Somos una revista independiente que sobrevive gracias a tu apoyo. ¿Quieres ser parte de este proyecto? ¡Bríndanos un café al mes!

El país de nadie

Desde el 6 de diciembre de 1998, fecha en la que Hugo Chávez llegó a la presidencia, Venezuela cambió para siempre. Quisiera decir que para bien; tristemente ese día toda la capacidad productiva, la economía, la educación, el progreso, todo, comenzó a morir lentamente. Pocos se imaginaban el catastrófico futuro que se avecinaba: el presente sin rumbo que hoy enfrentamos quienes vivimos en éste, el país de nadie.

Infinidad de cosas han pasado en estos 18 años, innumerables acontecimientos que han oscurecido la historia de una nación que no es ni la sombra de lo que fue en aquella época en la que miles de inmigrantes encontraron aquí su paraíso terrenal.

En éste, el país de nadie, me atrevería a asegurar que actualmente se vive el peor momento; y no hacen falta palabras que lo sustenten cuando hace apenas unas semanas una imagen lo dijo todo: la estampa de 130 mil venezolanos cruzando la frontera con Colombia, en busca de alimentos y medicinas, artículos que se han vuelto prácticamente imposibles de conseguir en Venezuela, o que son impagables para la mayoría de los ciudadanos, agobiados por una inflación que supera el 700%.

El mundo, incluso los venezolanos, quedaron atónitos al ver la frontera colombo-venezolana repleta de un mar de gente, que en igualdad de condiciones, se encontraba caminando bajo un inclemente sol con la esperanza de conseguir sustento para su familia, aunque fuese solo por pocos días. Esta imagen impresionó a todos, menos al Gobernador del Táchira, José Gregorio Vielma Mora, quien aseguró que las mujeres que cruzaron la frontera “no estaban pasando hambre, estaban robustas, lo que quiere decir que en el país no hay una crisis humanitaria como lo quieren establecer otras naciones para aplicar la Carta Democrática Interamericana en Venezuela”.  Y ¿si no es una crisis humanitaria el hecho de que en el país la escasez de alimentos y medicinas alcanza una escandalosa cifra del 90%, entonces qué es?

En éste, el país de nadie, enfermarse de lo que sea puede terminar en la peor fatalidad, así como recientemente le ocurrió a la familia Chávez, que tuvo que despedir a uno de sus miembros (Aníbal Chávez, alcalde de Sabaneta de Barinas), quien falleció -según información de medios nacionales- a consecuencia de una Salmonella bacteriana, infección estomacal que tratada a tiempo, con los medicamentos justos y en un país en condiciones normales, no supone mayor peligro. Este hecho dejó al descubierto la crisis sanitaria que atraviesa Venezuela, pues  hasta la misma Doña Elena, (madre del fallecido presidente Hugo Chávez), calificó a la actual Ministra para la Salud de “incompetente”, ante la noticia de la muerte de su hijo Aníbal. Nada más que decir. Nadie escapa al absoluto desastre en el que han convertido a Venezuela.

En éste, el país de nadie, hasta el más mínimo detalle se ha convertido en un lujo: comer, asearse, vestirse, salir a distraerse. Cualquier opción puede resultar bastante costosa para los venezolanos, que ganando en bolívares, pagan todo a precio de dólar negro.

Éste se ha convertido en el país de nadie porque la mayoría de los venezolanos se sienten huérfanos de patria, porque nuestra Venezuela se extingue lenta y dolorosamente. Ya los venezolanos no se hallan en este desbarajuste en el que se encuentran sumergidos, en éste, el país de nadie, en el que nada es suficiente para vivir decentemente.

Identificarse con algo como lo que sucede actualmente me resulta imposible, ajeno, impensable, triste, vergonzoso. Sé que mi sentir es el de millones de venezolanos que quieren dejar atrás el país de nadie, el país vacío, el país oscuro, el de las colas, la inflación, la escasez e infinidad de problemas y regresar al de antes, a esa Venezuela en la que cabíamos todos, aquélla en la que éramos felices y no lo sabíamos.

Hey you,
¿nos brindas un café?