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La vida es sueño

Me desperté y mi cabeza habló sin contención: “Los Tres Elementos”. Así, sin ninguna otra referencia, ni recuerdo de sueño alguno que me llevara hasta cierta explicación o relación con el consciente, casi podría decir que no significaba nada para mí… ¿O será que lo significa todo?

Los tres elementos, Aire, Agua, Tierra, Fuego… que son cuatro. Pienso en la naturaleza, en que son los atributos que nos han venido dados para poder vivir. Luego pienso en que también pueden ser terribles, destructivos, el fin. Mucho Arte ha encontrado sistema en la visión de mundo que explica los cuatro elementos. Y no sólo los artistas, todos usamos los cuatro elementos, todo el tiempo. Y si no pensamos en eso es porque cada día vivimos mas alejados de la naturaleza y del origen de las cosas. 

Antes de abrir Google y deponer mi responsabilidad de entender lo que pasa por mi cabeza, buscando lo que pasa en otras cabezas y así sentirme acompañada y escapar de mí misma, juego a la asociación libre. Busco en la lengua de todos los días, la vida cotidiana, los cuatro elementos en la casa, los recuerdos, las felicidades y los miedos… también imagino otras importancias en otras vidas, otras historias…

Fuego, en la cocina, para cocinar. En el yesquero, si fumas. Fósforos para encender las velas si se va la luz o si crees en algún santo. O para prender el Plagatox si hay mosquitos o el incienso si eres New Age. Fuego es también pagar la cuenta del gas. Y si huele a gas, alerta, puede haber un escape y se incendia la casa. Si vives en países fríos, fuego es calor, chimenea o estufa. Fuego es sopa. Comida y bienestar, también daño y peligro. Esa tipa es candela. Echaba fuego por la boca. Quemadura de primer, segundo y tercer grado. Podría pensar en quemar la basura o en cremar a un abuelo o mis restos. La quema del monte antes del cultivo. En soldar los metales. En la fogata en el campamento donde le dieron el primer beso a mi hermana… Fuego en el 23, la canción. Fuego al cañón, edificios en llamas, tantas películas, explosiones, quemas de bosques, tempestades de rayos y centellas. Armas de fuego, bombas… 

Todo eso es Fuego.

Agua es ducha, lavamanos, friegaplatos. Jarra de agua fría en la nevera cuando tengo sed, agua en una olla para montar la pasta, en la tetera para hacer el té. Vaso de agua en la mesa de noche para cuando me levanto de madrugada, después del vino de anoche. Agua para bajar el WC. Está lloviendo, espera que escampe. Llévate el paraguas o el impermeable, si vives en el norte. Lo hago mañana porque está lloviendo, si vivo en el sur. Empezaron las lluvias, llegaron los mosquitos, la gripe. Se caen las casas, se vienen abajo los cerros. También es parque de diversión acuático. Agua de mar de fin de semana, de río en el valle o la montaña, sólo en vacaciones. Bautismo. Agua que no has de beber, déjala correr. Bendición o tragedia, inconveniente o excusa. El agua limpia, purifica, el agua con jabón, desinfecta. Con vinagre para limpiar los vidrios. Mueve los molinos, se acumula en las represas, nos da luz. En el agua viven los peces y las agua malas. Suceden las inundaciones, se ahoga la gente. Todo eso es agua.

Aire fresco que entra por la ventana, hace calor prende el aire acondicionado, los aires de grandeza que se da fulana. Ventilador, que circule el aire. Me falta el aire, el aire estaba viciado, pesado, se sentía en el aire. Hace un ventarrón, te puedes resfriar o es bueno para navegar. El dolor de la espalda es un viento atravesado. Tiene la barriga aventada. Nos falta el aire, la asfixia, la muerte. Calma chicha. Inyecciones de CO2 para eliminar las grasas no deseadas. Respira profundo, bota el aire poco a poco, relájate. Saca el colchón para que se airee un poco. Fumar es un placer. Todo eso es aire.

Tierra que entra por las ventanas y hay que barrer, tierra para las macetas, hay que ponerle abono; tierra que le cae a los cojines y a los muebles, hay que sacudir, aspirar la tierra. Tos que viene del polvo. Polvo somos y al polvo volveremos. Eso es un tierrero, él es un tierrúo, esa es su tierra, tierra de colosos o pretenciosos, depende de dónde vengas y a donde vayas. Planeta Tierra. Sucio. Fuera de los apartamentos, en el jardín, la tierra sirve para sembrar, para que vivan las lombrices y las hormigas en el parque. Y pensándolo bien… la tierra también sirve para construir casas y edificios. Terremoto. Todo eso es tierra.

Cuatro elementos en el vocabulario sin importancia de cualquiera. Sirven a la condición de estar vivos, son garantía de vida y muerte. Siempre presentes, aunque vivamos lejos de la Naturaleza real, es presencia de Naturaleza conducida en nuestras vidas. 

Su noción o clasificación proviene de los tiempos en que vivíamos mas conectados con la verdad natural de las cosas. Sirvieron para explicar el comportamiento de la Naturaleza según los tipos de materia, o mejor dicho, el estado en que se encuentra la materia: sólido/tierra, líquido/agua, gas/aire, plasma/fuego. 

Tales de Mileto pensó que el Agua era el principio de todas las cosas. Después Anaxímenes consideró que el Aire venía primero. Heráclito dijo que el Fuego y Jenófanes entendió que en la Tierra, estaba el comienzo y el fin de todo. Empédocles propuso verlo como cuatro raíces: el fuego es a la vez caliente y seco. La tierra es a la vez seca y fría. El agua es a la vez fría y húmeda. El aire es a la vez húmedo y caliente. Cuatro elementos que coexisten porque comparten atributos. Dialéctica de lo disímil. Compartir en la diferencia.

Los cuatro elementos que nos explican la Naturaleza desde tiempos presocráticos influyen a partir de entonces el pensamiento de la Edad Media, el Renacimiento, y aun pueden rastrearse en la ciencia de hoy, cuando habla de los estados de la materia, la tabla periódica de los elementos y el concepto de combustión. En el Arte por su parte, han servido siempre como sistema de creación, tal vez porque lo vincula a una comprensión del mundo originario.

A Aristóteles no le bastaron los cuatro elementos para explicar el cielo y las estrellas. Eran demasiado terrenales, corruptibles. Las estrellas no podían estar hechas de eso, sino de otra cosa, eterna y celestial. El éter o quinto elemento, la quintaesencia. Aun para los físicos del siglo XIX, el éter siguió siendo el medio invisible que llenaba el universo, el éter luminoso.

Los indios y los japoneses también conciben el quinto elemento invisible, el éter, el vacío… Lo que es el alma de espirituales y religiosos. La inspiración de artistas y poetas.

Los chinos entienden la materia como tipo de energía: tierra, agua, fuego, metal y madera, en constante interacción, flujo y reflujo interactivo, y a partir de ahí conciben su medicina. En occidente, desde Galeno y según Hipócrates los elementos también sirven para describir los cuatro humores del cuerpo humano: la bilis amarilla, es el fuego; la bilis negra o melancolía, es la tierra; la flema o pituita es el agua; la sangre es el aire. 

La astrología usa los elementos como parte fundamental de la interpretación de la carta astral. Venus es metal, Júpiter es madera, Mercurio es agua, Marte es fuego, Saturno es tierra.

Los elementos desde siempre, en todas las disciplinas, credos y culturas… han servido para explicarnos lo que está afuera y cómo somos por dentro.

Pero no es sino en Calderón de la Barca, donde logré conseguir la respuesta a los tres elementos, que insistieron en mi vigilia justo después del sueño:

En quien un mapa se dibuja atento,

Pues el cuerpo es la tierra,

El fuego, el alma que en el pecho encierra,

La espuma el mar, y el aire es el suspiro,

En cuya confusión un caos admiro;

Pues en el alma, espuma, cuerpo, aliento,

Monstruo es de fuego, tierra, mar y viento.

Calderón de la Barca. “La Vida es Sueño” 

Porque es verdad, que la vida es sueño.

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