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La Felicidad en Bután

El Reino de Bután es un pequeño país en el Tibet. Desde hace unos años la filosofía de este pequeño país llama la atención de la economía mundial. Les interesa analizar su estilo de vida alejado del materialismo occidental. La felicidad de Bután se basa en cuatro pilares que sustentan a la sociedad: la economía, la cultura, el medio ambiente y el buen gobierno. Además de nueve ámbitos: bienestar psicológico, ecología, salud, educación, cultura, nivel de vida, uso del tiempo, vitalidad comunitaria y buen gobierno.

Si los comparamos con los pilares de nuestro gobierno y sociedad, en México, salimos reprobados. Nuestra economía está muy afectada por la pandemia, la mala administración del gobierno, la corrupción y la violencia. Y, como si no bastara, nos han calificado como uno de los países más violentos del mundo. La sociedad está muy polarizada a causa de un gobierno que no genera confianza.

En cuanto a la cultura está influenciada negativamente por modelos desechables que afectan nuestro folclor. Los rituales ancestrales han ido desapareciendo y un individualismo de sálvense quien puede supera el bien común.

La Felicidad Nacional Bruta (FNB) es un paradigma más humanizado, no mide la felicidad individual, sino las condiciones generales enfocadas en la calidad de vida y una economía que tome en cuenta al ser humano. El concepto fue implementado en 1972 por el cuarto rey de Bután, Jigme Singye Wangchuck. Actualmente el monje Rimpoche es reconocido como la quinta reencarnación espiritual y es el jefe del monasterio Sangchen en Bután. Ascendió a la edad de 19 años. Ahora, doce años después, se ha dedicado a enseñar al mundo los principios budistas independientes de la cultura y religión a través de la iniciativa Neykor.

Durante la pandemia decidió retirarse, y, como el Buda, se fue a las montañas a vivir en una cueva con poca comida y en condiciones climáticas adversas. Confirmó que la verdadera felicidad no tiene que ver con los fenómenos externos, sino que es algo interior.

Recomienda que dejemos de buscar la felicidad en experiencias externas y empecemos a practicar los cuatro pilares: bondad, amabilidad amorosa, compasión, desapego y karma. La bondad amorosa es la clave para generar felicidad a nivel personal y para los demás. Ser amable con uno mismo, por añadidura, nos conduce a la compasión hacia los demás y puede beneficiar a la sociedad.

Como en todo el mundo, también enfrentaron la pérdida de trabajo, pero animaron a la población a elaborar recetas tradicionales con arroz rojo para que fueran lo más auténticas posible y los turistas pudieran disfrutar de sus platillos. El desapego o la impermanencia es un concepto budista en el cual se basa la cultura de Bután. Rimpoché recomienda: “cuando algo sale mal, no te deprimas inmediatamente porque las cosas cambiarán”.

Si aceptamos que todo es impermanente entonces entendemos que puede haber un cambio y con el cambio hay esperanza. También es válido para las cosas positivas. Nos ayuda a evitar nuestros apegos, aceptar que las cosas no duran, incluyendo el éxito y la riqueza. Eso nos permite vivir en el presente y apreciar lo que verdaderamente tenemos en la vida.

El karma, es malentendido en occidente, la gente piensa que, si haces algo malo, te sucederá algo malo, como si fuera una venganza o castigo universal, pero no es así. Se trata de condiciones, y aceptar que las acciones y elecciones tienen un impacto en el mundo que nos rodea. Es como plantar una semilla de manzano, obtendremos manzanas, no podemos esperar aguacates.

Creer en el karma es una oportunidad para transformarnos, trabajar, esforzarnos en lo que queremos convertirnos y cosechar lo que queremos lograr. No sirve de nada querer que las cosas sean como antes porque la tierra no para y no vuelve hacia atrás. A los pobladores de Bután también les afectó la pandemia, sin embargo, la buena gobernanza, ha sido crucial para su supervivencia. La rápida respuesta del gobierno al impacto del coronavirus ha sido elogiada en la comunidad internacional. Una de las medidas que tomaron fue suspender el pago de impuestos y otorgar ayuda financiera a los ciudadanos. Los miembros del parlamento donaron su salario.

Lo especial de los butaneses es que siempre tienen un sentimiento compartido de gratitud, de bienestar comunitario e identidad nacional.

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