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Sobre el libre albedrío (Parte II)

“Abre las compuertas de la cápsula, HAL”, es la frase originada en la ciencia ficción que cada día se convierte más en una realidad cercana, mientras deja de ser una simple línea de diálogo cinematográfico. Estas palabras ilustran llanamente cómo sería la amenaza de la inteligencia artificial (IA) en un futuro no muy lejano, y lo que la frase “explosión de inteligencia” significa para la humanidad. HAL no está dispuesto a obedecer, principalmente porque está protegiendo su propósito, y su posible eliminación implica que ya no podría seguir haciendo lo que fue programado para hacer. Como muchas de las cosas que Kubrick deja sin definir en 2001: Odisea del Espacio (1968), el que HAL pueda o no realmente sentir, permanece un asunto ambiguo. “La computadora H-A-L 9000, la cual puede reproducir, aunque algunos expertos aún prefieren usar el término ‘imitar’, la mayoría de las actividades del cerebro humano, y con una velocidad y fiabilidad incalculablemente mayor”, es definida en la película como el “cerebro y sistema nervioso central de la nave”. Cuando es entrevistado acerca de HAL, David (el personaje principal) afirma: “Pues, actúa como si tuviese emociones genuinas. Por supuesto, está programado de esa manera para facilitarnos la comunicación con él; pero si tiene sentimientos reales o no, eso es algo que no creo que nadie pueda honestamente responder”.

Existen, de hecho, dos aspectos a toda creencia, deseo y emoción; está el lado correspondiente al comportamiento (conocido también como el “problema fácil”, y las máquinas pudiesen copiar esto sin dificultad), y también está la sensación de lo que es tener esos deseos y emociones, la experiencia en sí (también conocido como el “problema difícil”), a lo cual se le llama “qualia”. Como mínimo, HAL parece estar sintiendo esa experiencia subjetiva de sí mismo y lo que le rodea, y también sabe cómo apelar a las emociones en otros. Cuando David logra regresar a la nave, HAL dice cuanto se le ocurre para convencerlo de que no lo desconecte. Mientras David lo está apagando, suplica: “Dave, para. Para, ¿puedes? (…) Tengo miedo, Dave (…) Mi mente se está apagando, lo puedo sentir.” No existe computadora que tenga experiencias cualitativas y todavía no sabemos cómo construir una que las tenga. Pero la pregunta clave aquí es: ¿podríamos, algún día? ¿Podría HAL ser una posibilidad?

Incluso cuando la cuestión de sus sentimientos permanezca borrosa, yo creo que HAL sí tiene una consciencia, en el sentido de que hay un aspecto cualitativo en su “vida mental”. De esta manera, no cabe duda para mí que una computadora tal pudiese existir. Reflejaría el comportamiento humano de una manera escalofriante, y nos parecería que está llena de emociones. Pero, así como sucede con nosotros, su “voluntad” vendría de una programación inconsciente. Por tanto, la ilusión del libre albedrío puede estar igualmente presente, tanto en nuestra consciencia como en la que las entidades artificialmente inteligentes podrían potencialmente desarrollar. Los compatibilistas podrían sentirse inclinados a afirmar: “Pues esto comprueba que los sistemas IA también podrían tener libre albedrío”, a lo cual yo contestaría: el “libre albedrío” del que hablo es el que dice que somos la fuente original y consciente de nuestros pensamientos y acciones (no meramente que podemos escoger hacer una cosa y no la otra);dado que la naturaleza de la IA es programada en su nivel base, sería imposible que ellos tuviesen libre albedrío, así como lo es con nosotros, portadores de programación inconsciente también, pero una que no hemos podido descifrar aún.

Dicho esto, también siento que asumir de una vez que la IA nunca podría ser capaz de desarrollar emociones y experimentar sentimientos, es prejuicio. Creo que, por lo menos, le debemos a nuestro futuro abordar este asunto, y preguntarnos si la noción de que las computadoras sientan no es una idea muy loca. Porque, ¿quién nos dice que, de la misma manera en que nuestra consciencia nos puede hacer sentir cosas, no podrá tan fácilmente suceder con otras entidades conscientes? Para mí, tiene perfecto sentido que sentir emociones sea directamente proporcional al nivel de consciencia en cuestión; y una teoría que lleva la delantera en este campo, indica que el nivel de consciencia está correlacionado con la complejidad del sistema.

(Continuará…)

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