Los más preocupados por esta terrible contingencia por el coronavirus son los abuelos. Sin duda ellos son los más vulnerables a enfermarse gravemente por Covid-19. Por añadidura son los que se sienten más abandonados por los hijos, nietos y ahora también por las instituciones de salud. A veces este abandono no es intencional, por más que quieran los nietos visitar a los abuelos, es indudable que son éstos los que más riesgos corren. Es cierto que ahora hay muchos medios para estar en contacto: allí están las redes sociales, el Skype y el Whats. Nos preguntamos si los nietos, de cualquier edad, se dan cuenta de la importancia de que estén constantemente en contacto -a distancia-. Cualquier detalle, palabra, dibujo, recadito que reciban ya es un motivo de alegría y esperanza. Hay muchos abuelos, especialmente los que padecen alguna enfermedad, que se sienten tristes y hasta deprimidos por todo lo que escuchan del destino que les espera. Lo que no quiere decir que necesariamente vayan a terminar en el hospital por la enfermedad. Sin embargo, es un hecho que las personas de la tercera edad (los viejos, los rucos, los ancianos, los provectos) de más de 70 años están más propensos a desarrollar una forma más grave del padecimiento, lo que no es, al fin de cuentas, una sentencia de muerte.
Ahora que se ha dado a conocer un «borrador» de la Guía Bioética de Asignación de Recursos de Medicina Crítica, en el cual «se establecen las disposiciones científicas y éticas para atender la contingencia del COVID-19 en los diferentes hospitales públicos y privados del país», quiero invitarlos a imaginar un diálogo entre una pareja de abuelos angustiados por lo que ven venir.
-¡Ya valimos!! Por lo visto no tenemos ni recursos y ahora ni oportunidad de sobrevivir si llegamos a enfermarnos gravemente por el maldito virus ese.
-No hables así. Tú tienes muchos contactos de alto nivel, tenemos nuestros seguros de gastos médicos y también del IMSS, además no padecemos ninguna enfermedad crónica.
-Como están las cosas, todo eso ya valió… Poco importa. ¿Qué no te das cuenta de las nuevas disposiciones en el caso de que cualquiera de los dos llegáramos a necesitar lo que ellos llaman «medicina crítica»?
-¿Qué es eso?
-Eso quiere decir que, si terminamos en un hospital con los síntomas del coronavirus ya en condiciones avanzadas, la posibilidad de que se nos atienda en una unidad de cuidados intensivos es mínima. Porque los hospitales carecen tanto de los elementos tecnológicos como humanos. Es decir, no hay camas suficientes, no hay ventiladores, no hay suficientes especialistas en medicina crítica, ni anestesiólogos, ni neumólogos, ni siquiera tienen el equipo adecuado para su propia protección. Por ejemplo: si llega un joven con los síntomas de la enfermedad, y alguno de los dos acudimos al mismo tiempo, es obvio que al que van a salvar es al joven, según el «borradorcito» ése. ¡¡¡Ya valimos!!! Hazte el ánimo, ya no tenemos nada que hacer en este mundo…
-¡Ay, no seas tremendista! ¿Por qué no nos vamos a Houston?
-No nos dejarían viajar enfermos. ¿Ya viste a cuánto está el dólar? ¡¡¡Ya valimos!!! Y lo que me da más coraje es el tono en que está redactado el famoso «borrador». A mí me suena como a las Leyes de Núremberg o a un intento de eugenesia o a darwinismo social, donde solamente los más fuertes y los más «útiles» sobrevivirán. Es decir, ni tú ni yo…
-Entonces, ¿qué diablos propones? ¿Que ya vayamos haciendo nuestro testamento, que busquemos un lugar en el panteón o que, de una vez por todas, nos suicidemos…?
-No exageres, mujer. Es que a esta sociedad ya no le interesan los viejos, a diferencia de lo que sucede en países como China, Japón, Corea del Sur… y otros del Lejano Oriente en los que hay respeto y admiración por las personas mayores. ¡¡¡Aquí todo les vale madres!!!
-Ay, por favor, no digas groserías. No sabes cómo extraño a mis nietos. Ayer me escribió Lupita para decirme que se le había caído un diente y que no le había traído nada el Ratón Pérez. ¿Te das cuenta?
-Ya déjate de cursilerías y ponte a pensar por qué demonios hemos llegado a esta situación, simplemente porque desde muchos gobiernos atrás, hasta el actual, no se le ha dado importancia a la preparación para emergencias por epidemias… a pesar de que ha habido varias…
-Ay, no me hables del gobierno, por favor, porque el que realmente ya valió es López Obrador.