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Toni García Arias
Toni García Arias - ViceVersa Magazine

El socialismo de los gestos

Por fin, Pedro Sánchez – el que todos creían muerto políticamente -, ha logrado su gran sueño: hacerse con el gobierno de España.Para ello, ha sabido esperar, agazaparse como un felino en la sabana detrás de un ñu, saltar como un lince y soltar un zarpazo en forma de moción de censura. Para conseguir el gobierno, Pedro Sánchez ha tenido que apoyarse en los partidos nacionalistas, esos que dicen que no tienen una idea de España porque son regionalistas.Irónicamente – por no decir patéticamente – a esos políticos nacionalistas les importa un carajo lo que suceda en Extremadura o en la Región de Murcia, pero están presentes en el Congreso y en el Senado español cobrando un generoso sueldo gracias a los impuestos que pagan los extremeños y los murcianos. Para eso, son más españoles que nadie. A cambio de ese apoyo para conseguir el gobierno, estos partidos nacionalistas recibirán con seguridad algún tipo de compensación por parte de Pedro Sánchez. Ya sea una inversión económica mayor en su comunidad autónoma o un reconocimiento como país en su estatuto o un derecho a votar la autodeterminación. Y es que, gracias a la organización territorial en comunidades autónomas que padecemos, España se ha convertido en un enorme mercadillo veraniego donde todo se compra y se vende, y para sacra mejor tajada, nada mejor que estar gobernado por un partido nacionalista extremista y excluyente.

Al margen de esto, hay que reconocer el valor del nuevo presidente del gobierno. Cuando se encontraba casi noqueado por las encuestas y la bajada en intención de voto hacia su partido era dramática, Pedro Sánchez ha sido capaz de revolverse y llevar al partido socialista al gobierno, algo absolutamente impensable hace apenas un mes. Aquellos cuya máxima referencia sobre lo que significa el socialismo es el infausto Zapatero, están de enhorabuena. Y es que este socialismo representado por Zapatero y por Pedro Sánchez es el nuevo socialismo; el socialismo de los hashtags, el socialismo de las frases en Facebook, el socialismo de los gestos.  Y, por eso, muchos socialistas de esta nueva época aplauden el nombramiento del gran literato Maxim Huerta, que es a la cultura lo que la bruja Lola a la ciencia. Pero hablando de gestos, ninguno como el ofrecimiento del gobierno español para acoger a los 600 inmigrantes del barco “Aquarius”. Es, sin duda, un precioso gesto humanitario. Eso sí; un número muy importante de los que aplauden esta medida llevan a sus hijos a colegios privados y concertados, porque no quieren que sus hijos se mezclen con lo que ellos mismos llaman “moros”. Estos nuevos socialistas son generosos y solidarios con el esfuerzo y el sacrificio de los demás, y dejan para la escuela pública a los que representan la diversidad cultural de nuestro país: aquellos que no llegan a fin de mes, a los que no pueden pagarse el comedor escolar, a los gitanos, los desfavorecidos, los chinos, los rumanos, los árabes, … toda esa gente que puede manchar sus maravillosos y relucientes trajes de Calvin Klein.

Sin embargo, hay que ser honesto y reconocer las grandes proezas de este gobierno que, en apenas unas semanas, ya apunta maneras. Por eso, no se puede negar que Pedro Sánchez es un valiente y se ha puesto ya desde el primer momento a solucionar el gran problema de este país: Franco. En apenas unas semanas en el gobierno, Pedro Sánchez ya ha reunido a sus fieles y ha comenzado a planear la exhumación del dictador del Valle de los Caídos. Después de eso, España despegará como un cohete. No habrá paro, habrá tanto trabajo que tendrán que cerrar los comedores sociales, no se necesitarán becas, los másteres serán mucho más baratos para que los padres no tengan que hipotecarse por los estudios de sus hijos, el precio de la vivienda bajará hasta un euro el metro cuadrado, las empresas eléctricas dejarán de pactar precios para “estafar” a sus clientes, las empresas petrolíferas dejarán de pactar precios para “estafar” a sus clientes, las empresas de telefonía dejarán de pactar precios para “estafar” a sus clientes, los hombres dejarán de matar a sus mujeres, los médicos se aburrirán sentados en las sillas de sus consultas porque no habrá listas de espera, los autónomos tendrán coberturas para no arruinarse en caso de enfermedad, los parques estarán limpios y no dará miedo pasear por ellos de noche, los políticos no robarán dinero de las arcas públicas, los españoles podremos disfrutar de los mismos permisos de paternidad que en el resto de países civilizados de Europa, las planeadoras dejarán de desembarcar a sus anchas en las playas de Cádiz, el sistema judicial volverá a recuperar la cordura y el sentido común, los salarios en España dejarán de ser salarios de esclavos modernos,… y todo gracias a coger los huesos de un viejo que lleva enterrado casi 50 años y llevarlos para otro sitio ¿Habrá algo más fácil en la vida que gobernar?

En fin; que el socialismo español sigue huérfano de ideología y se desangra en el absurdo de la vulgaridad y la incultura, liderado por aquellos que con su gestualidad dicen ser una cosa pero que, en sus actos más internos, son otra bien distinta.

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