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Estefania Maqueo

Ignacio Castillo Cottin: No podemos permitir que exista la censura

La película venezolana El Inca fue retirada de las salas de cine de Venezuela por orden del Tribunal Segundo de Juicio del Circuito de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de Caracas. La razón radica en que, según ellos, intentan proteger la intimidad de los hijos del fallecido boxeador ya que los realizadores de la película nunca mantuvieron contacto con ellos ni les permitieron leer el guión, como tampoco les pidieron apoyo para ampliar los datos de los que disponían sobre Edwin “El Inca” Valero. Si bien las declaraciones de los familiares pueden tener cierta validez al momento de iniciar procedimientos judiciales de este tipo, hay que analizar mejor el trabajo realizado, el enfoque de la película ante la vida de un personaje de fama nacional e internacional y los elementos ficcionales presentes en ella.

Al momento de escribir, todo autor sabe que lo que escriba y la perspectiva con la cual enfoca una temática, puede tener repercusiones negativas y positivas en la opinión pública, puesto que muchas veces el escritor busca sacar de su zona de confort a la audiencia (sobre todo en el caso del cine) para generar una nueva forma de pensar o, en su defecto, cambiar la mirada ante un hecho que puede estar limitado por tabúes. Inclusive, la escritora Linda Seger afirma en su libro The Art of Adaptation: Turning Fact and Fiction into Film (1992), que el material biográfico suele ser controversial puesto que hay que saber qué se debe usar, cómo obtener los derechos de autor para evitar demandas y, lo más importante, que todo material que esté al alcance público puede ser utilizado sin problemas ya que está para conocimiento de todos.

Sin embargo, cuando se realiza una película cuyo personaje está vinculado a una ideología política específica, puede llegar la censura al fin de evitar su programación. Es el caso de El Inca, la primera película venezolana censurada en su propio país.

La vida de Edwin “El Inca” Valero está llena de controversias tanto sociales como judiciales que, hasta el día de hoy, dan que discutir. Sin dejar de lado el aporte que dio al mundo del boxeo tanto nacional como internacional, tenemos a un individuo cuya muerte dejó más misterios que respuestas con una vida privada llena de violencia doméstica, y la muerte de la esposa aún envuelta en muchas sombras. Evidentemente, estos son temas que inciden en el imaginario social y que, en ocasiones, son muy difíciles de manifestar puesto que pueden herir susceptibilidades. No obstante, hay que tomar en cuenta que son de conocimiento público puesto que la prensa se encargó de indagar y mostrar aquellos hechos que, quizás, la familia hubiese preferido ocultar.

Ahora bien, si revisamos la película escrita y dirigida por Ignacio Castillo Cottin, observamos que el objetivo del autor no fue mostrar la vida de El Inca sino enfocarse en el matrimonio entre él y Jennifer Carolina de Valero. En palabras de Castillo, es una “historia de amor” que busca reflejar los momento buenos y malos de una relación, cuyo papel protagónico lo tiene la esposa puesto que en ella reside el peso de la historia. Con elementos ficcionales típicos de las adaptaciones fílmicas, protección a la identidad de los hijos del deportista y saltos en el tiempo, El Inca es una película que en ningún momento desea atentar contra la familia de ambos personajes ni tampoco mostrar una versión de los hechos diferente a la que reflejaron los medios de comunicación. Es una historia de amor  con un final trágico.

Ante esta situación, el director venezolano José Ignacio Cottin ofreció una entrevista a ViceVersa Magazine en la cual advierte sobre el peligro que entraña el uso de los tribunales para censurar el cine y cualquier otras expresión artística, ya que eso implica una limitación a la libertad de expresión. Subraya que este tipo de medidas deben invitar a la reflexión en el país y propiciar la unión de todos los integrantes de la industria cinematográfica para contrarrestar estas amenazas.

 

¿La película irrespeta la imagen y la reputación de El Inca?

Es una película de ficción basada en hechos reales públicos y notorios. Si se considera que hay algún tipo de daño o irrespeto a la imagen de El Inca no se puede culpar la película. Definitivamente no hay nada en ella que no se haya conocido previamente y no se haya reseñado ampliamente en la prensa.

 

¿Cuál es el argumento que justificaría la salida de cartelera?

No hay ningún argumento que justifique la salida de cartelera. Eso es censura. Alguien si quiere, puedes entablar una demanda por daños y prejuicios o en tribunales civiles, pero lo que no es aceptable es que sea censurada.

 

¿Se puede considerar este caso como censura?

Obviamente es censura.

 

¿Puede ser censura si el tema planteado se refiere a vida privada y no a un asunto público?

Evidentemente esto es totalmente público y notorio. Yo cuando hablo me baso en hechos que se conocen públicamente y los demás elementos son claramente de ficción. Vale acotar que la película es una película de ficción (y es lo que siempre hemos dicho). Está basada en hechos públicos y notorios, pero es una película de ficción.

 

¿Cuáles son las consecuencias de censurar una película?

Son muy graves. Sientas un precedente muy delicado, básicamente significa que  cualquier juez puede bajar una película de cartelera a su discreción. Y no debería poder hacerlo. De repente la familia, si de alguna forma se siente agraviada, puede establecer una demanda como ha hecho anteriormente y habrá que defenderse en tribunales como corresponde, pero lo que no podemos aceptar es que sea censurada. Sientas un precedente muy, muy delicado para el cine nacional. Tanto es así que hemos tenido el respaldo de todo el mundo cinematográfico venezolano, de los gremios principales, todos, desde los de autores, como de las productoras, de los editores y fotógrafos porque es algo que no podemos dejar que pase desapercibido.

 

¿Considera usted que hay inherencia política en la decisión del tribunal?

No lo sé, espero que no. Realmente espero que no, porque en ese caso estaríamos tocando un tema muy delicado que es el prohibir historias nuestras que ya no se podrían contar; historias sensibles. Evidentemente la de El Inca es una historia muy sensible pero bueno, yo siento que mostrar las cosas, hablar de ellas sin miedo, puede resultar beneficioso para nuestra sociedad, para que podamos estudiarnos, y poner la lupa en los temas delicados y controversiales.

 

¿La familia de Valero se mostró hostil durante el rodaje o tuvo intención de colaborar?

La familia Valero pasó por diferentes momentos. Durante el rodaje ya mostraron su descontento porque nosotros no aceptamos la condición que ellos nos solicitaban, es decir que el hermano de Edwin fuera el protagonista. Desde ese momento supimos que no estaban conformes con nuestro trabajo y que iban a intentar parar la película de alguna forma. Y sin duda tienen el legítimo derecho de introducir una demanda en los tribunales y nosotros de defendernos, lo que no podemos permitir es la censura.

 

¿Usted se había puesto en contacto con los familiares de El Inca antes de realizar la película?

Sí, evidentemente tuvimos relación con los familiares durante la etapa de investigación. En algún punto, incluso, los entrevisté. Después hubo un distanciamiento cuando no aceptamos la condición que nos querían poner, pero, en un primer momento, esa relación sí existió.

 

¿Considera usted que hay algún tipo de rencilla personal en la acción intentada por los familiares de El Inca?

No sé si hay algún tipo de rencilla personal ni nada; no sé realmente cuáles son las motivaciones. Entiendo, perfectamente, que la familia Valero haya colocado un amparo y que, de alguna forma, esté en contra de la película. Nosotros, pues, tendremos nuestro legítimo derecho a defendernos. El tema aquí es cómo puede un juez tomarse las atribuciones de sacar una película de cartelera, además con cuatro medidas que son muy agresivas: confisca del material fílmico, confisca de la renta fílmica y prohibición de cualquier tipo de publicidad. Son cuatro medidas que actúa de oficio. ¿Qué quiere decir de oficio? Que son cuatro medidas que un juez toma motus propio y que, además, son mucho más agresivas inclusive del mismo amparo que está solicitando la familia.

 

¿Algo más que quisiera agregar?

Lo único que te puedo agregar es que lo importante en este caso es trazar una gran diferencia entre el amparo que introduce la familia, para el cual nos defenderemos como corresponde, y la acción del juez. La acción del juez que es una clara censura, es lo que nos despertó todas las alarmas. Es algo que sorprende y que marca un precedente muy delicado y peligroso para la libertad de expresión y para el cine nacional.

Y es algo que nos afecta a todos, cineasta, artistas, todos.

 

El sábado 21 de enero, el juez Salvador Mata García ratificó la prohibición de la película, exigió suprimir algunas escenas del film y pidió una terapia psicológica para los hijos del boxeador, considerando esto último un requisito fundamental para devolver el master DCP (con el que se sacan copias de la película) que está en poder del Tribunal.

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