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Imperdonables

Hoy por hoy, la Iglesia Católica se encuentra herida por un pecado imperdonable: el no haber escuchado los gritos y quejas de tantas víctimas de obispos y sacerdotes pedófilos. Para reparar en lo posible lo irreparable el Papa Francisco reunió del 21 al 24 de febrero a varios jerarcas de la iglesia para hablar acerca de «la prevención de abusos sexuales de menores y adultos vulnerables». Era la primera vez que se organizaba una Cumbre Católica contra la Pederastia Clerical, era la primera vez que el papa se dirigía directamente a los obispos responsables de sus respectivas diócesis; y la primera ocasión en que convocaba a los agraviados para escuchar el calvario que padecieron, muchos de ellos desde que eran niños (nada más en Ilinois hay 700 curas acusados de abusos sexuales, más los casos de Irlanda y América Latina) y la primera vez que se acusaba públicamente a un arzobispo, nada menos que el de Washington, como fue el caso de McCarrick de 88 años protegido por el Papa Juan Pablo II. «La Iglesia nunca intentará encubrir o subestimar ningún caso. Esto nunca debe volver a suceder. Esta es la elección y la decisión de toda la iglesia». El pontífice fue muy claro en su mensaje de final del año: «Cometen abominaciones y siguen ejerciendo su ministerio como si nada hubiera sucedido: no temen a Dios ni a su juicio, solo temen ser descubiertos y desenmascarados. Desgarran el cuerpo de la Iglesia». 

Uno de los casos que siempre se menciona cuando se habla del lado más oscuro de la Iglesia, por haber sido uno de los más escandalosos e imperdonables, es el del Padre Maciel, también protegido por el Papa Juan Pablo II. Como bien dice Bernardo Barranco, maestro en Sociología del Catolicismo Contemporáneo por la Escuela de Altos Estudios Sociales de París:
«El estigma que carga Rivera como religioso es la protección y complicidad a la pederastia clerical. Protegió de manera desvergonzada a Marcial Maciel, uno de los depredadores más retorcidos de la Iglesia Católica. El periódico The Hartford Courant, de Connecticut, publicó en febrero de 1997 un reportaje con ocho testimonios de ex legionarios que acusan de abuso sexual a Maciel. La Jornada y CNI Canal 40, únicos medios que se atrevieron a dar seguimiento en México al tema, generaron una reacción sistémica. Encabezado por Rivera, se produce un ejercicio de enorme hipocresía». Es obvio que Norberto Rivera sabía del dinero que llevaba Maciel al Vaticano. Por eso era el consentido de Juan Pablo II y Benedicto XVI, quien renunciara el 11 de febrero de 2013 al ejercicio del ministerio papal de una manera abrupta, dejando muchas interrogantes, entre ellas por qué, si se encargaba de los casos de los abusos sexuales de los sacerdotes, nunca dijo nada. Como dijo el padre Bob Bussen, de Utah: «La vida en el clóset es peor que ser chivo expiatorio», afirmó: «No es un clóset. Es una jaula». 

¿Dónde está actualmente Norberto Rivera? ¿En el infierno? Aún no, pero no tarda… Después de la balacera ocurrida en su casa el 21 de octubre, no sabemos si está en México o en el extranjero. Aunque Hugo Valdemar, su vocero a lo largo de 15 años, afirma que está en su casa muy tranquilo. ¿Con la conciencia tranquila? En las redes sociales difundieron que el ex arzobispo emérito de México tiene 18 gasolineras. Don Hugo insiste en decirnos que se trata de puros rumores. En relación al robo que quisieron hacer a Norberto, nos dice Bernardo Barranco: «El cardenal ha sido un personaje tóxico tanto para la Iglesia como para la sociedad. Siempre ha amado el poder y las opulencias. Está cosechando lo que ha sembrado; plantó soberbia y arbitrariedad; recoge barbarie e intranquilidad. El atentado sufrido el pasado domingo 21 de octubre, donde pierde la vida un policía de su seguridad es un augurio siniestro, lo coloca de nuevo en una nueva tormenta. Sus corifeos quieren tapar el sol con un dedo. Su abogado Armando Martínez y su vocero Hugo Valdemar hablan de intento de robo y piden frenar especulaciones».

Se publicó en nuestro periódico que en 64 diócesis del país existen reportes de 101 casos de sacerdotes con procesos ministeriales por abuso sexual de menores, informó la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM). Aún faltan 31 diócesis por rendir su informe sobre las demandas contra presbíteros. «Hasta ahorita no podemos cuantificar la totalidad (de los casos). Ojalá y no sea una plaga», expuso el arzobispo de Monterrey en conferencia de prensa. Me temo que sí será una plaga y con ella mi absoluta falta de fe en la Iglesia.

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