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INCEL…

… no es una lavadora ni pertenece a la línea blanca. Tampoco es una marca de cuchillos suizos, ni una línea de ropa especialmente aislante, para esquiar. No es un antiácido estomacal, ni crema hidratante para las uñas… INCEL es el atacante que mató a diez personas e hirió a más de una docena, hace unos días, en Toronto. Un héroe INCEL, es Elliot Rodger, el que mató a tiros a seis personas en Isla Vista, en California, en 2014.

Se autodefine como INCEL, una comunidad de misóginos en línea -por sus siglas en inglés, involuntary celibates, célibes involuntarios-. Hombres profundamente desconfiados que menosprecian a las mujeres, por ellas negarles su derecho a tener relaciones sexuales. Nueva versión de ideología de supremacía masculina, que tiene su origen en el movimiento de los “artistas del levante” (pick up artista movement), que surgió por supuesto en la web, y proclamó un práctico manual de instrucciones, una «guía para ligar», que reúne un conjunto de estrategias informales para atraer a las mujeres. Una comprensión del juego amoroso muy separada del amor, un enfoque manipulador de la seducción, de asombrosa amplitud y sofisticación, que circula en línea.

Los INCEL, sin embargo, se desmarcan de este “movimiento”, por considerar que humaniza demasiado a las mujeres. Digamos que los INCEL han llegado a la forma extrema de abogar por la violación y otras formas de violencia contra las mujeres, dejando atrás decididamente “las divagaciones misóginas”, que no llevan a ninguna parte.

Esta suerte de convocatoria a la toma de acción, la emprende el Sr. Rodger, -el Caballero Supremo, Santo, Héroe o Hermano, según lo alaban sus compañeros INCEL-, a partir de su video, «El castigo de Elliot Rodger», en el que se queja del rechazo y promete castigar a todas las mujeres por su soledad: Las chicas dieron su afecto, sexo y amor a otros hombres, pero nunca a mí. Tengo 22 años y todavía soy virgen. Nunca he besado a una chica. Y alguien se lo tiene que pagar, pues, supongo.

En términos del glosario codificado que utiliza esta comunidad, Alek Minasian, el atacante de Toronto, votó por derrocar a todos los Chads y Stacys. Entiéndase que los hombres que tienen éxito con las mujeres se conocen como «Chads», mientras que las mujeres que rechazan a los INCEL, se conocen como «Stacys». ¡Sálvese quien pueda! El odio va dirigido entonces, esencialmente, a la gente que se encuentra, que se gusta, que se quiere… que es lo único que queremos todos.

Después del ataque de Toronto, han empezado a aparecer los que alaban y reverencian ahora a Minasian, de la misma manera en que reverenciaban a Rodger. Y ya se habla de la Rebelión INCEL, un levantamiento de hombres «beta», según ellos mismos se definen, para derrocar lo que ven como el feminismo opresivo de la sociedad… “Feminismo opresivo de la sociedad” … ¡jamás se me hubiera ocurrido!

Los INCEL aun publican y se congregan en Reddit, uno de los lugares de reunión en línea más populares del mundo. Pero el sitio desterró su comunidad INCEL en noviembre, en rechazo a su discurso violento y de odio.

Es de resaltar que esta comunidad, el subreddit INCEL, digamos, tenía alrededor de 40.000 miembros. Aunque no está claro cuántos de esos miembros se suscribieron a la filosofía y cuántos simplemente la rastrearon por curiosidad, esta es una cifra definitivamente inquietante, por no decir, escalofriante.

Ahora los INCEL se han replegado a otros lugares de reunión en línea, entre ellos 4chan, un rincón oscuro de mensajes anónimos de la web, que durante años ha servido de asidero a la peor misoginia. La web que a tantos nos maravilló con la libertad y el espacio que ofrecía para el ejercicio del consenso democrático, que nos permitía estar juntos aun estando lejos, sin censura, ahora me aterra cuando es plataforma que sirve al crimen organizado para promover la intolerancia que los alimenta. Me viene a la cabeza una cita del ahora tan vilipendiado y caído en desgracia, Marx, “lo malo de la maquinaria no es la maquinaria misma, sino su uso capitalista”. ¿Lo malo de internet es que nos ofrece la posibilidad de ser virtualmente lo que somos en realidad? Y lo virtual no tiene límites. Puede convertir al corderito herido en el peor lobo feroz. El pobrecito muchacho tímido y poco agraciado que no consigue novia, puede esgrimir su derecho a convertirse en asesino, por retaliación, y conseguir seguidores en internet.

Es interés del poder siempre, mantener a sus sometidos, segregados, separados. Y aunque es verdad que cada día estamos más comunicados, también lo es que cada día estamos más solos, eso no es novedad ni descubrimiento de estas líneas. Pero ¿se puede sospechar que la segregación a la que nos estamos auto-sometiendo de manera casi inconsciente, tiene que ver con la seducción de las libertades aparentes que nos ofrece la excesiva virtualidad? Luego de que hemos estado dispuestos a poner en juego virtual nuestras más elementales humanidades, como lo es la gesta de conseguir pareja, hemos cedido, a la discrecionalidad de la tecnología aplicada, nuestra pertenencia a grupos de pensamiento militante que cada vez son más específicos, cerrados e intolerantes. Y todo esto nos aleja de nuestra condición humana que nos habilita a vivir entre distintos, en libertad de generar felicidades. Todo esto, asusta.

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