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Alvise Calderón
Alvise Calderón - ViceVersa Magazine

El fin de la clase política

Si la recientemente concluida campaña electoral hubiera proseguido, es probable que México habría corrido el alto riesgo de quedarse sin clase política. Un juicio lapidario si consideramos que  a lo largo de estos siete meses de intensas batallas electorales hubo un aumento de 375% en el número de asesinatos políticos en comparación a los que tuvo lugar en las elecciones de 2015. 

Es cierto también, que nadie extrañará al niño Wirrarika bailando un son guapachoso, ni los palomazos entre Anaya y Zepeda que procuraban atemperar los corazones de los electores más blandos, ni tampoco la versión de Neo, de la película de Matrix, interpretada por Purificación Carpinteiro .

 

 

Dinero Caliente

El dinero de la mafia en la política es cosa de todos los días, y más en períodos electorales. En Italia, la infiltración del narco a la política, se ha vuelto famosa por catapultar carreras políticas y empresariales.  El caso más sonado es, sin duda, el de Silvio  Berlusconi con Cosa Nostra, que hizo de un joven de 32 años el hombre más poderoso de Italia. Mucho, o casi todo, producto del denominado “dinero caliente”. Primero, erigiendo un emporio en la industria inmobiliaria (Milán Dos); acto seguido tornándose dueño del grupo televisivo Mediaset y del Milán, el equipo de futbol; más adelante, aprovechando el derrumbe del sistema político de la Segunda posguerra a causa de Mani Pulite, fundador del partido político Forza Italia y, como acto final, Primer Ministro de Italia por cuatro períodos. Las mafias son las organizaciones ideales para todo aquel que necesita cash y más si se trata de llevar a cabo proyectos millonarios de inversión: es un sistema que promueve organizaciones corporativas (partidos políticos, inversores en bienes raíces, empresas dedicadas a la infraestructura, equipos de futbol, etc.).

Mientras Pablo Escobar negociaba con el Estado colombiano con la intención de eliminar el decreto de extradición trazado entre Colombia y Estados Unidos, en Italia, Toto Riina, el boss de Cosa Nostra, buscaba disminuir las penas a los mafiosos encarcelados en el año de 1992 durante el Maxiproceso que le había significado el encarcelamiento de 602 de sus colegas más cercanos. Escobar, tanto como Riina, coincidían no solo en la megalomanía sino también en la idea de que “era necesario hacer la guerra para poder hacer la paz”. Riina, asesinó al alcalde de Palermo Salvo Lima. Escobar mató al candidato a la presidencia Luis Carlos Galán. Riina puso una bomba junto a la Galeria Uffizi de Florencia, el lugar donde reside gran parte del patrimonio renacentista de la humanidad. Escobar hizo lo mismo, solo que en la Sede del Departamento  Administrativo de Seguridad. Podríamos seguir hasta llenar de hojas un manual de terrorismo. 

Mientras tanto, en México, el panorama electoral ha cimbrado de dudas sobre  quiénes serán los presidentes municipales puestos a dedazo, no por los partidos, sino por los grupos criminales. Si partimos, siguiendo las palabras de Jorge Zepeda Patterson, de que los grupos actuales ya no son “los liderazgos legendarios”, sino que éstos “han sido derrumbados y los principales cárteles son mas bien confederaciones de bandas salvajes y feudalizadas en permanente lucha entre si”, se abren diversas interrogaciones: ¿el crimen organizado se separó del poder político? ¿funcionan ahora como entes autónomos del poder del Estado?

Si tomamos en cuenta los 302 municipios en los que se han registrado más de 120 asesinatos vinculados a la política, de los cuales 46 eran candidatos o precandidatos para las elecciones. ¿el Estado mexicano no tiene realmente interés por combatir el narcotráfico? O ¿ ha quedado rebasado por estas “bandas feudales”? ¿Podríamos considerar ilegitimas las elecciones que se realizaron en los 302 municipios en los que ha habido amenazas, intimidaciones y la eliminación física de candidatas y candidatos?

 

San Luca

En San Luca, Calabria, en el sur de Italia, viven 3 mil habitantes. En esta ciudad montañosa no se han llevado elecciones en los últimos cinco años. El gobierno italiano disolvió la alcaldía por la presunta infiltración mafiosa. Pasados los cinco años, el 10 de junio del presente, se hizo una nueva convocatoria  a elecciones. Para sorpresa de los periodistas,  ningún partido político presentó candidatos.  En la comisaría de esta alcaldía hay una frase impresa en el muro, una especie de esquela hecha en mármol con una máxima que pretende darle honradez al edificio. “La desesperación más grave que puede adueñarse de la sociedad es la duda de que vivir rectamente es inútil”. Después de cinco años, algunos habitantes han llegado a la conclusión de que es “mejor una mala administración que un buen comisario”.

Tomando en cuenta que sólo en lo que va del año, 18 municipios (comune) se encuentran sin gobierno propio y los escrutan las autoridades italianas, y si además, consideramos que desde que existe está figura jurídica, en 1991, se han disuelto 306 consejos municipales (comunali) en Italia,  ¿cuántos municipios se encontrarían disueltos en nuestro país si existiera esta figura jurídica de disolver municipios si se les comprueban relaciones mafiosas?

Muchos de los habitantes de San Luca, piensan que la llegada de un alcalde no cambiaría nada. Parece entonces que el Estado ha perdido sentido.

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