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gabriel jaime caro

Elle, con Isabelle Huppert

 

Chabroll descuartizado o como evitar que este filme sea el más efectista del año, entre los nominados.

 

I

Mi primer editor de prensa, Luis Alberto Alvarez, me recomendaba no escribir sobre un filme que no te gusta, como por ejemplo Godzilla, El señor de los anillos, Gravity, ahora, en fin, que son cachas, o nalguitas al sol, salto al tecnicismo, cinemascope; pero como este caso tenía que ver con la ninfómana convertida después de una violación, suscita interés en la sala. Isabelle Huppert, Elle, del director belga, Paul Verhoeven, la estrella que tiene otra película por ahí en cartelera neoyorquina, Things to come, que sí vale la pena comentar.

Va a haber sorpresas, si gana la más efectista, solo los bio pic la cercarían, en este caso de actrices. Un París ateo se disfraza de Papa Francisco I en la novela Oh de Philippe Birke. Las empresas DE VIDEO JUEGOS, apuntan a esta verdad, otra cosa es la farsa de la familia francesa, sin amor, puro sexo violento. El padre que viola, la madre que oculta su vejez, acá, lo peor, otra cosa es Catherine Deneuve con cirugías de ninfómana: Diario de una ninfomana de Cristian Molina; Ninfomana I y II, de Lars Von trier, que es más bien fascista. Nunca un filme tan claro como Salò de Pasolini.

Aquellos golpes que descuartizan la razón por un ay ceremonioso, sadista. Isabelle Huppert ya nos tiene acostumbrados, a que ella que es pura poesía, trabaje en filmes violentos y perversos. Pero cuando el cine llega a los incautos, estas perversiones son todo un encanto para el espectador, no así para los críticos, que estamos cansados de que se equivoquen en los planos, en los guiones de adaptación, y en las complacencias comerciales.

La pregunta es ¿la provocación de una mujer con sus ademanes de chica inteligente, viviendo sola, es suficiente motivo para que un hombre que observa, que es voyerista, su vecino, la convierta en víctima de posesión y vicio del amor?

 

II

Jackie de Pablo Larraín, 2016.

Fuimos al screening del Village Voice, a rendirle un homenaje a la Jackie Kennedy, en Jackie del chileno Pablo Larraín, sentados incómodamente, y dejándonos llevar por el bio pic con Natalie Portman, la actriz neoyorquina ganadora de un Óscar, haciendo de viuda, con una caracterización muy rara, de diva, con su porte de primera dama, con el embrujo de las capitulaciones, o la trampa de la CIA, en el asesinato en Dallas.

Yo estuve a punto de salirme, pero mi curiosidad pudo más, si este raro filme conquista al espectador, con sus escasos momentos de emoción. Me gustó más el documental JFK de Oliver Stone. Si este filme reportaje es único ahora en cartelera, la culpa es de Larraín, el mismo genio del cine chileno, que nos convenciera con El Club, ganadora de Berlín, y con No, sobre el No a Pinochet, y Neruda, que viene pronto en cartelera.

Jackie fue una mujer sola, entregada a su papel de esposa de J.F.K. quien vivió una pesadilla con el asesinato del presidente y sus consecuentes momentos del funeral. En el filme más parece una actriz retirada, fumando todo el tiempo con el fumando espero, que una primera dama descuartizada y en segundo plano. Vimos a un Kennedy parecido y enano, que me hizo ahogar de espanto y burla.

Otra en donde Estados Unidos sembraba el amor católico en los 60s, la revolución cubana, y por otra la guerra de Vietnam contra el comunismo que se venía encima con el presidente electo, Lindon B. Jhonson. El poder de la familia Kennedy se derrumbaba como una maldición de tipo Marschall, imperialista, McCartismo, de fiesta republicana contra los coqueteos de los demócratas con el socialismo mecánico de Myrdal y Lukács, no así del fallecido Fidel Castro, con el nacionalismo stalinista.

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