Somos una revista independiente que sobrevive gracias a tu apoyo. ¿Quieres ser parte de este proyecto? ¡Bríndanos un café al mes!
Diana Bunker

¿En qué nos hemos convertido?

Desde mi llegada a Argentina, mis ojos se abrieron a un millón de cosas diferentes, a ciertas libertades que consideraba “locuras”. Se abrieron mis ojos mucho más allá de los prejuicios implícitos y “sin malicia” de mi crianza. Estoy convencida que definitivamente, mucho del odio, del racismo y del rechazo a otrxs (y me permito escribirlo tal cual lo leen) viene de la ignorancia. Le tememos a lo que no conocemos y muchas veces, ni damos oportunidad de entender o de saber de qué se trata. Hacemos chistes de “maricas”, de “lesbianas”, de “putxs” o incluso, mucho peor: perpetuamos chistes sexistas, machistas y nos reímos y celebramos la cosificación de la mujer. Fomentamos el odio contra todo lo que no entre en el eje establecido por la sociedad… y así, desde nuestros pedestales, con la cara muy lavada tenemos las pelotas y ovarios de decir que “predicamos la paz”.

Higui está presa. Está presa por lesbiana. Está presa por defenderse de una patota de diez “machos” que querían “hacerla mujer” (intentaron violarla, y querían matarla…). Higui fue acosada, apedreada y vulnerada en anteriores ocasiones… hasta que ese día nefasto llegó, y en defensa propia mató a uno de sus agresores.

Higui no goza de la empatía popular, ni de la amarillista cobertura mediática que otrora se le diera a “lxs pobrecitxs que se defienden de cosas malas”. Pareciera que el sesgo de la justicia solo le otorga ese privilegio a quienes se ajustan a las reglas patriarcales de la sociedad. Hace poco un medico mató a tiros a un ladrón no habiendo sido agredido y anda con la tranquilidad de la “defensa propia”. Me tomo la libertad de citar a Adriana Carrasco de Pagina12, “¿Hasta qué punto ser mujer, pobre y lesbiana tiene peso a la hora de evaluar si existió legítima defensa?”. Analía, “Higui” sigue presa acusada de homicidio mientras que los que la agredieron gozan de plena libertad sin ninguna investigación sobre lo que hicieron. El expediente de Higui, lleno de irregularidades y las constantes amenazas de sus agresores contra su familia parecen no significar nada para la justicia.

La hago corta, porque me indigna… me asquea la situación. ¿EN QUÉ NOS HEMOS CONVERTIDO?

Si de alguna manera te mueve lo que estás leyendo, súmate, apóyanos, apoyemos a Higui, démosle la difusión que se merece. Higui necesita contención, empatía, acción. Por ti, por ella, por todas nosotras. Independientemente de nuestra condición social u orientación sexual, es hora de hacer algo.

Este 7 de marzo, en Argentina, se celebrará el día de la visibilidad lesbica y estaremos ahí por Higui. El 8 de marzo, habrá paro nacional de mujeres. Por ti, por mi, por Higui. ¿Y tu?, ¿te sumas?.

Hey you,
¿nos brindas un café?