Pareciera insólito el escepticismo y preocupación entre los venezolanos de cara a los próximos comicios electorales, tomando en cuenta los casi 35 puntos de ventaja que tiene la oposición sobre los candidatos de gobierno, de acuerdo con la última encuesta de Datanálisis[1]. No obstante, el ventajismo electoral por parte del partido de gobierno es una realidad en Venezuela, la cual debe estar considerada en los cálculos de los partidos de oposición a la hora de preparar una estrategia electoral. Es indudablemente una tarea difícil disminuir el impacto de semejante ventajismo, sobre todo cuando el contrincante cuenta con el apoyo de los poderes públicos.
El ventajismo que hemos visto en procesos anteriores y durante esta campaña electoral va desde limitar radicalmente el espacio utilizable por los candidatos de oposición en los medios de comunicación; detalles como clonar colores, logos, nombres de partidos y de candidatos (todo con el fin de confundir a los electores) hasta encarcelar y amenazar a políticos disidentes. Sin embargo, y aunque sea difícil de creer, el panorama es positivo para los que se enfrentan a Maduro.
Uno de los grandes avances de la oposición venezolana en los últimos años se refiere al aprendizaje acumulado. Sí, sé que muchos dirán que no hemos aprendido nada en 15 años y que el gobierno sigue haciendo siempre lo que quiere. Me permito diferir, porque realmente los venezolanos han aprendido la importancia del voto y de la organización como no muchos pueblos de nuestra Región. De cada proceso electoral, votantes, candidatos, organizaciones y partidos políticos han extraído valiosos conocimientos, han hecho ajustes indispensables, y han continuado la lucha.
Evaluemos la preparación de la oposición, por ejemplo, para las elecciones presidenciales de 2006, donde se enfrentaron Manuel Rosales y el candidato-presidente Hugo Chávez. La popularidad de Chávez estaba en su mejor momento, indudablemente era un excelente escenario para el entonces presidente, con el alza del barril de petróleo de $18 en 1999 a $64 en 2006[2]. La popularidad de Chávez para esa elección era imbatible. Sin embargo, la preparación de la oposición no fue la deseada. A pesar de los acercamientos entre los partidos políticos que se oponían al gobierno, el acuerdo de una candidatura unitaria para enfrentar a Chávez en 2006 se logró tan sólo tres meses antes de los comicios. Adicionalmente, en al menos 30% de las mesas electorales no hubo testigos opositores conforme a las actas recibidas por los partidos políticos; así lo afirmó en una entrevista Nancy Hernández, ex directora general de Consejo Nacional Electoral, y miembro directivo en 2012 de la comisión de primarias de la Oposición.
Después de la conformación de la Mesa de la Unidad Democrática el 23 de Enero de 2008, la organización del conglomerado de partidos opositores mejoró significativamente; en 2012 90% de las mesas electorales contó con testigos opositores y en 2013, el porcentaje subió a 98%. Hernández llama la atención al hecho de que los partidos políticos ya no organizan a sus testigos por separado, sino que son parte de la preparación de la estrategia en conjunto, lo cual podría significar que la oposición tenga testigos electorales en 100% de las mesas en los comicios del 6 de diciembre.
Podría ser excesivo, quizá, abundar en la trascendencia de la labor de los testigos de mesa, pero es muy importante recalcar que la presencia vigilante de esos testigos ha sido fundamental para la defensa de los votos que pueda recibir la oposición. La experiencia acumulada de elecciones previas ha proporcionado a la alternativa opositora la preparación necesaria para enfrentar las complejidades de los comicios parlamentarios que se realizarán el próximo 6 de diciembre.
La minuciosa preparación de los testigos ha sido sólo uno de las bastiones en la lucha contra el ventajismo. Pese a disponer de recursos y espacios limitados, la oposición ha alcanzado un gran manejo de la materia electoral, que le ha permitido informar con cada vez más eficacia a los votantes. Dada la enorme emigración de electores asediados por las duras condiciones de vida en Venezuela, la oposición ha enfatizado la protección del derecho de sufragar de aquellos que estando registrados para votar en cualquier de los circuitos electorales del país no podrán hacerlo por la indicada circunstancia. En ese sentido se ha ido construyendo una base de datos con información suficiente de cada uno de los que no estarán en el país el día de las elecciones parlamentarias, con el objeto de asegurarse que nadie vote por ellos. Con esa información en mano los testigos impedirán cualquier intento malicioso de colocar votos en el espacio en blanco dejado por los emigrantes.
Siempre he sido partidaria de no dejar a los demás todo el trabajo; nuestro aporte es importante, así sea pequeño ¿Cuál es nuestra labor, entonces? No sólo garantizar que no se pierda o disperse el voto de aquellos que se encuentran dentro de las fronteras, sino también impedir que se ocupe con gente ajena a la alternativa democrática el espacio en blanco dejado por quienes el día de las elecciones se encuentren fuera del país.
[1] Informe 21 http://bit.ly/1kS1Ulm
[2] DataBank http://bit.ly/1XgG1rA