Somos una revista independiente que sobrevive gracias a tu apoyo. ¿Quieres ser parte de este proyecto? ¡Bríndanos un café al mes!

Esto no es un top 10

10 cosas que enloquecen a los hombres en la cama, 9 señales para saber si ya encontraste a tu mejor amiga, 12 pasos para comprender a tu hija adolescente; entre muchos otros, son artículos que vienen apareciendo en las redes sociales y hacen que todos apunten sus pulgares hacia arriba. Así también, mirándolos bien, y en conjunto, sugieren un patrón –digámoslo ingenuamente– verbal. Cada uno de ellos anuncia una intención radical: saber, comprender, enloquecer; en fin: asegurar. Y todos lo hacen bajo un sistema: el número.

Ahí verbo y número se ligan entonces para poner de manifiesto la necesidad constante de reducir las diferentes respuestas (y preguntas) que se generan por, para y desde la relación con el otro; buscando que los asuntos más importantes de la vida –amor, amistad, sexo, familia– se ubiquen en un espectro que no sobrepase el número de dedos en las manos. Porque está claro, los rangos amplios, por cuestión de longitudes, tienen mayor posibilidad de producir grietas, huecos, despeñaderos y desesperanza y, es claro, que a nadie le gusta encontrar ni grietas, ni huecos, ni despeñaderos ni, mucho menos, sentir desesperanza. Es,decididamente tranquila, la creación del retraimiento de la vida.

Lo que se busca, entonces, es disminuir la necesidad de entender a los otros –con sus casos y formas–  en la poética y prosa de sus vidas, restringir los sentidos frente a lo desconocido y mermar el vértigo constante de la posibilidad de los hallazgos. Tampoco está de más decir que estas reducciones son patrocinadas por los diseños efectistas, psicologistas y, naturalmente lucrativos, que se generan a través de las formas y medios masivos de comunicación. Con todo su imperio de sugestión.

Mejor piense que quizás lo que excita a su pareja es la lengua nervuda, corta y espesa con la que usted le habla, y no el hecho de morderse los labios en la parte inferior, pausadamente, como lo asegura 20 trucos infalibles para que se muera por besarte.

Total, matar es un asunto factorialmente, más complicado.   

Hey you,
¿nos brindas un café?