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Rebecca Van Roy

El retrato – Todo menos estático

¿Quién serás este año? 

Simultáneamente con la época en la que nos planteamos preguntas vertiginosas de quiénes somos y quiénes queremos ser y en que caemos en la definición de estrategias imposibles para transitar de una identidad imperfecta a la deseada, la Galería de Retratos Nacional Smithsonian (Smithsonian National Portrait Gallery) en Washington ofrece algo de consuelo con “El retrato ahora: Ponerse en imagen,” exposición abierta hasta este 12 de abril, de las obras de David Antonio Cruz (de descendencia puertorriqueña), Carlee Fernández (californiana), María Martínez-Cañas (de padres cubanos, criada en Puerto Rico), Rachelle Mozman (panameña-neoyorquina), Karen Miranda Rivadeneira (ecuatoriana) y Michael Vásquez (Miami).

Empezó el año y ¿aún no defines ni quién eres?

Ten la seguridad que no estás solo.

Tu confusión tiene sus raíces en la naturaleza humana. 

…y en 59 retratos en fotografía, pintura, collage y técnicas mixta. Pero lo que imaginamos inmediatamente al pensar en «retrato» — un rostro, una mirada, una pose fija y hasta plástica que congela un momento, si algo, es una leve insinuación de cómo estos seis artistas latino-estadounidenses plasman la identidad.  

Desafiando la noción del retrato tradicional, los expositores se enfocan, más que en el rostro de un individuo como protagonista, en ilustraciones de recuerdos, residuos emocionales de experiencias de aceptación y rechazo, tensiones asociadas con migrar a culturas nuevas y la influencia de familiares y el entorno en lo que se termina de entender como la identidad del individuo. 

Así, lejos de típicas efigies, Cruz, por un lado, derrama aceites marrones y pasteles en grandes lienzos con platos rotos y telas abultadas mostrando lo que él llama la «diasporica queer» que ha sido suprimida de las narrativas de la inmigración puertorriqueña. Fernández muestra con fotos de sí disfrazada de oso y otras vestida como hombre la convivencia de sexos, humanos y animales. Por otro lado, Martínez-Cañas sobrepone fotografías de su rostro con el de su padre en incrementos de diez por ciento (diez por ciento más de un rostro y menos del otro) para expresar duplicidades que conforman la identidad. Mozman refleja a través de fotos de su madre, vestida, por ejemplo, como mucama, tensiones sociales. Y tanto Rivadeneira, usando también fotos de su familia, y Vásquez, pinturas de pandilleros, reconstruyen recuerdos de su infancia explorando como la memoria y el pasado nutren lo que somos.

Las obras no imponen un concepto de la identidad, ni resuelven la búsqueda de ella. Más bien, transmiten la presencia de algo que se puede entender como una identidad, con algo de continuidad en el tiempo, pero con una marcada tendencia hacia la transformación. Así, algo que parece relativamente constante, en realidad, constantemente cambia. Desde la perspectiva de los curadores Tania Caragol, Rebecca Kasemeyer, Dorothy Moss y David C. Ward,  «Como actores componiendo un personaje, ellos exploran las fronteras de la individualidad en su obra. En el transcurso, el retrato pierde su aura de certeza y se convierte en un mapa cambiante para encontrarse a sí mismo y a los demás».  

“Ponerse en Imagen” evoca una versión contemporánea del retrato en un mundo tan conectado que las demarcaciones entre el individuo y su entorno, ambos continuamente variables, son permeables y la identidad de la persona poco se separa de su contexto y del colectivo. El individuo pierde importancia como eje central. El retrato es de una dualidad o un colectivo y la identidad es negociable y flexible. 

¿Quiénes serás este año? 

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