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El cumple del flaco

Navidad. Linda Navidad. Hoy es lunes, 21 de diciembre de 2015. En tres días llega la Navidad. Nace el Redentor. Es la mejor noticia de la Historia. Es verdad que no a mucha gente le importa, pero la connotación real de esta fiesta, es de carácter católico. Es la segunda fiesta más importante para los católicos, después de la Semana Santa. En Caracas, mucha gente se mata en la autopista. Unos pocos, asistimos a Misa de Gallo, y cenamos en paz. La parafernalia de fuegos artificiales es un engaño. 

Al momento de la Encarnación, el mundo era un pandemonio. Y el “sí” de María fue determinante. María pudo haber dicho que “no”. Esto deja claro que no hay nada escrito, que el destino no existe, y que todos –sin excepción- nacemos llamados a la santidad. Es un momento sui generis del devenir humano, pues Dios se hace hombre, semejante a nosotros en todo, menos en el pecado.

El inocuo New Age

Cristo nace en un humilde pesebre. Y María fue apenas la mujer de un humilde carpintero. Así que, si no tienes Möet Chandon y caviar en esta Navidad, pierde cuidado. Puedes ir a misa, y picar un sencillo pastel. No hay que dejarse engañar por tradiciones paganas, muy propias del New Age, como el Espíritu de la Navidad. Eso no existe. Tampoco Santa Claus. No quiero sonar retrógrado, sino dimensionar la cosa.

Los niños son los grandes protagonistas de la Navidad. No hay que aguarles la fiesta, claro está. Se supone que es tiempo de amor, de concordia, de paz, de mirar hacia adentro, de hacer sanos balances. No es que no pueda uno tomarse un trago. Pero la borrachera desmedida está fuera de lugar. Los niños. Ellos son los grandes protagonistas. Hay que tratar de hacerlos felices, en estas fechas, y siempre.

La gran noticia es que no todo está perdido. Que a pesar de lo terrible que puede ser este mundo, hay vida en Jesús, la posibilidad de no morir para siempre. Eso es lo que hace de estas fechas, un tiempo de gozo, de alegría. La Semana Santa puede llegar a ser un evento muy rudo, especialmente en Viernes de Crucifixión. Pero la Navidad es luz, paz, villancicos, niños cantando y riendo, pasteles, familia y amor.

A la Navidad le sigue el Año Nuevo, una semana después. En algún tiempo, se celebraron grandes fiestas en Caracas, para recibir cada nuevo año. Con la debacle económica que nos ha atenazado, eso se ha hecho mucho más discreto, pero el venezolano sigue metiéndose su rumba, como quiere, o como puede. Se entiende más que un Año Nuevo sea cita de perfume y discoteca.

Pero piensa que en la Navidad lo que celebramos es el cumple del flaco. Nace Cristo. Pero, ¿quién es Cristo? ¿un tipo ahí? ¿just a slob like one of us? En cierta medida sí, y en cierta medida no. Cristo está en lo más alto de la Capilla Sixtina, pero puedes hablar con él en cualquier esquina. Es Rey de Reyes, pero dijo en su momento: no he venido a buscar a los justos, sino a los pecadores. Cristo es la salvación. La verdad y la vida.

No matter what

Es posible que creas en Buddha, en Mahoma, en Krishna, o que simplemente no creas en nada, ni en nadie. Pero cuando estés paseando en Noche Buena, por Central Park, verás a los niños corriendo, riendo y patinando. Piensa que es Jesús quien les mueve el corazón en ese momento. Piensa que habrá un niño en la calle también, en Perú, en Venezuela, en África, en España. Pero el ángel de Dios gravitará sobre nosotros. 

Para mi la Navidad es, más que todo, la Misa de Gallo. Ese es el corazón de mi fiesta. Pero si además puedo cenar con mi vieja, mis hermanos, mi cuñado y mis sobrinas, pasar un rato agradable, tomar un trago, y dormir temprano, pues tanto mejor. La Navidad no es sólo el 24 de diciembre, sino todo el tiempo de Adviento, y lo que viene después. Hacer oración permanente es una linda forma de vivir estas fechas.

Hacer oración, y, por qué no, comer un pan de jamón, tomar una cerveza, escuchar buena música, leer buenos libros, tener buen sexo, pintar la casa, poner la alcoba en orden, escribir poesía, tocar el piano, qué se yo. También es una linda forma de celebrar visitar a los enfermos, ocuparse de los indigentes, aunque sea con un poco de pan. Es tiempo de regalos: el mejor de ellos es el amor.

Dicen los Proverbios que más vale un plato de legumbres con amor, que un buey cebado con odio. Dios es amor. Y lo que celebramos es el nacimiento de Dios. Un gran banquete siempre estará bien, siempre y cuando nos sentemos a la mesa con el corazón limpio, y lleno de luz. Si no tienes para tanto, pierde cuidado. Que te baste con tener la luz de Dios. Un pan, un poco de vino y buena música serán suficientes.

Vive la Navidad con pleno amor. Es una hermosa manera de decirle adiós a 2015. Si no tienes familia, mujer, hijos, perro, ni gato, vete a un buen bar. Seguramente en tu ciudad, habrá muchos corazones solitarios como tú. Vete a un buen bar. Camina un poco, y toma el aire fresco de la noche, en el centro de tu ciudad. Pero celebra como quieras, o puedas, la mejor noticia de la historia. ¡HA NACIDO EL REDENTOR! ¡ALELUYA! ¡ALELUYA!

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