Hasta ahora es solo un rumor. Pero se comenta en todo Washington, D.C. que el Fiscal General de los Estados Unidos William Barr tiene insomnio. Nadie debe tomarlo a la ligera, porque el insomnio es una afección médica con efectos devastadores sobre la salud, la calidad de vida y la capacidad de tomar decisiones racionales de una persona. Varias condiciones médicas pueden causarlo, pero tengo una explicación para el supuesto insomnio de Barr.
El insomnio puede llevar a algunas personas a la creatividad. Franz Kafka tenía insomnio, y mucha gente piensa que esto fue el origen de gran parte de sus escritos. Sin embargo, este puede no ser el caso de William Barr. A menos que por «creatividad» nos referimos a la capacidad de la toma de decisiones para socavar la administración de justicia, sobre lo que ha hecho un excelente trabajo.
En 1989, Barr, como jefe de la Oficina de Asesoría Jurídica (OLC), justificó la invasión de Panamá con el propósito de arrestar al dictador panameño Manuel Noriega, una fuente importante de información de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). En diciembre de ese año, la Asamblea General de las Naciones Unidas (75-20 con 40 abstenciones) condenó a Estados Unidos por la invasión como una «violación flagrante del derecho internacional». La invasión causó la muerte de docenas de soldados y cientos de civiles, por no hablar de $ 1.5 mil millones en daños a la propiedad.
En 2019, Barr se convirtió en el fiscal general de los Estados Unidos por segunda vez. Bajo el liderazgo de Barr, el Departamento de Justicia buscó anular la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio, aprobada durante la presidencia de Barak Obama, privando así a miles de personas de la atención médica necesaria, especialmente aquellas con enfermedades preexistentes. Debido a que los niños pueden permanecer en los planes de seguro de salud de sus padres hasta la edad de 26 años, más de tres millones de jóvenes sin seguro previo calificaron para beneficios de seguro a partir de 2012.
La investigación del Asesor Especial Robert Mueller sobre la interferencia rusa en las elecciones de 2016 se documentó en un informe oficial presentado al Fiscal General Barr el 22 de marzo de 2019. Al recibir el informe de Mueller, Barr envió una carta de cuatro páginas al Congreso intentando «resumir» los hallazgos de Mueller. El fiscal general Barr agregó su propia opinión legal al afirmar que la evidencia presentada no era suficiente para demostrar la obstrucción de justicia por parte del presidente Trump.
El abogado especial Mueller respondió que la carta de Barr había tergiversado el informe. Mueller declaró que el resumen de Barr «no capturó completamente el contexto, la naturaleza y la sustancia» de su informe, alimentando la «confusión pública sobre los aspectos críticos de los resultados de nuestra investigación». Barr se negó a diseminar al pueblo estadounidense una introducción y un resumen ejecutivo del informe de Mueller.
Sin embargo, después de la publicación de una versión redactada del informe real, las organizaciones de noticias y los verificadores de hechos respaldaron la conclusión de Mueller. En marzo de 2020, Reggie Walton, un juez federal de distrito designado por el presidente George W. Bush, dijo que las caracterizaciones de Barr del informe Mueller estaban «distorsionadas» y eran «engañosas». Esta no fue una corona de gloria para el principal responsable del cumplimiento de la ley del país.
El celo de Barr por proteger la rama ejecutiva del gobierno se extiende a los amigos del presidente. Roger Stone es un buen ejemplo. Stone, un asociado cercano del presidente, fue condenado por siete cargos en noviembre de 2019, incluidas la manipulación de testigos y la mentira a los investigadores.
El 10 de febrero de 2020, la oficina del Fiscal de los Estados Unidos para el Distrito de Columbia solicitó que Stone fuera sentenciado a entre siete y nueve años de prisión. Alrededor de la medianoche, Trump calificó la recomendación de sentencia como «una situación horrible y muy injusta» y tuiteó «¡No se puede permitir este error judicial!»
A la mañana siguiente, un alto funcionario del Departamento de Justicia anunció que el departamento recomendaría una sentencia más leve, seguida por la tarde de un memorando de sentencia revisado en el que el Departamento de Justicia declaró que esos cargos podrían «considerarse excesivos e injustificados bajo las circunstancias». Los cuatro fiscales estadounidenses que procesaron a Robert Stone se retiraron del caso, y uno de ellos, Jonathan Kravis, renunció a su cargo. El 20 de febrero de 2020, Stone fue sentenciado a 40 meses de prisión. Stone debe presentarse en prisión antes del 30 de junio de 2020.
A lo largo de su mandato como fiscal general, Barr ha demostrado una falta de franqueza y un esfuerzo sostenido para apoyar las acciones del presidente Trump, independientemente de cuán irracionales o injustas sean. En estas condiciones, el insomnio de Barr puede deberse a varias afecciones médicas, pero tengo una explicación alternativa: cada vez que se mira en el espejo, ve a un hombre que ha estado minando constantemente el estado de derecho que prometió defender.