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Cesar Chelala

El hermano perdido de Midas

Uno de los misterios de la vida es cómo dos hermanos, de la misma madre y padre, pueden ser tan diferentes. Uno de los ejemplos más notorios es el del rey Midas. En la mitología griega se le recuerda por convertir en oro todo lo que tocaba. Este fenómeno se conoce como El toque de Midas. Su hermano, al que llamaremos Donsonius, dadas las escasas referencias sobre él, era totalmente diferente. Todo lo que tocaba se convertía en basura.

Marinero, Donsonius se hizo a la mar y tras un largo viaje acabó en Aracataca, Colombia, el pueblo donde Gabriel García Márquez pasó su infancia y donde basó sus relatos para su libro más famoso: “Cien Años de Soledad». Aracataca era una pequeña ciudad en la época de Donsonius cuando se descubrió el oro. Se convirtió entonces en una ciudad enorme, y luego se convirtió en una república llamada los Estados Unidos de Aracataca.

Como declararía García Márquez en una entrevista con The Paris Review, él no inventó nada en su gran novela, solo reflejó lo que normalmente pasaba en ese pueblo surrealista. “El mundo real en el Caribe es tan fantástico como en las historias de Cien Años de Soledad”, dijo.

Desde muy joven, Donsonius manifestó su talento para convertir en basura todo lo que tocaba. Hizo trampa en la universidad y evadió el servicio militar con la más endeble de las excusas (tenía un juanete extremadamente doloroso, según le dijo a los examinadores militares). Cuando era mayor, aprovechó una herencia de su padre para construir un imperio de la construcción que lo hizo multimillonario.

Debido a su naturaleza de playboy, tuvo muchas relaciones amorosas notorias, algunas con conocidas trabajadoras sexuales. Cuando éstas amenazaron con hacer públicas sus relaciones, le ordenó a uno de sus secuaces que pagara decenas de miles de dólares para silenciarlas.

Posteriormente, fue protagonista de un programa de televisión llamado “The Dreamers”. El punto central del programa fue que cualquiera de los participantes que no obtuviera notas de honor en la escuela sería deportado a la frontera entre Colombia y Venezuela y se le prohibió para siempre regresar a Aracataca. El programa lo convirtió en una figura nacional y lo impulsó a postularse para la presidencia de Aracataca.

Contra todas las predicciones, e incluso contra sus propias expectativas, se convirtió en presidente de los Estados Unidos de Aracataca. Desde el principio prohibió el uso de las palabras “bien común” y promovió políticas destinadas a beneficiar a los ciudadanos más ricos de Aracataca. Fue ayudado por un grupo de legisladores llamados “repudiablanos” que apoyaban todos sus deseos, incluso aquellos que iban en contra de los intereses de la república. Estos son un grupo de personas que tienen la característica anatómica inusual de carecer de columna vertebral, lo que los hace caminar sin ninguna dignidad.

Con su aprobación tácita, Donosius ignoró o minimizó la injerencia de la República Cosaca que culminó con su conquista de la presidencia. Sus propios servicios de inteligencia habían probado claramente esa interferencia. Aun así, llegó a afirmar categóricamente que creía más en las declaraciones de la República Cosaca que en las provenientes de sus propios servicios de inteligencia, algo sin precedentes en la historia de Aracataca.

Al mismo tiempo, no solo ignoró la terrible amenaza del cambio climático para la salud del planeta, sino que también impulsó una serie de medidas para neutralizar todas las leyes destinadas a proteger el medio ambiente. Con la misma despreocupación con que trató la amenaza del cambio climático, ignoró los consejos de sus propios científicos y minimizó hasta el punto de la irresponsabilidad la importancia de una plaga que amenazaba la vida de millones de ciudadanos.

Dos hermanos, dos destinos. Midas, que convirtió en oro todo lo que tocaba; Donsonius, que convertía en basura todo lo que entraba en contacto con él. Todo esto es mitología. Cualquier similitud con los acontecimientos actuales es solo una coincidencia.

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