Somos una revista independiente que sobrevive gracias a tu apoyo. ¿Quieres ser parte de este proyecto? ¡Bríndanos un café al mes!

El festival de cine de Nueva York

El 53 Festival de cine de New York, 2015, consagrado ya como una pieza clásica en la programación, hoy alejado del cine de la América Hispana.

Antes en el Lincoln Center había que comprar los abonos para el Ballet y la Ópera con un año de anticipación, y las boletas al Festival de cine se vendían hasta el día de la proyección al público, hoy no, los abonos para la opera se consiguen en la taquilla y las boletas de cine se agotan para la inauguración. Con entradas supercaras, no aptas para no socios, para 26 filmes seleccionados.

Tanto cuento para destacar su trascendencia en el ámbito artístico de New York, que bastante tiene para ir al cine, si tiene Netflix, mejor voy a un club de Jazz.  Mejor veo 20 horas del ciclo de los traquetos y Capos colombianos y mejicanos. Lástima del americano pobre, que sabe que ir al cine es ir a soñar.

Pero este año no tienen cine de América Hispana, cuando por lexías se le pasó el de Venecia 2015 concediendo dos grandes premios a nuestra región, Leones y jurados que no tiene el de New York. Para Venezuela con Desde allá, del novísimo Lorenzo Vigas, El león de Oro, el máximo galardón de la nostra, un tráiler de violencias de bandas callejeras hoy en Venezuela, el regreso del buen cine venezolano: habrá que esperar hasta el siguiente festival de cine de ese país para verla.

Argentina (Pablo Trapero), con El clán, León de Plata de Venecia a la dirección; un filme magistral del cineasta sobre la dictadura argentina y sus familias de gran abolengo, pero como dicen, esto no se verá en New York al menos por ahora; se le abona, hoy sin Peñas en el Festival, ni bellas como Inés y Lulo, que hayan traído a Portugal con Noches de Arabia de Miguel Gomez.

Lo de Gomez es algo grande, de más de 6 horas, la proyectan en 3 películas. Las noches arábicas de España y Portugal. Vaya plato de ternera a la beduil,  paradoja de acercamiento a la adaptación de Las Mil y Una Noches.

Yo no me pierdo a Carol, de la novela de Patricia Highsmith, cuando llegue al cine comercial, y que se ronronea su éxito y sus nominaciones al Óscar. El objetivo es una especie de jalón al cine estadounidense, Hollywood con baterías. Cat Blanchet, sacando la cara por sus personajes dramáticos. Con su personaje de una señora lesbiana, un bio pic al orden del día en la imagen de caracteres ya idiosincrásicos del cine. Con su rostro o cabeza gigante, la que le ganó a la Betty Davis, sin equivocarse, la más parecida a Marilyn Monroe.

De Palma, un documental sobre el cineasta Brian de Palma, y sus obsesiones con el cine plot y trágico de Alfred Hitchcock . My Golden Days, de Francia, un melodrama sobre las frustraciones de la adolescencia, otra cosa son las herencias de la locura como en M. M.

El cine colombiano ganador de dos premios en Cannes 15, por ninguna parte. Hasta cuando veremos El abrazo de la serpiente, de Ciro Guerra, aunque sea pirateada de abono a la crítica. Hasta el mismo chamán que curó de gangrena a mi bisabuela Nera en 1907, aparece en el filme desclasificado, y enredado en el cine histórico. ¿Cuántas películas se pueden hacer de 100 años de soledad?

Fuera ya del seudo debate sobre el cine y la literatura, menudo despilfarro para un guionista, que ahora despierta en ti. El cine documental es la salida al problema estético, lo estoico a la cabecera.  Lo antiinmigrante ganando encuestas. De ahí que la elite neoyorkina se llena de cine que quizás ama, y no odia, sino es provocado. Y nosotros seguimos amando, a pesar de disfrutar una coyuntura donde los emigrantes hispanos no logran la educación contra el racismo deseada.

Una viejita de los pobres americanos me dijo ya no hay cine, en donde cada toma es una obra maestra sobre todo en clásicos como Bergman y Coppola, y yo le dije Buñuel, Iñárritu, y se rió porque no entendió nada. Ah, y me terminó diciendo, que solo masterpieces, ¿Capra, Kazan. Kazan? Dije yo, y por estar hablando palindromes perdí la última boleta para ver  a Carol. Queda un boleto para el filme coreano, un recuerdo de viejos tiempos, apenas 10 años cuando venían todas las estrellas, y nos tomábamos los primeros selfies. Nicole Kidman llena de antidepresivos en el estreno de Dogville.  Pedro Almodovar defendiendo la malograda Mala Educación, con Gael García Bernal, que me odió por irreverente.

La bufanda de Alain Delón, hace 25 años, -miré Alain, su bufanda para el carruaje en el Central Park. Liv Ullman regalando sonrisas en la premiere de Sarabanda de Igmar Bergman.

Subscribe
Notify of
guest
3 Comments
pasados
más reciente más votado
Inline Feedbacks
View all comments
La iluminatis Congregacional
La iluminatis Congregacional
8 years ago

Que vaina, como gustan las peliculas de Capos, como antes las de vaqueros. Asi, trilogias de amor no gustan frente al monopolio de Netflix.

Nancy Velez-Montiel
Nancy Velez-Montiel
8 years ago

Tienes razón Gajaka, Cate Blanchet es la más Marilyn Monroe del cine, es la voz y figura que quería la legendaria actriz, desde que estudio actuación en la academia de Lee Strasberg de New York, decía el afamado director que Marilyn era un ángel, lo mismo que hemos dicho de Cate, sin ver Carol, la que lastimamente no voy a poder verla hasta que llegué a todas las salas.

Dianus Atraides
Dianus Atraides
8 years ago

Si Gael te odia por irreverente, que clase de mamerto es.

Hey you,
¿nos brindas un café?