Cuando hablamos de cultura pensamos que es solamente un concepto que involucra el arte y se refiere a quienes tienen conocimientos.
Sin embargo el término cultura proviene del latín cultus que se refiere al cultivo del espíritu y de las facultades de los seres humanos. La cultura es un conjunto de formas y expresiones que caracterizan a una sociedad en una época específica e incluye costumbres, creencias, prácticas comunes, reglas, normas, vestimenta, gustos, religión, rituales y manera de ser.
Desde el enfoque de la psicología, es la configuración de todo lo aprendido: las conductas, la manera de relacionarse y los modelos que se transmiten a los miembros de la sociedad. La cultura incluye las creencias, el arte, la moral, el derecho, el conocimiento, el lenguaje, las costumbres, las maneras de actuar, de pensar, los hábitos y los roles que adquiere la sociedad.
La cultura tiene lugares en los cuales puede expresarse: museos, teatros, bibliotecas, centros culturales, y formas para hacerlo: el arte plástico, la literatura, la música, la danza etc. Es de carácter popular y adquiere un nivel superior cuando quien la ejerce se especializa en un área. La estética tiene por objeto el estudio de la esencia, las emociones y la percepción de la belleza según los cánones del momento y de la sociedad.
En el carnaval de Venecia la nobleza se disfrazaba para mezclarse con el pueblo, de esa práctica derivó que las máscaras venecianas se convirtieran en una tradición y se volvieran famosas en todo el mundo. Estamos tan saturados de arte, que para llamar la atención los artistas han buscado manifestarse a través de una disrupción en el tradicionalismo artístico.
El sistema de creencias está basado en ideas determinadas sobre la forma de ver la vida y el mundo, son opiniones sobre los diferentes aspectos de la vida, que se transmiten a través del inconsciente colectivo. También incluye los valores que influyen en la manera de sentir, actuar y reaccionar. Las creencias son una fuente de influencia muy poderosa, crean juicios y prejuicios muy enraizados que se repiten en automático y cuando alguien rompe las reglas, es duramente criticado.
Un ejemplo es el juicio con el cual una familia tradicional critica y a veces repudia a un hijo que se declara homosexual, se casa y además adopta a un niño. O también al que se vuelve artista contrariamente a los deseos del padre quien quisiera que continuara con sus negocios.
Las creencias nos dominan, dictan lo que “debemos” hacer: cuándo casarnos, el número de hijos, incluso influyen en la elección de pareja. Albert Einstein afirmó que es más fácil romper un átomo que una creencia.
Las religiones tienen un sistema de creencias muy arraigado, sin embargo, también aportan beneficios en algunos aspectos relacionados con la salud por ejemplo en los casos de depresión y deseo de suicidio. Se llevó a cabo una investigación entre cristianos, hindúes, judíos, musulmanes y personas no religiosas. Los musulmanes creen fuertemente en el poder sanador de la meditación y la practican antes que buscar la ayuda de un médico especialista. La religiosidad en los ancianos los conduce a una mejor aceptación del envejecimiento, la enfermedad, el sufrimiento, les brinda esperanza y un sentido de trascendencia entre la vida y la muerte.
En México el presidente López Obrador se siente un guía espiritual y se obsesiona en perdonar a los delincuentes y dice: “merecen respeto, son seres humanos”. Difunde la campaña de abrazos no balazos, como si por decreto fuera a disminuir la violencia que sufre nuestro país. Presume ser seguidor de Jesús de Nazaret y no esconde sus creencias como protestante evangélico al no rendir culto a los símbolos patrios. Sus dogmas religiosos están por encima de su investidura sin importarle que costó mucha sangre tener un estado laico que debe respetar.
En cuestiones de salud y una mejor recuperación, son importantes la autoestima y la buena actitud.