lograr que este se fusione con su empresa Maracay Films. Luego se dedica a la radio y abre una emisora de onda corta. A raíz de la muerte del dictador Juan Vicente Gómez se muda a Santo Domingo donde trabaja en radio. Regresa a Venezuela y en 1940 funda el laboratorio Tecnocolor. LA Venus de Nácar, película a la que nos hemos referido cuenta la historia de una niña que le pide a su madre le cuente la historia de la perla que lleva en su collar. Esta le cuenta la historia de un indio que consiguió una perla que se convirtió en mujer y de la cual se enamoró.
Los primeros experimentos de sonido sincronizado vinieron de la mano de Fini Veracoechea, quien era realizador, fotógrafo, empresario. Estudió cine y fotografía en Hollywood y al regresar a Veneuela funda la compañía productora Venezuela Cinematográfica Moratti & Cia., con la que produce Taboga, primera película parlante (sonido sincronizado) venezolana, en la que también actúa. Esta película fue hecha por por otros de estos héroes de los comienzos: Aníbal Rivero y su hermano Rafael Rivero.
Taboga es una película muy curiosa. En ella, Fini Veracoechea tiene una conversación con Carlos Ascanio acerca del futuro del sonido en el cine venezolano. Veracoechea le muestra a Ascanio dos piezas hechas en Venezuela con sonido sincronizado: Taboga (interpretada por la Billos Happy Boys) y Hacia el calvario (interpretada por Eduardo Martínez Plaza). Si usásemos los estándares de hoy en día, pudiéramos definir este film como una especie de video musical de dos canciones.
Aníbal Rivero fue un importante pionero del cine venezolano que se especializó en la dirección de fotografía, aunque también fue guionista y editor. Junto a su hermano Rafael fundó la empresa Caracas Films. Ambos hermanos (Rafael usualmente dirigiendo y Aníbal en roles variados) trabajaron en varias películas, de las cuales la más importante es sin duda la mencionada Taboga (1938), primera película venezolana de sonido sincronizado y que fue dirigida por Rafael y fotografiada por Aníbal.
Para terminar esta serie de héroes del cine venezolano, la próxima vez hablaremos de quienes hicieron cine en los años cincuenta, inaugurando así un verdadero cine con largometrajes de ficción y que fue tal vez la época más importante del cine venezolano.