Somos una revista independiente que sobrevive gracias a tu apoyo. ¿Quieres ser parte de este proyecto? ¡Bríndanos un café al mes!
Alvise calderon berra

Iguala, Guerrero, breve radiografía del terror

Hablar de Ayotzinapa, es hablar de una de las cunas de la disidencia en México, es hablar de Lucio Cabañas Barrientos (1), quién se refería a ricos y pobres, en una interpretación más directa de la lucha de clases.

En Guerrero, la vida vale poco, por no decir casi nada. El uso del periódico se ha convertido en herramienta obligada para sus habitantes, quienes lo emplean como instrumento de la necrolectura, de uso de revisión rápida para ver si el infortunio trayecto de una bala perdida trajo consigo el augurio de la muerte. Los llamados “daños colaterales” que cargan con apellido y una genealogía de vida.

En el narcoméxico, en el México narco-semantizado, en el México del levantón (2), del plomeo (3) y del halconeo (4). En el México de cine de serie B de la productora Aldama; del Chapo momentos previos a su detención, de la Barbie contra los Zetas. De los más de 4 músicos que perdieron la vida por una imprecisa e infortunada letra. A los productores de armas que cada día obtienen mayores ganancias, gracias a su enorme ahínco por la fabricación de instrumentos que extinguen la vida. En el México silenciado, del discurso con bala que trae como consecuencia la muerte, del México que prefiere tragar amargo, antes que ser tragado por la tierra. Así ya más de cientos de miles de familiares y amigos, ejércitos de viudas y hermanas buscando a sus “carnales”(hermanos), o huérfanos sin nadie más que el vacío. Una ola que como un virus, amenaza en un diagnóstico de ceguera, que implica “vivir en un mundo donde se ha acabado la esperanza, una ceguera que paraliza y sin camino seguro (5)”.

Ha pasado un año y cuatro meses antes de que esta entrevista saliese a la luz. En ella se describe un encuentro con 3 estudiantes de la Normal Rural Isidro Burgos y uno de los padres de familia que desesperado sigue buscando al hijo quien iba en uno de los autobuses con destino al infierno. Lo más grave de todo, es que en gran parte de los supuestos que marcaron a los entrevistados, muchos de ellos nos sugieren que hay una operación de fondo, hay algo que pareciese que el Estado mexicano quisiese encubrir: “Hay demasiada celeridad en la búsqueda de cerrar el caso”. Así lo planteó Murillo Karam, cuando habló de la “verdad histórica” o del “ya me cansé” en una expresión de berrinche con tintes tragicómicos del procurador de justicia, quién aparece descrito por uno de los entrevistados como un tipo áspero e insensible en uno de los encuentros con el gobierno. Pero de igual forma como si fuese una enfermedad o un pathos estructural nos narran la relación cruenta y de animadversión que existe por parte de la gendarmería y el ejército con los familiares de los desaparecidos. A casi dos años de lo ocurrido quedan más preguntas y sospechas que respuestas. La investigación realizada por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), derivó conclusiones que van en dirección contraria a las del gobierno, es decir, que desmienten contundentemente la “verdad histórica” oficial.

Clemente Rodríguez Moreno, es padre de familia de uno de los estudiantes desaparecidos el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, de nombre Christian Alfonso Rodríguez Telumbre de 18 años. Estudiante de primer año.  “Diariamente nos despertamos pensando que nuestros hijos aparecerán. La desesperación ha llegado a tales límites que hemos decidido ir a buscarlos. La gendarmería, el cuerpo de seguridad policíaco con mejor entrenamiento y  la promesa de Enrique Peña Nieto, han resultado ser un fiasco. Lo cierto es que lo único que hacen, es sacarnos a pasear, nos llevan a las afueras de Iguala, fingiendo realizar un recorrido en búsqueda de nuestro hijos, pero tras unas cuantas horas nos traen de regreso a nuestras casas, esperando tal vez  que nos agotemos y  que no tengamos más fuerza para seguir buscando a nuestros hijos.

La verdadera instancia en la que confiamos es la Policía Comunitaria, la UPOEG (Unión de Pueblos y Organización del Estado de Guerrero). Ellos, los de la UPOEG, no reciben un sueldo por su trabajo, ni han recibido entrenamiento a diferencia de la gendarmería, pero han demostrado ser mucho más eficaces. Probablemente, por la corrupción que invade a todas las instancias gubernamentales, la gendarmería no hace nada. Todo lo está haciendo la policía comunitaria. Esto es un claro reflejo de lo que hacen también los de arriba, es decir, nada. Los peritos argentinos, han realizado una búsqueda exhaustiva para hallar pruebas de donde podrían estar nuestros hijos, sólo en ellos estamos confiando. El Estado produce únicamente temor de que te desaparezcan o de que te engañen.

Cuando llegamos a la Ciudad de México nos sorprendió ver a muchos padres de familia o familiares que estaban en nuestra misma situación, buscando a sus hijos, sin respuesta del Estado (6). En México denunciar la desaparición de un familiar es una sentencia de muerte, ya que en muchos casos la propia policía se encuentra involucrada en los “levantones” o secuestros extrajudiciales.

Cada vez que la Gendarmería encuentra alguna fosa común, nos mandan a llamar y nos dicen, «hemos encontrado a sus muertos». Todo ello sin realizar pruebas de ADN, sin haber estudiado los rastros. No toman en cuenta el dolor de nosotros, que no sabemos que ha pasado con nuestros hijos. Para ellos son solo carne, hueso y nada más, para nosotros son nuestros hijos, nuestros recuerdos, nuestras alegrías y ahorita nuestra angustia más honda.

La respuesta del Ejército fue la misma, nos decían: “Tienen que enfrentar las consecuencias”, “ellos se lo buscaron”. Y nos preguntamos: ¿Por qué no acudió nadie si estaban a 5 minutos de allí, cerca de donde estaban mi hijo y sus compañeros?.

Tuvimos que esperar diez días para que Enrique Peña Nieto diese un discurso de cuatro minutos mostrando preocupación por la desaparición de los 43 estudiantes.

Nosotros tuvimos que ir a la Ciudad de México, él no se movió hacia Iguala. No le interesó ir a Ayotzinapa y hasta ahora no hemos tenido respuesta alguna. Nada más que discursos huecos.

Algo que recuerdo de la reunión que tuvimos con el Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam,  fue la expresión que tenía en su cara, una expresión de risa, cuando nos oía hablar. La verdad  es que no  hemos tenido ninguna respuesta favorable, al contrario, cuando conversábamos con él, parecía  que se reía.

– Entonces algunos padres de familia le preguntaban, “¿Pero de qué se está riendo? “

– La respuesta del procurador era: “No me estoy riendo, esa es mi expresión”.

– Pensábamos  ¿Cómo era posible que alguien pueda tener como expresión una sonrisa, al contemplar a padres de familia desesperados por encontrar a sus hijos? 

Los padres le  decían  que cuando alguien tiene una expresión de risa, se le nota y el Procurador  con descaro respondía  en forma amenazadora: “Mejor párenme toda la investigación, aquí tienen a sus muertos”.

El día 15 de noviembre, nos reunimos con Enrique Peña Nieto, él estaba acompañado por su gabinete. En la sala había 10 personas más. Solo habló Peña Nieto, le hacían preguntas y contestaba que hasta el momento no habían encontrado nada, que iban a poner todo  su esfuerzo. Se le exigió que pusiesen en marcha toda la tecnología de inteligencia. Yo creo que están ocultando algo que quieren que no se descubra; parece que todos los aparatos que tienen son meros adornos, pero son empleados como instrumentos para la represión. Ellos saben que si se descubre  la verdad van a caer políticos, policías y militares porque hay mucha policía involucrada.

Quieren dar el carpetazo, para parar las marchas y las movilizaciones nacionales.

El mismo Ángel Aguirre Rivero, el ex gobernador,  fue a visitar diversas veces las casas de los padres de familia ofreciéndonos dinero y becas: la ridícula cantidad de 100 mil pesos, (las cantidad de 5 mil 500 dólares). Nos decía  “el gobierno les ofrece el apoyo para que se ayuden” Le respondimos  que nosotros nos negábamos a recibir  ese apoyo para callarnos y que sólo aceptábamos dinero de la ciudadanía, del pueblo de México.

La situación es complicada para los padres de familia que venimos de Guerrero, ya que tuvimos que dejar nuestros trabajos para venir a la Ciudad de México. Yo, por ejemplo, tuve que dejar mi trabajo, me dedico a vender garrafones de agua, al igual que los otros padres de familia que tuvieron que dejar sus cosechas y sus siembras.

En los últimos días ha llegado un grupo de 200 familias a Ayotzinapa, a solidarizarse con nosotros. Todas estas familias tienen un elemento en común : son viudas, huérfanos, madres buscando a sus hijos, pero que nunca se habían atrevido a denunciarlo  y nosotros fuimos un impulso para que ellos levantasen la voz.

Andrés Catalán 19 años, Estudiante de primer año: Todos los municipios aledaños están como Iguala: Cocula, Tixtla, Chilapa, Chilpancingo, Acapulco, por doquier reina la impunidad. En Iguala, el crimen organizado le daba una cuota al presidente municipal a cambio de dejar operar al grupo criminal en la zona. No hay que caminar mucho para observar los campos donde se cultiva la amapola.

A los dos días de lo ocurrido en Iguala  llegó un fuerte operativo, entre ellos los  de la Gendarmería. La verdad es que no hacen nada, ni se suben a los cerros. Nosotros fuimos con dos padres de familia a un cerro, donde se decía podían estar los cuerpos, un mirador, donde por cierto se encuentra una casa muy grande y lujosa que es del hermano de José Luis Abraca.

Mientras subíamos a ese cerro los agentes de la Gendarmería nos cuestionaban: ¿Por qué están yendo allí? ¿Saben algo? ¿Están implicados en ello? Nos imputaban que nosotros los estábamos mandando como carnada a Iguala. Lo que  si sabemos es que los únicos que están realizando el trabajo de búsqueda son los padres de familia y nosotros, sus compañeros. Ese día encontramos una mochila, y unos zapatos.  ¡Tras lo ocurrido en Iguala se han encontrado más de 38 fosas clandestinas en esa zona!

En este momento hay 200 familias haciendo pruebas de ADN para dar con el paradero de algún familiar desaparecido en una de las tantas fosas comunes que hay en Guerrero y en el país.

Para mi, esto no es una guerra contra el narcotráfico, sino una guerra dedicada a la limpieza social.

José Orlando Solano Ramírez, 22 años, estudiante de cuarto año.

Todo tiene relación con el Ejército, este último fue el que le vendió el terreno a José Luis Abarca, alcalde de Iguala para poner un centro comercial. Ese terreno era del Batallón 27 que sigue operando.

Desde hace años, los normalistas hemos  sido estigmatizados  por parte del gobierno, por el hecho de protestar, de tener ideales a favor de una educación contextual y crítica. Para nosotros la intimidación por parte de las fuerzas represivas ha sido algo común. Siempre que hacemos boteo, es decir que pedimos dinero a la ciudadanía, el Ejército, la Policía Estatal y Municipal vienen a reprimirnos. Siempre “cortan cartucho” con nosotros, ya los conocemos. En los años 60 y 70 el Ejército era la instancia experta en desaparecer personas. A nosotros nos queda claro que son ellos. Nosotros sabemos que el terreno que está enfrente del cuartel militar, se lo donó el propio Ejército a José Luis Abarca Velázquez, el alcalde de Iguala: es decir, existía una relación estrecha entre ambas instancias.

Por eso han querido manipular la información, como cuando encontraron las primeras fosas comunes. La Procuraduría había afirmado que esas fosas correspondían a las de los 43 estudiantes, pero cuando vieron que los peritos argentinos iban a revisar los casos, la Procuraduría (General de la República)  se echó  para atrás  y negó lo que había dicho. Es decir, están buscando engañarnos, hasta en eso, en la muerte y el sentimiento.

Lo que nos preocupa ahora es que el crimen organizado vaya a tomar represalias contra nosotros y los familiares cuándo se calme la situación de los 43 estudiantes en los medios y en las universidades. La estructura de los Guerreros Unidos permanece intacta: ellos están allí. Aún se siguen viendo a los vendedores de comida rápida,  los “viene viene” que se encuentran en la calle y que fungen como halcones. El Ejército les pasa enfrente y no los interroga, como claro reflejo de que las autoridades federales y estatales están del lado de ellos, y no del pueblo.

Ángel Nájera Ortega, 21 años, Estudiante de primer año: La Normal Rural Isidro Burgos es un internado, compuesto únicamente por hombres, si bien hay algunas Normales que son mixtas. La mayor parte de los estudiantes son indígenas, y los principales idiomas que se escuchan en las aulas son el náhuatl, el mepa, el tunsabi y el mixteco. Casi todos lo que estamos inscritos vienen de un contexto de campo. La mayoría de los estudiantes provienen de la región de la montaña alta de Guerrero y la distancia en la que se encuentra la Normal Rural dista un tiempo de 5 horas.

Todos los años  se niegan a darnos las ciento cuarenta  matrículas a las que tenemos derecho para el nuevo ciclo escolar. El problema estriba en que somos los propios estudiantes quiénes gestionamos esas matrículas,  no el gobierno, y por esto nos boicotean. Hace dos años nos quitaron ocho matrículas y lo que buscan es que ya no haya nuevos estudiantes que ingresen.

Una de las exigencias en 2011 era el aumento en el subsidio de los alimentos, que en ese entonces era de apenas 35 pesos (menos de 1.93 dólares) y se logró un aumento a 50 pesos (2.75 dólares). Ahora que estamos en la Ciudad de México no nos alcanza para nada. Nosotros con cincuenta pesos tenemos que almorzar, comer y cenar. Yo creo que la razón por la cual quieren cerrar la Normal es porque ha salido gente importante de allí, gente preparada, consciente de cómo funciona el sistema y la desigualdad que reproducen las leyes del Estado.

La rutina laboral en gran parte de la región de la montaña alta, en una zona de profunda marginalidad y pobreza, es la producción de la amapola. Es normal que se alquile la mano de obra barata e infantil para este tipo de actividades ilícitas.

Pero, ¿qué se puede hacer, si las únicas alternativas que se tienen son irse a Estados Unidos como migrante o bien cultivar amapola? Todo ello es producto de la falta de educación y trabajo. Los niños, hoy en día, en esta zona, hablan de armas, de amapola y de muerte. En tan sólo ocho años esta región ha dado un salto cuantitativo en el cambio cultural. Por ejemplo, hoy en día casi todas las escuelas piden cuotas, lo que vuelve imposible pagarlas. Las Normales Rurales son la única salida posible a la pobreza. Así lo marca el artículo tercero de la Constitución y lo que hemos hecho es defender nuestro derecho. Cada año más de 800 alumnos presentan solicitud para formar parte de la escuela, desafortunadamente la matrícula es de tan sólo 140 y lo que busca el gobierno es quitar cada año más matrículas.

El escritor mexicano Carlos Monsiváis se refería a las Normales Rurales, como “el producto acabado de la revolución(mexicana) convertida en escuela”. La realidad es que de las 30 que existían, ahora sólo quedan 17. (http://www.sinembargo.mx/opinion/20-10-2014/28293”).

Según la Secretaría de Defensa Nacional mexicana y el Departamento de Estado en Washington, el estado de Guerrero produce el 60% de la goma de opio del país. Es una industria que según el Departamento de Estado de los Estados Unidos genera ganancias de aproximadamente mil millones de dólares.

Lo cierto es que quieren eliminar la única forma de educación que tiene el campesino mexicano. Mi sueño es ser maestro en Ayotzinapa, ser docente, volver a mi comunidad y dar clases y mostrarle a mi gente lo que esta pasando.

Aspiro a un trabajo digno y aunque el gobierno nos difame, diciendo que somos holgazanes y terroristas, que hay que cerrar las escuelas rurales, les decimos que se equivocan.

Por eso, después de todo lo que ha ocurrido, nos preguntamos:

¿Hasta dónde queremos llegar? ¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar? ¿Qué vamos a hacer? Esas son las preguntas que nos hacemos todos los días.


(1) Guerrillero, iniciador del Ejercito Popular de los Pobres. Asesinado por el ejército en 1974.

(2) Secuestro de una persona

(3) Dispararle a una persona con un arma de fuego

(4) En referencia a los halcones, es decir a los informantes del crimen organizado ubicados en las calles, que transmiten información sobre los movimientos que realiza la policía o el ejército en la ciudad.

(5) José Saramago, Ensayo sobre la ceguera, Punto de Lectura.2001).

(6) “A saber, por lo menos 100.000 muertos, más 60.000 de los migrantes centro y sudamericanos”, F. Mastrogiovanni, título del texto, Editorial, México, p. 11.

Subscribe
Notify of
guest
9 Comments
pasados
más reciente más votado
Inline Feedbacks
View all comments
marco mendez
marco mendez
7 years ago

Si este padre Clemente Rodríguez Moreno, hubiera puesto un poco de atención hacia su hijo esto no le hubiera pasado y eso de que despierta esperando a que llegue son mentiras, lo que busca este señor es seguir lucrando con la muerte de su hijo.
Ante mano está demostrado que estos narco-normalistas tenían nexo con los rojos y las desapariciones de estos, fue un ajuste de cuentas ante los guerreros unidos.

jesus rodriguez
jesus rodriguez
7 years ago

Que mas buscan estos padre y se hacen los sufridos, si las declaraciones de los mas de 120 detenidos está claro, que los narco-normalistas los quemaron y los aventaron al rio de aguas negras, porque fue un ajuste de cuentas entre criminales. Ahora lo que se debe investigar es la escuela normal rural de Ayotzinapa, ya que aseguran que en ese lugar se encuentran varios sujetos escondido que pertenecen a los rojos, entre ellos esta Omar García o el 44. Y respecto a la policía comunitaria es parte de la guerrilla y protectores de los narco, además de que nadie… Seguir leyendo »

Plinio
Plinio
7 years ago

Si según dicen es una escuela de altura, por qué hay personas Armadas en la puerta del acceso a la escuela y dentro de las instalaciones, cuantos autobuses y vehículos de transporte de carga con productos alimenticios hay ahí dentro, eso es una escuela Normal?

ANTONIO CARMONA
ANTONIO CARMONA
7 years ago

Hablar del estado de guerrero es hablar de historia que a sido manchada por grupos guerrilleros que se disputan las sierras guerrerense por el control de enervantes, ya que es de difícil acceso para las autoridades, aunque muchas de ellas estén coludidas con el crimen organizado como paso en ayotzinapa

JAVIER SANTAMARIA
JAVIER SANTAMARIA
7 years ago

Iguala guerrero cuna de nuestra bandera y enseña nacional, mas que a sido mancillada por grupos guerrilleros que se disputan el control de las sierras y minas para mantener guerrillas y politicos que solo buscan desacreditar y mantener el viejo regimen priista

Karina
Karina
7 years ago

Guerrero es el principal productor de dorga a nivel nacional, es por eso que ahi desaparecen gente al por mayor porque aunque no lo quieran ver asi es la realidad, todo es por el control de lugares para el trasciego de la droga y como hay muchos carteles es por eso que los muertos son en cientos, claro esta que como es la forma de vivir en esos lugares la gente siempre esta viendo como ganar dinero sin sufrir en un trabajo y es por eso que se meten al narco, y los normalistas de Ayotzinapa no son la excepcion,… Seguir leyendo »

rodrigo
rodrigo
7 years ago

Los padres se hacen los sufridos cuando realmente vemos que están saliendo beneficiados, ya que varias organizaciones izquierdistas los apoyan económicamente y con despensas, para que sigan haciendo su desastre y siempre estén en contra de todo lo que sea gobierno

roberto carlo
roberto carlo
7 years ago

Todo México sabe que estas escuelas son un semillero de guerrilleros, que bajo el disfraz de estudiantes, hay sicarios infiltrados conviviendo entre si, para saber que hacen los «Rojos» y el «Cartel de los Guerreros Unidos», todo esto con motivo del trasiego de amapola y mariguana, que son llevados hacia el vecino país del norte, principal consumidor de estupefacientes; los expertos del GIEI, que en su estancia en el pueblo mexicano, dejo un mal sabor de boca, por la ineptitud que demostraron

Carlos
Carlos
7 years ago

Duele ver hasta qué punto ha llegado la insensibilidad humana. El respeto por el dolor de unos padres quienes pierden a sus hijos de una manera tan cruel debería ser razón suficiente para medir las palabras antes de escribir. No sé si quien envió comentarios tan llenos de odio y de intolerancia tienen hijos aunque tampoco es necesario tener a un hijo para saber lo que significa perder a un ser querido. ¿Cómo hemos llegado a ser un pueblo tan falto de solidaridad, hasta de piedad? No sé si estoy más asustado por los tantos muertos que cada día manchan… Seguir leyendo »

Hey you,
¿nos brindas un café?