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Guardar el dinero bajo el colchón

La noticia corrió en los medios con el nombre los “Papeles de Pandora”. Algunos se preguntaron si hablaban de una canción, una obra de teatro, un libro o una novela de televisa. Hasta que todos nos enteramos del chisme: esos papeles encierran los nombres de los millonarios que tienen su dinero en paraísos fiscales. No es la primera vez que sucede, ya nos habíamos enterado hace cinco años de los Papers, otro paraíso fiscal en Panamá. El sistema permite que personas y multinacionales escondan sus fortunas para evitar pagar impuestos. Para lograrlo deben contar con una red de profesionales que los ayuden. Son los encargados de salvaguardar el sistema financiero. Un escándalo más para envidiar a los ricos.

El presidente de México López Obrador ha cultivado el resentimiento hacia los empresarios y los intelectuales, pero ¡qué paradoja!, son los que pagan impuestos y crean fuentes de trabajo. Por el contrario pareciera que para él los narcos sean intocables.

El informe de los Papeles de Pandora tiene repercusiones políticas graves en diferentes países y en México también.

Al presidente de Rusia Putin lo vinculan con una casa adquirida en Mónaco por una mujer que habría tenido un hijo con él. También aparece el rey Abdalá II de Jordania acusado de usar empresas fantasma en el Caribe con las cuales adquirió propiedades en Estados Unidos, el Reino Unido y en otros países. Su equipo de colaboradores afirmó que las había comprado con sus propios recursos. Los jordanos se indignaron al enterarse de las compras del rey en momentos de crisis como los actuales durante los cuales Jordania carece de servicios básicos.

El escándalo de los Papeles de Pandora deriva de quien oculta flujos de ingresos ilícitos que abren la puerta al lavado de dinero, la evasión fiscal y en algunos casos son utilizados para financiar el terrorismo. ¿Qué significó abrir esa caja de Pandora? El descubrimiento no fue nada fácil. Es un trabajo de años, llevado a cabo por un Consorcio Internacional en el cual se involucraron unos 600 periodistas de investigación. En la lista de quien mantiene dinero en esos paraísos fiscales aparecen: políticos, empresarios, deportistas, artistas y hasta asociaciones religiosas.

Y en México, tras tanto alardear de gobierno honesto, aparecieron involucrados tres personajes muy cercanos al gobierno de López Obrador; su “hermano” el exconsejero jurídico, su secretario de Comunicaciones y Transportes y hasta un senador.

El ocultamiento de dinero no es nada nuevo. En la prehistoria enterraban sus tesoros, antes de que los bancos se llevaran las ganancias con el argumento de cuidarlas. Hoy día, con las nuevas tecnologías es fácil para los hackers vaciar las cuentas. La fórmula más parecida a la actual fue la del rey Enrique VIII de Inglaterra en 1535, quien impuso restricciones a un instrumento legal llamado USO que ponía en riesgo las relaciones feudales de posesión de tierra y que servía para no pagar impuestos. Con el tiempo lo reemplazaron por el fideicomiso, el Trust. Esta, que sigue siendo una de las herramientas legales más ingeniosas para la preservación de la riqueza privada, servía para que los ricos eludieran las normas sobre la herencia y hoy es el instrumento para la omisión fiscal.

También hay que admitir que pagar los impuestos sobre ganancias obtenidas honestamente a veces resulta difícil ya que da coraje ver como los políticos se vuelven magos a la hora de desaparecer el dinero de todos. Construyen obras de relumbrón destinadas a transformarse en elefantes blancos como el tren Maya y la refinería de Dos Bocas. El FMI sugirió al gobierno de México que las suspendiera con el argumento que requieren recursos que deberían invertirse en otros servicios básicos para el pueblo.

En cuanto a pago de impuesto hay una verdadera cacería de brujas hacia la clase media, esa que el presidente llama aspiracionista. Ama tanto a los pobres que, como un mago, los ha multiplicado. Es una incongruencia: fiscalizan quienes depositan 15 mil pesos en su cuenta, como si fuera una fortuna, y además el Banco HSBC cancela cuentas a sus clientes como si fueran narcos o lavadores de dinero. Incluso presentando la procedencia de los recursos y la declaración del SAT. Con esas políticas de Hacienda quienes pagan impuestos van a preferir guardar el dinero bajo el colchón, volcarse a la informalidad y utilizar la nueva forma de criptomoneda, el dinero digital que no se fiscaliza.

Es el mismo trato que muchas veces se les da a los viajeros en los aeropuertos, tratándolos como si fueran delincuentes. Y, en el mientras, los narcos viajan en sus propios aviones y se protegen a base de sobornos sin pagar impuestos.

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