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Literatura Indie: La restauración tróspida, de Jaume Salvà i Lara

«Dejen a los obtusos que sigan rumiando sobre el supuesto fin del arte. Pobres infelices que no saben sonreír ante las aparentes contrariedades. El nuevo eccehomo no es asunto de restauradores, ha pasado a ser un poco de todo el mundo.»

Verano de 2012. Borja, un pequeño pueblo de Zaragoza, en España. Un calor de mil demonios. Nadie por las calles. El asfalto arde. Una pequeña iglesia. Vacía. Bueno, no, casi vacía. Pintado en la pared, un eccehomo maltratado por el paso de las estaciones y de los años. Una mujer observa la pintura. Necesita ser restaurada, sin duda (me refiero a la pintura, no a la mujer). Toma una decisión: Será ella misma quien le devuelva su esplendor original. Coge sus pinceles, sus colores y, ni corta ni perezosa, con el consentimiento tácito del párroco, plasma todo su arte sobre el deteriorado retrato de Jesucristo.

¡Ay, si Picasso levantara la cabeza! ¡Ay, si Miró hubiese podido observarlo! ¡Ay, si Joan Gris la hubiera aconsejado! De seguro, hasta Fernand Léger y Amedeo Modigliani se habrían llevado las manos a la cabeza y abierto desmesuradamente sus ojos…

Esa mujer, una anciana de 85 años, realizó el estropicio más grande que jamás nadie hubiera imaginado. Y, sin embargo, su «restauración» (sí, entre comillas) pasará a la historia del arte, con una legión de detractores deseando estrellar huevos crudos sobre ella pero también con millones de fans que la defenderían a capa y espada. El caso es que a nadie dejó indiferente. Hacedme un favor: teclead en cualquier buscador de Internet “Eccehomo de Borja” y entenderéis de qué os estoy hablando.

 

 

Jaume Salvà i Lara (profesor de Historia del Arte, fotógrafo, escritor independiente y un montón de oficios y aficiones más) ha tomado prestada esta historia, la ha pasado por el tamiz de su imaginación y de su enorme intelecto y talento y ha escrito una sátira feroz, donde nos ofrece su original e inteligente punto de vista de la sociedad humana a través de su novela LA RESTAURACIÓN TRÓSPIDA. En verdad, su visión resulta devastadora e interesantísima.

La excusa del eccehomo es perfecta y es que analiza, desmenuza y critica la actualidad y las relaciones entre las personas desde un prisma desenfadado y a la vez cáustico que provoca al mismo tiempo la sonrisa y la indignación del lector al enfrentarse a unos hechos, insignificantes en un principio, que acaban convirtiéndose en una colosal barbarie. De forma magistral, con fina ironía y humor, Jaume nos muestra cómo de un grano de arena podemos llegar a construir una gigantesca montaña.

Y nos lo cuenta como el que no quiere la cosa, casi sin darle importancia: Me imagino a Jaume caminando tranquilo por el paseo marítimo de Palma, en su Mallorca natal, disimulando, con la cámara de fotos colgada al cuello, con las manos en los bolsillos, dando pataditas a las piedras que encuentra a su paso, silbando mientras observa las nubes y (cuando menos lo podemos esperar) lanzándonos su libro con la mecha prendida… ¡Ahí va eso! ¡Pum! Pues bajo la apariencia de un sainete (como el mismo gusta de calificar a su obra) se esconde la crítica más feroz y mordaz a la sociedad decadente en la que nos ha tocado vivir.

Jaume Salvà i Lara, con su novela LA RESTAURACIÓN TRÓSPIDA (Un sainete celtibérico) me ha resultado, sin duda, por su originalidad y perspicacia, una gran sorpresa y un muy interesante descubrimiento. Es un autor, como ya dije antes, independiente, al que no debemos dejar de seguirle la pista. Además, me ha contado un pajarito que muy pronto tendrá en el mercado una nueva novela que promete y Jaume es alguien que cuando promete… cumple.

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