Somos una revista independiente que sobrevive gracias a tu apoyo. ¿Quieres ser parte de este proyecto? ¡Bríndanos un café al mes!
rosa-chavez-cardenas

La nueva psicosis social

Las epidemias de histeria de masas se han registrado desde la Edad Media y continúan hasta nuestros días, difundidas rápidamente por la tecnología. En el año 1374 en numerosas ciudades medievales esparcidas a lo largo del valle del río Rin, cientos de personas sufrieron estallidos espontáneos de movimientos incontrolables, no podían dejar de bailar hasta caer exhaustos, otros hasta morir. La histeria de masas, llamada enfermedad psicógena masiva y comportamiento obsesivo colectivo ocurre cuando un grupo vulnerable manifiesta colectivamente reacciones físicas severas a las amenazas percibidas. Los afectados pueden llegar a presentar signos y síntomas físicos que sugieren la presencia de una enfermedad orgánica: debilidad, dolores de cabeza, dolores intensos en su cuerpo, sensación de asfixia, temperatura, taquicardia; los síntomas se experimentan sin necesidad de contagio. La enfermedad psicógena masiva es un síndrome que comienza en la mente y luego se experimenta en el cuerpo. Todos estamos bajo la influencia de la dinámica de grupo, unos más que otros. Resulta difícil evadir la histeria colectiva.

Las organizaciones internacionales como la OMS, la Industria farmacéutica con todas sus redes en las universidades y los gobiernos, influyen en la propagación de la psicosis colectiva y crean consecuencias negativas para la salud pública. Los medios de información pagados por las conveniencias internacionales, los miedos y la incapacidad para comprender la manipulación, son factores que conducen a juicios distorsionados de la realidad. En la pandemia la gente estaba muy asustada, vivía pendiente del número de fallecidos. El cerebro en alerta se enfoca en las noticias negativas, además viviendo en incertidumbre experimenta pérdida de control y eso genera angustia psicológica. El miedo se convierte en histeria y se extiende a un grupo más grande de personas.

Durante la pandemia los errores políticos de los gobiernos y lo publicado en los medios de comunicación exacerbaron el miedo y la ansiedad con graves consecuencias económicas, sociales, de salud mental y educativas. Parece que no les conviene decir que ya libramos la pandemia, navegamos en un barco y nos dicen que viene otra ola con una cepa más peligrosa que la anterior. No no toman en cuenta y no admiten que ofrecieron la vacuna como la panacea para protegernos de la enfermedad, pero que la protección resultó ilusoria.

Lo que sí es un hecho es que la población ya está en la fase de la inmunidad de rebaño. Ya experimentaron el funcionamiento de las masas y vemos el mismo guion, pero con diferente animal ya no es el murciélago, ahora es la viruela del mono. “Una mentira dicha mil veces se convierte en verdad” la publicidad se multiplica en los medios de comunicación, un experto epidemiólogo o un médico nos comparte la manera de contagio igual que en la pandemia del Covid. Todos los utensilios, la ropa, las secreciones, el aire, la saliva son transmisores de la enfermedad. Pero además advierten a la comunidad LGBTQ que tienen mayor riesgo de contagios. Es lo que dijeron los centros para el control y prevención de enfermedades de Estados Unidos. La ONUSIDA está preocupada por el discurso racista y homofóbico.

La viruela fue una de las enfermedades más temidas del mundo, solo en el siglo XX causó unos 500 millones de fallecimientos. En 1796 el médico británico Edward Jenner desarrolló la primera vacuna contra la viruela. La vacuna funcionó al grado de erradicar la enfermedad, el último caso detectado fue en 1949, Estados Unidos dejó de vacunar en 1972. De hecho, en México la viruela no está en la cartilla de vacunación.

Lo que estamos viendo es que de nuevo quieren causar histeria colectiva en la población con la viruela del mono y, al no contar con vacuna para la viruela, seguramente nos van a ofrecer otra salvación como lo hicieron con el Covid. Bueno ya nos enteramos cómo funciona la publicidad en las masas, puedes ignorarla o seguir contribuyendo a sus negocios. La mejor protección es confiar en el sistema Inmunológico esa maravilla que nos protege de los patógenos invisibles y que, lo que necesita para funcionar adecuadamente, es una buena nutrición, descanso regenerador, ejercicios y una buena actitud.

Hey you,
¿nos brindas un café?