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Cesar Chelala

EL PELIGRO DE INFECTAR LA MENTE DE LOS POLÍTICOS

Donald Trump, con su estilo característico, ha llamado “RINOS” a aquellos legisladores republicanos que no están totalmente de acuerdo con él, un acrónimo para republicanos solo de nombre. Propongo una calificación diferente; uno que incluya no solo a todos los republicanos, sino también a algunos demócratas. Sugiero llamarlos “REPAM”. Permítaseme explicar.

Una ameba, es un tipo de célula u organismo unicelular que tiene la capacidad de alterar su forma; lo hace extendiendo y retrayendo sus seudópodos, una proyección temporal similar a brazos que mueve en la dirección de su movimiento. Un REPAM (republicano-ameba) es un legislador republicano infectado con un tipo particular de ameba.

Varias personas infectadas con esta ameba sufren profundas consecuencias. Es el caso de los infectados con la especie Naegleria fowleri, la llamada “ameba come-cerebros”, que afecta particularmente (aunque no solo) a los legisladores republicanos, causándoles la pérdida del sentido común. En los casos más graves, conduce a una alteración de los valores morales del paciente y a una pérdida del sentido de decencia a la antigua.

El comportamiento de las amebas que cambian de forma recuerda las opiniones políticas de la mayoría de los legisladores republicanos. En lugar de cambiar de forma, como la ameba que los infectó, cambian de posición política según su propia conveniencia. Que se sepa, lo hacen sin remordimientos.

Las amebas tienen una larga historia y, desde que se descubrieron, afectaron a varios políticos europeos. El primer organismo ameboide fue encontrado en 1755 por August Johann Rösel von Rosenhof. Llamó al organismo que descubrió “Der Kleine Proteus” (“El pequeño Proteus”), similar en apariencia a la especie más común, ahora conocida como Amoeba proteus.

Dos sucesos históricos recientes muestran claramente los efectos nocivos de las amebas en la mente de los políticos: los eventos del 6 de enero de 2022 y las audiencias de confirmación para la Corte Suprema, de la Jueza Ketanji Brown Jackson, substanciadas en el Senado.

Si bien los hechos del 6 de enero fueron quizás una de las más graves amenazas a la democracia en nuestro país en el último siglo, solo unos pocos legisladores republicanos – cuyas propias vidas estuvieron en juego durante aquellos hechos – se han atrevido hasta ahora a condenarlos de manera inequívoca. Algunos, que inicialmente los reprobaron, pronto cambiaron de opinión y corrieron a la WHINO (Casa Blanca solo de nombre) en Florida para asegurarle a su propietario su eterna admiración y apoyo.

Las audiencias de confirmación de la Jueza Ketanji Brown Jackson – quizás uno/a de los/as candidatos/as a la Corte Suprema más calificados/as en los últimos tiempos – volvieron a mostrar los efectos nocivos de la infección por amebas en la mente de los legisladores republicanos (REPAM).

Los ataques injustos e inciviles contra la Jueza Ketanji Brown Jackson, nunca debieron perpetrarse no solo contra ella, sino contra cualquier otra persona. Como era de esperar, el líder de REPAM tuvo que agregar su propia opinión desde su spa – centro de hidroterapia – de Florida. “La Jueza Jackson fue increíblemente irrespetuosa con los senadores republicanos que en muchos casos formulaban preguntas muy amables”, dijo Donald Trump. “Ella demostró un total desdén e incluso odio hacia ellos”.

¿Cómo puede calificarse a poderosos hombres blancos que se alían contra una mujer negra, cuya estatura moral nunca podrán alcanzar?

Debido a sus calificaciones, la Jueza Ketanji Brown Jackson fue confirmada. Si sus audiencias tuvieron algún efecto, sin embargo, fue para mostrar – una vez más – la ineptitud moral de quienes la atacaban. La decencia tiene significado, incluso en estos tiempos difíciles.

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