“El comunismo nunca ha llegado al poder
en un país que no fue interrumpido
por la guerra o la corrupción, o ambos.”
John F. Kennedy
Últimamente se esta volviendo a hablar del tema de los bolichicos venezolanos, sobre todo por los rumores de compra de la petrolera colombiana Pacific Rubiales por parte del Grupo Derwick y por el video publicado hace un par de semanas de una venezolana insultando a uno de los dueños de esta empresa en el aeropuerto de Madrid.
Para los que no están familiarizados con el término, bolichicos nace poco después de haberse popularizado la palabra “boliburgués”, que hace referencia a los nuevos ricos “bolivarianos” cuya fortuna fue amasada, en la mayoría de los casos, gracias a la vasta corrupción implantada durante el gobierno de Chávez y continuada con Maduro.
Los bolichicos son una generación de jóvenes que hicieron/hacen mucho dinero a costa de contratos gubernamentales con montos inflados. Uno de los casos más famosos es precisamente el de Derwick Associates, empresa que ha logrado ejecutar al menos diez proyectos relacionados a las instalación de plantas eléctricas y turbinas con CORPOELEC, PDVSA y la CVG, de acuerdo con su propia página web (otros medios han reseñado hasta doce proyectos).
Aunque ellos son los más conocidos, puedo asegurar que existen muchos más bolichicos (unos más públicos que otros) y en otras áreas, como por ejemplo construcción o importaciones, obteniendo contratos millonarios con diferentes organismos del Estado, el Ejército, entre otros.
Oposición y gobierno han lanzado duras críticas contra estos muchachitos cuyos errores han sido ser tan pilas, estar en el lugar y en el momento correcto y sí, algunos que han abusado al ostentar públicamente de la cantidad de dinero que han ganado gracias al gobierno revolucionario chavista.
Pero, ¿acaso son ellos los verdaderos causantes de todas y cada una de las desgracias de Venezuela como lo quieren hacer ver ahora? Pues yo pienso que no.
Recordemos por qué Derwick logra los contratos con CORPOELEC, CVG y PDVSA entre 2009-2010: por la pésima gestión y escaso mantenimiento del gobierno a las represas y el sistema eléctrico, razón por lo cual hubo que comprar plantas eléctricas para poder abastecer la demanda.
Y ¿por qué los contratos tienen sumas tan exorbitantes? Pues porque de allí come todo el mundo. Desde el ministro pasando por todos los que estuvieron involucrados en que se diera el contrato, hasta el que pidió pa’l café.
Y así como ellos, están muchas empresas más que simplemente están haciendo negocios al venezuelan style y sirviendo de pañitos de agua caliente a la mala gestión del gobierno en distintas áreas. Lastimosamente el problema no son ellos, es el sistema que impera en Venezuela y cuyo motor son los sobornos, los amiguismos, la incompetencia y una ambición desmesurada.
Este proceso degenerativo tiene sus raíces mucho antes de la llegada de Chávez pero sin duda alcanzó su punto más álgido durante su gobierno y continúa durante el gobierno de Maduro. La diferencia, sin embargo, es que el barril de petróleo durante estos diecisiete años de chavismo pasó de estar a US$8 a costar US$100. Y a más dinero, más potencial para corrupción.
Ahora con el barril a US$40 les está costando mantener el sistema y es tan evidente que ya no hay ni p’al café.
Durante los últimos 20 años, el gobierno venezolano ha matado la innovación, los incentivos para el emprendimiento y el trabajo honesto y lo cambió implantando una cultura de viveza criolla y corrupta que ha permeado todos los niveles y todas las escalas.
De acuerdo con lo que dice Mercedes de Freitas, directora de Transparencia Internacional en Venezuela: “El sistema venezolano impide hacer las cosas por el camino legal, una situación que promueve la corrupción (…) Yo he visto suecos que se corrompen acá y venezolanos en Noruega que actúan al pie de la letra de la ley. No es la gente, es el sistema”.
Si a eso le sumamos que en Venezuela no hay división de poderes, existe una impunidad imperante y hay una cantidad de controles absurdos que han sido impuestos por el gobierno solo para garantizar beneficios “a los suyos”, tenemos un terreno perfecto y muy bien abonado para la corrupción y los abusos.
Hay que dejar de hacer espectáculos en aeropuertos insultando a estos chicos. En verdad, es perder el tiempo contra alguien que desde el punto de vista moral no actuó de la mejor manera, pero sin duda alguna, no es el mayor culpable de lo que pasa en Venezuela. Eso sin contar que lo que pudo haber “robado” es una miseria al lado de lo que autoridades del gobierno se robaron y depositaron en HSBC y en Andorra.
En cualquier país del mundo quien pone las reglas son los gobiernos, y Venezuela no es la excepción. Así que aquí la culpa es del Gobierno revolucionario y decadente de Venezuela, no de los bolichicos.