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Gabriel Jaime Caro
Gabriel Jaime Caro - ViceVersa Magazine

Lo mejor del año en cine

La vida es una tómbola. El cine, 2018, estuvo a poco de quedar decapitado, unos autores se volvieron fascistas, odian las doctrinas elípticas, de esas luces que no son las del espíritu. Fellinis en la muerte de la especie, que te llega vía Amarcord.

Otros lograron llegar y subir: el director mexicano Alfonso Cuarón y Lucrecia Martel de Argentina, pero con ingenio y locura; de que estaban hechos, están hasta el sobaco, y el desengaño de quien, Orson Welles, John Huston, nada de Óscares en vida, ni la rima, para eso me tiro al boceto.

La risa del cine, Huston Welles. Eran los primeros y los últimos del cine de Hollywood, al que desgraciadamente pertenecían. Zabriskie Point de Antonioni, y el cine italiano post neorrealismo. Ah se siente a gusto, el Making sin make up.

¿Cómo tratar a los trillizos?

Voy a hablar de mis emociones con Zama de Lucrecia Martel, y Roma de Alfonso Cuarón. The other side in the wind, de Orson Welles, y su documental maravilloso.

O.W. (no contento con la película, hizo el documental acerca de la obsesión con las formas: el making  para ver como se hace, va usted a 100, hay una gran fiesta, que en el cine son conflictos internacionales).

En algo estábamos conectados en 1970 y el 80, con Orson el gordito de la teve. No se cansa de mirar la tele. Igual capricho sin que nadie le ponga balas al traveling.

Roma, la otra película elegida, dije un deleite, y eso que le falla en espectáculo el incendio de los bosques californianos, de ahora. Carajo, la mixteca Cleo, la empleada de servicio, también es mexicana, doble sangre, interpretada por Yalitza Aparicio.

Hay que acomodarse cada vez más, en la butaca, mientras la cámara de Alfonso Cuarón te arrincona en la pocilga (la recámara) que alguna vez fue su cuna, a 360 grados del piso al reflejo condicionado, mierda, ¿qué es esto? El cine dentro del cine, los sanguinarios aztecas y sus mujeres milenarias.

Zama (L.M.), la otra seleccionada, pero primera en la lista de Film Comment te embarca, hasta los profundos paraísos del caballo de la conquista. Donde desaparece el Chaco porque sí y porque no, mis mininos vecinos de Portugal en el Mato Grosso.

La cineasta Lucrecia Martel se basó en una novela del escritor argentino, Antonio De Benedetto, pero en el foro del Alice Tull de New York, dijo, que el 100 por ciento del filme no tiene que ser de esa novela; me gustaba Visconti y monté una escena de Romy Schneider.

Hice de Lola Dueñas (la actriz), que disfrutara de su set como nunca, regalo de Pedro Almodóvar. Por esa crítica de que Zama no era fiel a la novela de Benedetto, perdió en la taquilla en USA y Argentina.

Verbena de la paloma.

Orson Welles, se sale de sus clásicos, y realiza su último filme, entrándote a la segunda y cuarta dimensión, el cine y las comunicaciones, John Huston, los amigos, Peter Bogdanovich (The last Picture). Los 60s, el cine de psicosis, y de la psicosis colectiva

Todos los involucrados con el cine en los 80s, de la misma escuelita, al cumpleaños de Jake Hannaford, sus 70, la fiesta dividida en cuatro partes, O.W. nos deja ahí tirados hasta que vienen sus chistes y presencias de semidivino, esté dónde esté, en la plaza de toros de Madrid.

Mientras tanto Roma (calle de Tepejí 21), es la autobiografía del cineasta A. Cuarón, el guionista, el fotógrafo y camarógrafo, que aprendió junto al Luvesky, El chivo. Sus once añitos en la colonia Roma, con sus hermanitos, madre y padre, y criadas de origen mixteco. El machismo más allá de un filme de Clavillazo. Cleo, es la chica mixteca que protagoniza el filme con un respaldo del autor, que sabía que tenía su memoria intacta.

Zama, nos introduce por la inocencia y la maldad en la falsa expresión del Nuevo Mundo, ¿De dónde ha salido tanto criminal, o un derecho divino de la Santa Inquisición, que tenía folios de 27 mil personas buscadas en toda la Colonia, hasta 1800, la Corona nunca fue capaz de unir sus colonias, tenía tanto desnivel el vino Romano, y hasta el de La Rioja?

El hombre que espera a 38000 millas una noticia de traslado,  y que busca bandidos para trabajar, interpretado por Daniel Giménez Cacho, y mientras tanto recibe un castigo del mismo horror de los infiernos cadavéricos del papa negro. Lucrecia viste a todos para la toma de los 360 grados, la misma que vemos en Roma.

El cine el buen cine son todas estas expresiones, que intento modernizar, sacarlas de contexto. Tiro una al viento desde las terrazas al cielo de Roma. Vivíamos de las baladas, de los viajes a la playa en el carro de mamá. Extiende el guión, y se entran los esbirros de Hernán Cortés.

Mientras tanto, Welles nos cuenta la historia de Pocahontas, desnuda, en uno y otro contexto, y cuenta con colaboradores de excepción como Robert Ramdón, Pauline Kael, Susan Strasberg, Oja Kadar. Hacen la parte critica del cine, que para esa época tenía maestros, ya los había tenido el cinema francés.

El sound track, entrelaza a las 4, incluyendo el documental de la última cinta dirigida por O.W. que no la pudo terminar debido a su muerte en 1985… como imprescindibles, y que el macho ojón rubio no mate a la nena. La película de O.W. termina con la muerte de Hannaford (J.Huston) el mismo día de su fiesta de cumpleaños, y todos quedamos de bruces en el final o apenas tratando de levantar vuelo. 

Para decir que volvimos a lo sublime, a reconocer el cine de los autores latinoamericanos en la cartelera neoyorkina.

Poema al instante, a dos cuadras y en servilletas de tela blanca:

Si señor, ROMA, el señor Cuarón.

Agarre su hembra y su arreo, voy con toda, por la Tere, y por la Medina.  La judía que se jactaba de ser poeta judía, que se lo creyó en la misma cuadra. El odiado Leo Dan.

La musa judía, lavada, que pecaba por rigor.  El grito del otro, suáquete, la identidad. No soy monedita de oro.

El truco legal del padre de 4 hijos, no existe. En los bajos rescoldos del mismo inmueble, la gracia medio entendida de la mujer mixteca. La dulce indiecita.

Si aquí en Coyoacán ahora adoran al poeta Novo, muy cerca del horror del Fascismo Ordinario que se tomó las calles de Tlateloclo.

Los tocó sanamente el Popol Vuh, en esos planos con carrito motorizado o de vallas, Roma, preponderante y poderosa hasta en los más bajos instintos humanos.

Y esa señora que parece una poeta católica del virreinato de México, lleva las crianzas al matadero, al cine de la Colonia.  Los perros el alma de la distracción.

El polvo de este desierto que se va por los abismos o simplemente las artes marciales, no son el deseo.

¿Y por qué el cine es diferente a la realidad que alguna vez fue? ¿Por qué ha corrido tanta agua de planeta, sobre los espacios sagrados, que nunca fueron?

A Loli Cienfuegros, que me ayudó a interpretar los filmes aquí comentados.

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