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La democracia está en riesgo

La democracia es uno de los mejores sistemas de gobierno, pero, es el más complicado.

En México, en el 2000, tuvimos las primeras elecciones democráticas del nuevo milenio. El partido PAN (Partido Acción Nacional) obtuvo el mayor número de votos y Vicente Fox fue electo presidente. El cambio generó muchas expectativas, que se fueron disipando al poco tiempo. Fox resultó ser un gran populista, y los ciudadanos no estaban preparados a la demócracia. Creencias y modelos de años no se pueden borrar solo con un cambio de partido.

Nos falta educación en los valores que son indispensables para vivir en democracia tanto en familia como en sociedad: tolerancia, respeto, honestidad, responsabilidad y participación ciudadana, entre otros. El presidente Trump y López Obrador, presumen de demócratas, pero son todo lo contrario: autoritarios, populistas y narcisistas. A pesar de los derechos que gozamos, entre ellos los que se refieren a la mujer y el respeto hacia los niños, la situación es preocupante.

El futuro de toda la región se ve amenazado por los líderes populistas que gobiernan en la mayoría de los países de América Latina. Revisemos los cuatro mayores riesgos a nivel global que enfrenta la democracia: los intentos de debilitar los contrapesos democráticos, los altos niveles de desigualdad, los ataques a los derechos humanos y la reducción del espacio para la acción cívica.

Según el FMI, el crecimiento económico es decepcionante, ha crecido la pobreza en la mayoría de los países. Antes de la pandemia según el CEPAL, en México había disminuido, pero, con la crisis económica muchas personas de clase media pasaron a engrosar las cifras de los pobres. La gobernabilidad se ha vuelto muy compleja. Desesperados por el confinamiento, los ciudadanos están reclamando sus derechos. Los vendedores independientes, los dueños de negocios, se han agrupado, hacen reclamos al gobierno para que los deje trabajar. Para muchos es imposible seguir encerrados sin recibir un salario.

Las expectativas puestas en el triunfo del presidente López Obrador, se han venido abajo y crece el descontento. La corrupción no ha disminuido como prometió, todos los días aparece el tema en el sermón de la mañana, pero solo de palabra. Su gobierno es tan corrupto como los anteriores.

Massive Caller calificó a los alcaldes municipales y los de Morena fueron los que tuvieron las peores evaluaciones: no tienen experiencia, ni capacidad para resolver los problemas, en muchos casos son más corruptos que los anteriores de otros partidos.

El presidente no muestra sensibilidad en la crisis económica y sigue con sus obras faraónicas. Cancelar el aeropuerto por un capricho y la farsa del avión son temas que no se los van a perdonar y eso se reflejará en las urnas. Otros temas quedan sin atender por falta de recursos: la salud mental, la ansiedad y sus efectos consecuencia de la pandemia, el duelo por los familiares que han fallecido y la inseguridad que parece imparable. La democracia está amenazada, el presidente está empeñado en desaparecer el INE, con el argumento que el costo de su funcionamiento es altísimo.  Los ciudadanos no podemos permitirlo, tener elecciones democráticas nos ha llevado años, la creación del IFE fue un gran triunfo para la democracia. Los ciudadanos se volvieron participativos y son encargados de vigilar las elecciones.

Pero qué sorpresa, entre los cinco países más democráticos del mundo, tres son latinoamericanos: Costa Rica, Chile y Uruguay. Brasil ha retrocedido en democracia igual que Bolivia, Haití, Honduras, Guatemala y República Dominicana. Tres países están gobernados por regímenes autoritarios, Venezuela que sufre una ruptura democrática total, Nicaragua que atraviesa por una grave regresión democrática y Cuba que permanece en dictadura.

A raíz del confinamiento los gobiernos se volvieron autoritarios, los presidentes municipales con el argumento de cuidarnos se comportan como aprendices de dictadores. Los ciudadanos perdieron libertad, se volvieron rehenes de sus ocurrencias, los tratan como delincuentes, están vigilantes e imponen sanciones económicas al que no las cumpla.

A pesar de todo la mayoría de los ciudadanos está tratando de trabajar honestamente para enfrentar una de las peores crisis económicas de la era moderna.

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