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El arte de escribir

Pensar para escribir. Escribir para expresar. La escritura es un arte y hacerlo bien es un don. Resulta fácil para quien le apasiona hacerlo pero sumamente difícil para el que lo hace por obligación. No se estudia para escribir bien, simplemente surge de manera natural. El punto está en saber expresar lo que se quiere decir y lograr que se entienda.

Escribir es la máxima expresión del arte puro. No hay trucos. Las reglas las pone el que escribe, hay que atreverse.

Un papel en blanco. Ideas vienen y van, poco a poco aparecen una serie de palabras que deben concordar. Es el principio de muchos principios. Un tachón, otra idea, palabras nuevas. No sé muy bien qué quiero escribir hoy, sólo sé que quiero hacerlo. Pasión infinita que se enriquece con el tiempo, con experiencias propias y de terceros. La inspiración se consigue en las pequeñas cosas o en los estados de ánimo más extremos.

Sí, para escribir bien hay que hablar bien pero el papel aguanta todo, por lo que en él es más fácil expresar el pensamiento y el sentimiento. Las palabras forman parte de nuestras vidas, las vemos a cada instante y procesamos su significado de forma automática. Las escuchamos y las leemos, pero la mayoría de las veces lo hacemos “viendo” y no OBSERVANDO u “oyendo” y no ESCUCHANDO.

Lo que dice una canción, lo que cuenta un libro, lo que sale en la prensa a diario, las frases talladas en el tronco de un árbol, lo que escribió cualquiera en la puerta de un baño público, en el muro de la esquina, en el asiento de un autobús… Toda escritura por pequeña que sea tiene como fin expresar un mensaje, sólo hay que prestar un poco de atención.

El que escribe por pasión lo hace también como una forma de drenar sentimientos y una vez que comienza lo hace para el resto de su vida, aunque no se dedique a ello de manera profesional.

El que escribe es privilegiado porque cuenta con una forma de comunicación única, personal y maravillosa que no tiene límites, que puede conmover, hacer llorar, reír y fantasear al lector menos manipulable.

Es el poder de las palabras el que puede llegar a los más puros sentimientos o a los más maquiavélicos pensamientos. Todo está en el cómo y en el por qué.

Escribir: arte inmortal y único. Nadie lo hace como nadie. Escribir es pasear por las ideas, es plasmar emociones, es una forma de ver la vida; escribir es en fin, hablar con las manos.

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