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La Responsabilidad

Hace unos días mi sobrina recibió un reconocimiento por obtener el mejor promedio en la licenciatura de Bioquímica de la Universidad de Guadalajara. Compartí en las redes sociales el evento y recibió muchas felicitaciones. Sin embargo mi sobrina me comentó que no le agradaba que lo compartiera. Su argumento fue que no merecía recibir felicitaciones, por una responsabilidad personal.

Lo hice porque consideré importante motivarla por el esfuerzo personal que está haciendo. Al ser hija de madre soltera, introyectó valores como la responsabilidad, la autonomía y la independencia; en la escuela personalizada reforzó esos valores y también el cuidado por la naturaleza y el amor hacia la investigación. Siempre tuvo metas y objetivos muy firmes y está consciente que todo se gana a base de esfuerzo. En contraste profesores de universidades privadas me comparten su preocupación por la falta de compromiso de algunos alumnos quienes no se responsabilizan de sus estudios y, cuando mucho, pasan de “panzazo”.

Uno de mis pacientes está en la universidad por presión de sus padres quienes esperan que termine la carrera y se haga cargo del negocio familiar. Con todo a su favor, no siente motivación hacia el estudio. Es tan escaso su compromiso y tan carente su sentido de responsabilidad que reprobó el semestre. Otro joven, engañó a sus padres. Ellos, confiando en su hijo, le entregaban el dinero para el pago de colegiaturas y no se percataron que en realidad nunca había asistido a clases, ni había pagado las colegiaturas. Cuando se enteraron estaban devastados.

La responsabilidad, es un valor que se puede convertir en virtud, cuando de manera personal estamos consciente de las acciones y de sus consecuencias. Es un principio de física: a toda acción responde una reacción. La responsabilidad implica cuidar de sí mismo y de los compromisos que se adquieren con los demás. Está relacionada con el respeto a las normas, con el sentido común y con la valoración de las formas; es el fruto de hábitos positivos como: el tiempo, el respeto, la eficiencia y el compromiso.

Como sociedad consumista dejamos de lado la responsabilidad que cada uno tiene con el planeta y la preservación de los recursos naturales para las generaciones futuras. La sociedad debe mostrar solidaridad generacional, asumir nuevos hábitos, fomentar un tipo de desarrollo que procure el equilibrio ecológico dentro de los límites impuestos por la naturaleza, que incluye también el volvernos consumidores responsables. La responsabilidad con el planeta no solo pertenece a los gobiernos, atañe a la comunidad, que debe respetar a los seres vivos que comparten con nosotros la aventura terrenal.

El desarrollo social se orienta en mejorar la calidad de vida. Los valores universales como: educación, participación política, democracia social y participativa, garantía de respeto a los derechos humanos, protección contra la violencia, son condiciones necesarias para una adecuada convivencia. Es importante el cultivo de actitudes como la comprensión, la paciencia, el diálogo, la tolerancia y el respeto de las diferencias.

Una buena iniciativa sería medir el grado de sustentabilidad y el cuidado esencial que realiza una sociedad, si queremos un mejor estado de armonía y paz. Somos seres humanos que vivimos en relación, nos necesitamos unos a otros.

En los tiempos modernos hemos cambiado el sentido de responsabilidad colectiva por el individualismo, el tener es valorado más que el ser. Cuando niños todos sueñan con ser bomberos, cuando son adultos si se incendia el bosque, les tiene sin cuidado. Como dijo Abraham Lincoln: “no puedes escapar de la responsabilidad del mañana, evadiéndola hoy” y atinadamente Gandhi expresó “La libertad significa responsabilidad. Por eso la mayoría de hombres la temen”.

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