El otro día conversaba sobre maquillaje con una chica que me impresionó al aconsejarme: “no le compres nada a MAC. Ellos utilizan animales, yo no les compro por eso”. Fátima es joven, 21 años, tiene clara muchas cosas y otras no tanto. Trabaja, estudia, sale con su novio los fines de semana y tiene una firme convicción: nunca le comprará nada a marcas que usen animales para probar sus productos.
Ante una reacción tan genuina y auténtica, me pregunté: ¿estaremos todos preparados para ser consumidores 3.0? Es de dominio público que ya estamos entrando en la era del Marketing 3.0 y sabemos el reto que actualmente enfrentan las empresas para implementarlo y lograr un impacto en sus consumidores. Pero, ¿qué tanto nos parecemos a ese consumidor 3.0?
Esencia de un consumidor 3.0
- Confianza: en primer lugar, el consumidor 3.0 tiene confianza en lo que desea comprar y la pone solo en marcas que se hayan ganado su lealtad.
- Autenticidad: el consumidor 3.0 es genuino. Sabe perfectamente lo que está buscando. Es difícil para otra marca hacerlo cambiar de opinión una vez que toma la decisión.
- Sinceridad: el consumidor 3.0 es sincero. Si no le gusta tu producto te lo hará saber y lo hará público por todas las plataformas que estén a su alcance.
- Sociabilidad: el consumidor 3.0 es social. Conversa mucho y le gusta preguntar y asesorarse con otros consumidores antes de realizar la compra. Es activo en redes sociales, compra online y dedica horas a investigar los pros y contras de las marcas y productos que desea comprar.
- Exigencia: debido a la cantidad de tiempo que invierte investigando antes de comprar, el consumidor 3.0 es exigente. Y por “exigente” no me refiero solo a la calidad del producto. Me refiero a qué tan socialmente responsable es la marca que lo vende, cuáles son los materiales o ingredientes con que lo fabrican, ¿es un producto vegano?, ¿utiliza químicos dañinos para el ser humano y su ecosistema?, ¿es un producto ecológico?, ¿tiene reseñas positivas? ¿cuántas estrellas tiene por Amazon?, ¿es gluten free?.
Ahora, entendamos que el comportamiento de un consumidor 3.0 va más allá de la evolución generacional y de la evolución de la conciencia social de la marca. Es un comportamiento que se va moldeando y contagiando a medida que las personas van generando conocimiento en otras, y que los más jóvenes van forjando esta conducta en los mayores. Así como esta chica hizo conmigo, interviniendo directamente en mi decisión de compra a futuro.