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J. C. Santamaría, candidato uribista, no puede hacer campaña en Arauquita

Un poco más de 2 horas es el tiempo necesario para llegar desde la capital del departamento de Arauca hasta el municipio de Arauquita, éste último reconocido por la producción y comercialización del cacao. Sin embargo, esa población fronteriza vive una realidad lamentable por la presencia de grupos guerrilleros ilegales que amenazan a sus habitantes y a los  líderes políticos que no comparten su ideología.

Para estos comicios el partido Centro Democrático presentó candidatos a las alcaldías en los siete municipios que conforman al departamento de Arauca. Juan Carlos Santamaría un exdiputado y líder religioso fue el avalado por ese movimiento político para buscar la alcaldía de Arauquita. Sin embargo, según relata él mismo, desde el momento en que anunció su precandidatura ha venido recibiendo amenazas de las organizaciones guerrilleras.

Santamaría se define como un uribista de corazón que considera al máximo líder de su partido como el salvador en materia de seguridad y desarrollo. “El presidente Uribe se nos convirtió en la salvación. En nuestro pueblo estaba restringido el tránsito y no podíamos viajar sino a ciertas horas del día, entonces con la llegada de Uribe se garantizó la seguridad en la región”.

Llamadas y mensajes de WhatsApp con intimidaciones directas han llegado al celular del político arauquiteño y los rumores de que en cualquier momento el ELN podría asesinarlo se acrecientan con el paso de los días en el pueblo. Él es consciente de ello. “Aquí hay un bandidaje terrible, detrás de un teléfono está un terrorista diciendo que no me quiere en la municipalidad porque la organización no comparte mis propuestas y mi forma de pensar. Existen milicianos amenazando a todo el que quiere apoyar a los candidatos del Centro Democrático”

Por su nivel de riesgo la Unidad Nacional de Protección le asignó un esquema de emergencia, conformado por un escolta, chaleco antibalas y un celular; el líder político considera que las medidas adoptadas por la entidad no son garantía suficiente para desplazarse libremente durante la contienda electoral. “¿Qué hago yo con dos escoltas si en el camino salen ocho guerrilleros armados con fusiles y granadas?” La pregunta de Santamaría por ahora parece no tener respuesta.

Pese a las amenazas que lo obligaron a salir del territorio del que espera convertirse en la máxima autoridad, Santamaría Martínez desarrolla su campaña política desde la habitación de un hotel de Arauca y a través de las redes sociales, dejando claro que de ser elegido trabajará desde el primer día para ponerle freno a los violentos.

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