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El alucinógeno preferido de los mexicanos

“¿Viste cómo Kate del Castillo friendzoneó a El Chapo?”, “¿te enteraste que Sean Penn se consiguió a El Chapo antes que las autoridades mexicanas?”, “¿leíste la conversación de Whatsapp de Kate y el Chapo?”, comenta una mayoría de los mexicanos de manera ya enfermiza. Mientras tanto, casi en silencio, el peso cae más a fondo, convirtiéndonos en un país más pobre.

“¿Te enteraste que viene el papa Francisco a México?”, “¿quieres ir a ver al papa para que nos dé la bendición?”, “¿viste que ya está el papamóvil en México?”, “¿te enteraste que el papa Francisco va a ir a lugares adonde un papa nunca ha ido?” Los comentarios de tinte religioso continúan alimentando el interés público, pero, a su vez, periodistas son asesinados de manera masiva y fantasmal. Por otro lado, se descubren actos de corrupción de parte de funcionarios públicos y el narco continúa con su feroz crecimiento.

México vive una realidad distorsionada por los medios

México, con sus raíces fuertemente arraigadas a la cultura del caos, cada día que pasa va adoptando una forma melodramática de percibir la realidad. Como lo menciona Carlos Monsiváis (2000): “el melodrama por excelencia es apocalíptico, que asume la realidad cotidiana como fin del mundo, y el fin del mundo como realidad cotidiana.” Hay una distorsión en el orden de importancia de los hechos noticiosos. Somos espectadores de un show mediático controlado al que le llamamos realidad. Lamentablemente, México es uno de los que encabeza la lista de los países productores de espectadores adormecidos.

El pasado 8 de enero de 2016 capturaron a Joaquín Guzmán, alias El Chapo. De manera instantánea, la entrevista hecha por el famoso Sean Penn a El Chapo estaba publicada en la revista Rolling Stones, medio de comunicación dedicado especialmente a temas de entretenimiento. Desde entonces, la telenovela del Chapo Guzmán, que literalmente abarca parte de la farándula nacional e internacional que más causa controversia, acapara todos los medios informativos con noticias que en vez de aclarar lo que sucede, les dan un tono turbio y sospechoso que indican que todo está manchado de intereses políticos.

Afirma Raúl Rivadeneira que “el estado de inconexión entre las motivaciones de los comunicadores y las expectativas de los receptores da lugar, en muchos casos, a un flujo informativo manipulado de mensajes cuyos contenidos revelan intenciones comunicativas a veces contrarias a las aspiraciones, necesidades y exigencias de los receptores… Intereses económicos, políticos, religiosos, deportivos, deseos de figuración personal o venganza, entre otros, son los que motivan generalmente a los informantes” (2014).

Penn juega a ser periodista, pero no lo logra

La crónica de Penn, publicidad ideal para El Chapo, cae en el cinismo mostrando de manera egocéntrica una aventura de periodismo falso, en el que el actor es prácticamente recibido con caviar en una comida con su entrevistado, mientras que los verdaderos periodistas mexicanos arriesgan su vida todos los días para cumplir con su labor que nos muestra la cara de la verdad. La entrevista de Penn idealiza al antihéroe narcotraficante, haciendo olvidar a los lectores que estamos hablando de un delincuente buscado a nivel internacional por robo, narcotráfico y homicidios. La entrevista burlesca ante las autoridades mexicanas se convierte en un tema tan polémico que en el mismo periódico estadounidense The New York Times se pregunta en su edición:

“La teatralidad distrae de los problemas reales y persistentes de la Nación. Analistas se preguntan por qué si el gobierno pudo detener a El Chapo no pudo encontrar a 43 estudiantes que desaparecieron de una normal en el Estado de Guerrero. ¿O por qué no podría detener la caída del peso frente al dólar que llegó a casi 20% el año pasado?” (2016).

Y la recaptura no fue suficiente. Vivimos en una era donde el espectador es voraz e insaciable. Siempre quiere pan y circo, pero especialmente circo. La noticia no quedó ahí, sino que se convirtió en una historia de amor entre la actriz mexicana Kate del Castillo y el capo del Cartel de Sinaloa.

Una sobredosis de información relacionada a temas de intimidad entre los personajes principales de la novela colorearon de rojas las notas periodísticas. Lo grave del uso de la nota roja o periodismo amarillo, que cada día se usa más, es que “el morbo por la nota roja es parte de una técnica de preservación psicológica. No sólo se exorciza el delito ubicándolo como suceso remoto en la pantalla de televisión; también, al incorporarlo al espectáculo, se banaliza el hecho…” afirma Monsiváis (2000).

El narcotráfico en México siempre ha sido un tema de conversación recurrente que definitivamente va a llamar la atención de las masas. Por eso, resulta curioso que justo en estos momentos en el que el desarrollo de México cae en una fuerte decadencia, el escape y la recaptura de “el hombre más buscado del mundo” —y su telenovela— resulta un arma de distracción ideal a la mano del gobierno mexicano para que éste luego pueda escribir en sus redes sociales que la misión está cumplida. Si su misión era distraer, entonces tienen razón: sí la cumplieron.

Otro tipo de droga altamente consumida en México

La cultura narco está creciendo y caracteriza la piel social mexicana, pero también hay otro tema con el cual México siempre se ha sensibilizado, otro tipo de narcótico: la religión. Karl Marx, además de crear una ideología utópica cuestionable, alguna vez dijo algo que sí considero irrefutable: “la religión es el opio del pueblo”. En México, el segundo acto del show ya está escrito: el papa Francisco visita México el próximo 12 de febrero del presente año. Momento ideal para dejar del hablar de la telenovela de El Chapo y comenzar a consumir del opio del pueblo, que mantendrá dormido a México ante lo verdaderamente importante. El factor común en los dos casos es que hablamos de drogas. Con El Chapo de manera literal y en el caso del papa, figurativa.

Los medios de comunicación masivos ya tienen su lente enfocado al acontecer que rodea a Jorge Mario Bergoglio y su visita a México. “El tratamiento de la Iglesia al fenómeno de la opinión pública y de esa conceptualización de su importancia deviene de una política de comunicación social con el uso de medios masivos, extendidos por todo el planeta y especialmente por los países latinoamericanos, donde la Iglesia posee sistemas bien estructurados.” Recalca Rivadeneira sobre cómo la religión cristiana toma muy en cuenta a Latinoamérica en cuanto a la opinión pública que quiere producir la Iglesia en este continente.

Las expectativas son altas. México espera con ansias al papa Francisco. El Chapo está recapturado. Kate del Castillo enamoró al hombre más buscado del mundo. Sean Penn vino a México. El papamóvil también está aquí. ¿Qué más se puede pedir?, ¿quién dice que el país está mal? Pues el resto de los sucesos no importan, menos aun a los espectadores del teatro mediático que hoy viven manipulados en una realidad bajo los efectos del alucinógeno más poderoso y peligroso: el entretenimiento en las noticias.


BIBLIOGRAFÍA

Ahmed, A (2016). Teatralidad del Caso Chapo distrae a los mexicanos de los problemas reales. Obtenido el 22 de enero de 2016 en http://www.nytimes.com/2016/01/11/world/americas/theatrics-surrounding-el-chapos-capture-distract-from-mexicos-real-woes.html?hp&action=click&pgtype=Homepage&clickSource=story-heading&module=first-column-region&region=top-news&WT.nav=top-news&_r=2

Monsiváis, C. (2000) “De no ser por el pavor que tengo, jamás tomaría precauciones” de La Globalización de la Violencia. México: Colibrí.

Redacción Notimex (2016) Itinerario de la Visita del Papa Francisco A México. Obtenido el 22 de enero de 2016 en http://www.altonivel.com.mx/54778-itinerario-de-la-visita-del-papa-francisco-a-mexico.html

Rivadeneira Prada, R. (2014). La Opinión Pública. Análisis, Estructura y métodos para su estudio. México: Trillas.

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