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Los comentarios negativos dejan huellas

Los comentarios positivos pronto se olvidan, pero las críticas ofensivas, los insultos se quedan en la memoria. Los patrones de comportamiento se aprenden en el entorno social, en la escuela y en la familia. En muchas familias se hablan a gritos, se ofenden y no muestran respeto para las figuras de autoridad, en otras tienen claras las reglas, no toleran las “malas palabras” ni la más mínima ofensa; en el calor de una discusión guardan el coraje y dejan de hablarse incluso por meses.

Los códigos de comportamiento se transmiten asimismo según los lugares geográficos. En México quienes viven en el norte, en Sonora, Sinaloa, Monterrey, Tamaulipas y los que viven en las costas, Guerrero, Colima, Baja California, suelen ser más directos y con menos prejuicios que los que residen en los estados del centro.

La pregunta que nos hacemos es: ¿Por qué dejan huella las ofensas? El cerebro humano como en los animales tienen sistemas de alerta para hacer frente a las amenazas y controlar la respuesta de defensa ante un peligro inminente. Correr o pelear es instintivo. El sistema límbico desencadena emociones que ayudan a comprender los peligros y guarda la memoria de los acontecimientos pasados; la corteza prefrontral es más moderna, es la que nos ayuda a pensar lógicamente y poner freno para no actuar de manera impulsiva. Los bebés a los tres meses desarrollan las redes neurales y aprenden muy pronto a identificar las emociones de los adultos, tienen sensaciones de placer, alarma, sobresalto. Una mamá deprimida, puede transmitirles tristeza, ansiedad, enojo a los cuales responden con inquietud, llanto y hasta con somatizaciones. La conexión neuronal entre la madre y el bebé es básica. El contacto visual con una madre amorosa estimula su desarrollo y la capacidad mental. Por el contrario, los bebés de madres deprimidas muestran menos evidencia de aprendizaje, la conexión neuronal es debilitada por la poca interacción entre ambos; una madre deprimida, abrumada por ser el proveedor de la familia tiene menos interacción y contacto visual con su hijo y eso afecta su desarrollo. Por eso es tan importante tratar la depresión posparto.

Los medios de comunicación publican malas noticias y es lo que atrae a los lectores. Los rumores se propagan fácilmente. En un estudio los científicos de la Universidad de McGill en Canadá concluyeron que las personas prestan más atención a las noticias sobre corrupción, asesinatos, desgracias, atentados, estadísticas de fallecimientos causadas por la pandemia y las nuevas enfermedades.

Es tanto el miedo que dejó la pandemia que basta un estornudo para que la gente corra a realizarse la prueba. Muchas veces no tienen síntomas, pero si el test da positivo experimentan los síntomas ya conocidos.

Los momentos difíciles, lo comentarios con critica negativa, hiriente pueden perseguirnos por años, más cuando vienen de un familiar, un amigo, un maestro. En un estudio descubrieron que las parejas que expresan sentimientos negativos en los primeros dos años, lo más probable es que se separen. Las parejas con niveles altos de negatividad son más propensas a divorciarse, pero otros se acostumbran a vivir en eterno conflicto, la tendencia es a convertir los problemas menores en dificultades mayores y repetitivas.

En cuanto a las redes sociales no tenemos la capacidad de lidiar con la negatividad que circula, el cerebro evolucionó para prestar atención a los peligros reales, cercanos con animales y con humanos, pero no con extraños, con desconocidos en las redes, un comentario grosero puede prender la alarma de defensa y disparar las hormonas como la adrenalina y el cortisol, que al no ser utilizadas para la defensa quedan circulando. Los comentarios negativos aumentan el estrés, la ansiedad, la frustración y la preocupación. Lidiar con las emociones negativas tiene gran impacto en nuestro cuerpo, incrementa el dolor físico, los trastornos digestivos y altera el sueño. Los comentarios tienen que ver con la persona que los emite más que con la que los recibe, al reconocer la negatividad del que lo hace podemos anular las respuestas indeseables, incluso aprovecharlas en beneficio.

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