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Asdrúbal Aguiar

El hilo de Samper

Ernesto Samper, Secretario de la UNASUR y ex presidente colombiano, desfigura la crisis venezolana al calificarla de social, compartiendo, de entrada la tesis del responsable actual del derrumbe del país en su antesala a una tragedia humanitaria. “La guerra económica no me deja gobernar”, tampoco el Imperio, dice Maduro.

Se explica que aislado como ejerce su gobierno y en abierta confrontación con los Estados Unidos, tenga complicidad afectiva con el régimen hoy instalado en Venezuela. Al primero lo enloda el narcotráfico y a éste, según declaraciones de altos personeros oficiales, le ocurre otro tanto con su Cártel de los Soles.

Lo que si resulta insólito es que el cagatintas de la organización sureña afirme que “aquellos que busquen ruptura del hilo constitucional” serán llevados a su paredón.

¿Acaso no sabe que en Venezuela, desde 1999, se ha fracturado el orden constitucional más de 179 veces con escribanos a la orden y para afincar los despropósitos autoritarios de sus gobernantes?   

¿Es o no una grave alteración del orden democrático ejercer el poder, como lo hace Nicolás Maduro, al margen del Estado de Derecho y atentando contra la libertad de prensa y opinión – columna de la democracia – al imponer un black out informativo – cadena de radio y televisión – mientras sus esbirros ejecutan un crimen de Estado; secuestran al Alcalde Metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, electo por 75.000 votos, sin mediación judicial previa, para luego acusarle por firmar una tesis política publicada en el diario El Nacional, junto a María Corina Machado y al preso político Leopoldo López?

Pero Samper reduce la circunstancia a la búsqueda de un gran “acuerdo social” en diálogo con la oposición democrática, que ni arte ni parte tiene en los hechos que llevan al país al despeñadero y que carece del poder necesario – salvo su voz – para enmendar los rumbos.

En lo que debería reparar Samper – si no mediasen las hipotecas que lo llevan a ser vocero de la citada UNASUR – es en el quiebre moral que afecta a nuestra República y viene desde la hora en que el hoy fallecido Hugo Chávez pacta con las FARC un “modus vivendi”, en agosto de 1999, origen de nuestras miserias. El narcotráfico inunda las estructuras de poder, concentradas todas en manos del celebrado Comandante Eterno, y las corrompe, y corrompe a una parte importante de sus conmilitones quienes bajo el efecto del delirio dilapidan 1,295 millardos de dólares, sin dejar obra cierta que no sea el engorde de sus bolsillos.

La inflación se aproxima a tres dígitos, la más alta del mundo. Se ha devaluado la moneda en 3.823 por ciento. No hay divisas para comprar y el parque industrial y comercial es un cementerio, confiscado y clausurado por la revolución. Tenemos un déficit de 35.000 millones de dólares en 2015 y las reservas líquidas quizás lleguen a 5.000 millones de dólares, evidenciando el quiebre de nuestro Estado capitalista, corrupto y revolucionario; que al paso nos deja endeudados por 147.000 millones de dólares y sin petróleo que vender. El poco que ahora se produce es para pagarle a los chinos y seguir alimentando al sultanato que nos ha colonizado, la Cuba de los ancianos Castro.

La violencia que nos anega, señor Samper, por si no lo sabe, la importa el régimen desde su suelo y en pacto con la misma gente que a Usted lo empaña como gobernante, haciéndolo impresentable. Cerramos 2014 con 24.890 homicidios, en una tasa que es la segunda más alta del mundo.

Los culpables a todas éstas, según Maduro, a quien Usted viene a auxiliar, son 64 presos políticos, quienes por opinar y advertir sobre dicha tragedia que nos humilla residen hoy en cárceles militares u ocupan las “Tumbas” para torturados del SEBIN.

¡No hable de hilo, señor Samper, mejor úselo para coserse la boca!

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