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¿La vaca lechera, la gallina ponedora, no son veganos?

Nada de animal, pero entonces ¿quién se toma la leche de los grandes pastizales, los huevos orgánicos?. Nadie, pero ¿ni los pastizales encebollados, ni la miel de abejas para la gripe?.

Nada, mi novio es vegano y se tira unos pedos horribles porqué come frijoles todo el tiempo, ah, y entonces eso es bueno, pero ¿cómo aguantas? Quemo incienso de cannabis.

O corres para la armada o te metes al Green Peace, a salvar ballenas, mientras los negros humanos se mueren de hambre por los genocidios,  y los gays de ahora tienen corazón, no solo para las mascotas sino para los niños abandonados.

Entonces resolviste ser protestante por la Naranja Mecánica. Si, bajaron de cero y subieron a cero, y ya sabes de donde vienen, de la suerte que les dio el oro y la plata de América a los poderosos españoles del siglo XVI y XVII, y con esto te digo que eres una holandesa de suerte.

Si vegana desde entonces, y no eres más hispana porqué comerías carne de animal «salvaje», y el pulpo crudo te eleva a los cielos de la gracia. Ah, y te da altura, sin cintura, y veganos serán todos los turistas, todos los tenistas.  Que mala, nada, me como los huevos con las coles belgas, y ahí si me tildan de carnívora u ovípara, me vuelvo realista.

Mi padre de 55 años es ahora vegano, y eso por la salud, pero le fascinan las carnes desclasificadas o sea ultimadas, pero como no puede comerá lo que no le gusta.

Mis compañeros de clase dicen que comer carne no les ayuda para la concentración y menos para el 3D. Tu tío come embutidos orgánicos que te saben a carne y amas el insomnio como los actores porno; y tu cómo lo sabes? Genio, soy genio, y por eso voy a trabajar en el FBI.

Ah, pero yo a tu edad comía de todo y arte era lo que más me interesaba, no ahora que ven 3D de las series de superhombres Mad o furiosos, y se atragantan con maíz procesado con harta mantequilla, y duermen de pie, malo para la cabeza.

Ya va siendo hora de un cambio, de novio vegano, y al gimnasio a elevar el ánimo para la vejez. Tu y yo nos comprendemos a  la par con el cambio, y la capacidad de crítica, que si este mundo no cambia por ahora es porque nos merecemos a los hombres bárbaros que ha educado la ciencia de la política autoritaria contra el individuo, para mal, y para bien los asados de la convivencia pacifica.

De verdad los pueblos primitivos se alimentaban de asados cuando la papa no existía. Y fueron nómadas, arrasando como leones, y así se fue anquilosando el deseo de una plegaria por un Dios que se reía de ver su soplo divino.

Y tu a mi no me vengas conque el cielo no se veía, porque antes todo lo miraban cuadrado, y el escorzo del ser humano se caía por los abismos y el fuego apagaba la luz de tus ojos, y la naturaleza humana no hablaba, y menos escribía, solo rayaba en aquellos temblores de ira.

Ahora sí me tomo una leche de arroz, un pescado ahumado, y que sea todo en mi vida 50 y 50. La naranja mecánica si merece su culto, por estar con la libertad de cultos, y ahuyentar los presagios de una matanza más entre enemigos hereditarios. La suerte querida sobrina es de marras, y no es que me quiera casar contigo como esos Hadsburgos que dominaban la sangre para evitar la mutación.

Tu novio tira peos, joven vegano, no sabe todavía, por tenerlo todo, qué es la adolescencia sin comida vegetariana de tiempos que por la bronca se vuelven presentes.

A Miss Reagan

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