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Guadalupe Loaeza

Historias prohibidas…

«En México, el silencio o la muerte para los periodistas», se titulaba el reportaje publicado en Le Monde. A lo largo y ancho de dos páginas del diario francés se describen los lazos sumamente peligrosos entre los narcos y el poder. Todo esto ilustrado con un mapa de la República Mexicana y del estado de Veracruz, junto con otras estadísticas que muestran las zonas de más influencia de los principales cárteles. Así como un reportaje especial acerca del «‘narco-cónsul’ en el corazón de Europa», a propósito de Fidel Herrera.

«En 20 años han asesinado 119 profesionales de los medios (…) más del 90% de estos crímenes quedan impunes», según la encuesta del colectivo «Forbidden Stories» cuyo equipo ha seguido la pista de las investigaciones de Regina Martínez, La Chaparrita, como la llamaban sus amigos, asesinada en abril del 2012. Hasta la fecha y a pesar de que han transcurrido más de ocho años, cuando se habla del caso de la corresponsal de Proceso en Veracruz, se hace a susurros entre los periodistas veracruzanos, de tal grado es la herida que dejó este crimen imperdonable. «Eso han aprendido aquí, donde más violencia homicida han vivido; donde en un solo sexenio, el más cruento que se haya visto en la historia del periodismo en el país, el del gobernador Javier Duarte de Ochoa, 17 periodistas fueron asesinados» (Proceso). Afortunadamente el caso aún no está cerrado. De allí que el 19 de noviembre, Andrés Manuel López Obrador se comprometió a revisar y a reabrir la investigación: «Lo de Regina, estoy de acuerdo, es mi compromiso, que se busque reabrir el caso. Regina me acompañó en el éxodo por la democracia, cubrió todo nuestro andar en Veracruz en 1990 como reportera de Proceso, una periodista incorruptible, profesional».
Hay que decir que este caso volvió a ser tema de la agenda pública nacional e internacional gracias a «The Cartel Project» en cuya investigación participaron 60 periodistas de 18 países de 25 medios, entre los que se encuentran The Washington Post, The Guardian, El País, Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP) y la revista Proceso. Por su parte, «Forbidden Stories» siguió las investigaciones de periodistas agredidos o asesinados especialmente durante las administraciones de Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte de Ochoa. «Bajo el mando de estos dos gobernadores, Veracruz se convirtió en el lugar más peligroso del mundo para ser periodista. Desde el año 2000, 28 periodistas han sido asesinados en la región y otros 8 desaparecidos, la mayoría de ellos durante los 12 años que Herrera y Duarte estuvieron en el poder, según un recuento del Centro de Protección de Periodistas, CPJ» (Proceso).

Respecto al asesinato de Regina aún se desconoce el verdadero motivo: si fue debido a un robo o a un crimen pasional, como continúa afirmando la Fiscalía veracruzana, la cual, por cierto, se niega a seguir otras líneas de investigación que relacionan el homicidio con el trabajo de la periodista de 48 años. «Regina estaba a punto de publicar un artículo explosivo sobre las inmensas fosas clandestinas en la región. El caso habría manchado la imagen del gobernador Duarte» (Le Monde).

A lo largo del extenso reportaje del periódico francés, aparecían muchos testimonios de activistas, periodistas y abogados, en su mayoría de Veracruz, que se involucraron en el asesinato de Regina y de otros colegas. Veamos algunos ejemplos: «Después de este asesinato y el de Rubén Espinosa, sientes que tú puedes ser el siguiente», confiesa Félix Márquez, periodista independiente que tuvo que refugiarse en Chile y desarrolló síntomas postraumáticos. «Esta vulnerabilidad hace que te autocensures. Crea muchas zonas de silencio en muchos rincones del país», dice Balbina Flores, de RSF. Sin una defensa sólida, los reporteros no van solos a las zonas de peligro y se movilizan en grupo. «Tuvimos que poner a un lado nuestro ego para trabajar de una manera colectiva», dice Félix Márquez.

No hay duda de que caras vemos, e historias prohibidas no sabemos…

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