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Harrys Salswach
Harrys Salswach - ViceVersa Magazine

La experiencia de leer: Réquiem por Linda B.

 

I

No puede haber intimidad para el totalitarismo. Todo compete al Estado. Porque la sociedad está a su servicio y no al contrario. La instancia más personal es un asunto público. No hay ámbito privado, por lo tanto, lo público es la norma. El Estado regirá entonces la vida de todos quienes viven al alcance de su paquidérmica estructura. Una nación puede convertirse en panóptico y al controlar, vigilar y asediar, desdibujar a la persona hasta despojarla de sí misma. El suicidio, se haga efectivo o no, termina por ser un acto unipersonal que restituye la individualidad, la irrepetible constatación de estar vivo. Sí, el Estado totalitario echa a andar unos mecanismos que conducen a la desaparición —y a la desesperación— de la persona. El comunismo es la muerte como proyecto.

 

II

El escritor albanés Ismaíl Kadaré ha desarrollado una obra en la que la ideología comunista es un personaje. El gran personaje. En la novela Réquiem por Linda B. (Alianza, 2012) el dramaturgo Rudian Stefa se ve involucrado en un romance que solo puede darse en una sociedad que ha desviado la naturaleza de su funcionamiento hacia derroteros inhumanos, los oscuros y ruines caminos del comunismo; una joven de la provincia de Gramsh se ha enamorado del exitoso escritor y mantiene un amorío con él, el detalle es que Rudian Stefa no conoce a su amor. Y recientemente la joven que anhela conocer Tirana se ha suicidado. Es citado por el Comité del Partido para ser interrogado acerca del autógrafo que escribiría sobre uno de sus libros hace pocos meses. «Recuerdos de Rudian Stefa para Linda B.» El otro detalle es que Linda B. es una joven que ha sido deportada con su familia, por motivos políticos, de Tirana. Tiene prohibido entrar a la capital de Albania. Por más extraño que parezca, el absurdo se hace norma en el régimen del profesor Enver Hoxha: se puede ser deportado dentro del propio territorio de Albania. Si la joven tiene prohibida la entrada a Tirana ¿por qué Rudian la «recuerda»? ¿Acaso Linda B. contraviniendo la orden ha estado en Tirana?

Esta sospecha que se desparrama a toda la sociedad desde que se instaura la soberanía comunista no deja fuera de sí nada, no puede hacerlo, los engranajes que triturarán al individuo se echan a andar y no se detienen hasta que han hecho pedazos todo indicio de pensamiento emancipado. Rudian Stefa, Linda B. y la amiga de esta, Migena (anagrama de enigma), están atrapados por las condiciones en las que se ven obligados a actuar. Réquiem por Linda B. es una puesta en escena que da cuenta de cómo la soberbia de creer que se puede controlar el destino de los hombres una vez que se ha develado el misterio de la Historia, el poder por controlar, vigilar e imponer la ideología de un «mundo sin clases», «la dictadura del proletariado», llega hasta la cama de unos amantes.

 

III

Rudian Stefa se dirige al Comité del Partido pensando que ha sido citado por la última obra que ha escrito y pretende llevar a escena, el permiso se ha retrasado, al menos él lo cree así, por la aparición en una de las escenas del fantasma de un soldado ajusticiado por un compañero del propio escuadrón. En la obra este ajusticiamiento se descubre asesinato y su causa, la envidia de un compañero porque aquel soldado viene de la ciudad y espera volver a los brazos de su amada. Suficiente motivo para acabar con la vida de otro ser humano: no tener a nadie a quien amar y no ser amado. La vileza del resentimiento puede constituirse en una denuncia que trascienda a ese hecho personal, y para el Comité, para los instructores (censores) la aparición de un fantasma rompe con las directrices del realismo socialista que debe estar en función del pueblo y no debe introducir elementos sobrenaturales que la razón no asimile. Pero Rudian también piensa que ha sido descubierta su infidelidad con una joven estudiante. Migena, con quien mantiene un romance mientras su mujer se encuentra en Austria por asuntos laborales. Y sí, una infidelidad es un asunto que compete al Comité del Partido.

Rudian solo especula. De igual forma, el Comité no le dará explicaciones porque «es mejor que no las sepa». Así que la investigación, el interrogatorio, la sospecha que cae sobre el dramaturgo no le compete al propio dramaturgo. No es problema del acusado o investigado, el por qué se le acusa o investiga. No se trata de él. Se trata de Linda B. y del Guían Supremo (como se le decía a Enver Hoxha). Y es que el caso llega hasta los oídos del dictador, quien se aprestará a presenciar la lectura del informe y a dar la última palabra sobre el caso y también sobre la obra, el dramaturgo y el teatro. El Guía Supremo todo lo sabe. En una entrevista concedida a El país de España Kadaré reflexiona sobre lo que hace posible que una sociedad sucumba a un orden como el que aplasta a los personajes de sus novelas: «En toda tiranía la realidad es doble o triple: está lo que se dice; luego, más importante, está lo que no se dice pero debe sobrentenderse y luego están las cosas que el estado dice y que nadie se va a creer y que ellos saben que será así. El principio de cada tiranía es el miedo; lo más importante es que la gente tenga miedo, por el método que sea”.

 

IV

Ismaíl Kadaré [a quien considero un maestro merecedor del Premio Nobel de Literatura] ha escrito otra novela perfecta, de una tensión que invade al lector como si se tratase de un ensueño en donde todo es posible, el absurdo se convierte en las hebras del tejido social, y siendo esta novela una representación de la vida opresiva bajo la dictadura, de la fragilidad, la soledad y la deshumanización del hombre, logra alcanzar cotas de belleza que cortan el aliento. La atraviesa y estructura el mito de Eurídice, el de la imposibilidad de recobrar el amor perdido. Estando en el inframundo no se puede mirar atrás si se quiere salir de él.

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