MIAMI: Eduardo Whaite es un artista visual. Es fotógrafo, director, productor y músico. Un hombre de conversaciones elocuentes, que piensa bien antes de contestar, como si estuviera dirigiendo cada detalle en su respuesta. La fotografía siempre ha estado presente en su vida. Con una mirada hambrienta e insaciable, caza escenas imperceptibles para instalarlas en la memoria de su espectador. La urbe, la naturaleza y la silueta femenina resaltan en el contraste producto del juego entre las sombras y la luz. Sus fotos son un epítome de la belleza. Sus obras son una huella indeleble de la representación femenina. Interpreta la imagen, como una especie de filtro, comunicando una realidad más sensible y hermosa. Evade la fugacidad, inmortalizando momentos inolvidables. Recientemente, fue nominado a los Emmy como mejor director, evento que afianza su pasión por el arte. Pronto nos deleitará con más proyectos creativos.
– ¿Cómo empezó tu pasión por la fotografía? ¿Cuándo tuviste tu primera cámara?
La fotografía siempre estuvo presente en mi vida. Mi abuelo era un ávido fotógrafo, fue director de Caracas Films. Yo tuve mi primera cámara a los 10 años. También recuerdo que mi mamá se compró una cámara Canon, que no era digital, era analógica, pero tenía todas estas cuestiones electrónicas: podía medir la luz automáticamente, determinaba la velocidad del obturador; era demasiado fina, era negra, me acuerdo perfecto, era la misma época de los celulares “los ladrillos”. Entonces crecí con esa pasión.
– ¿De niño soñabas con ser artista?
Yo tengo unas grabaciones de pequeño en las cuales decía que me quería ganar un Oscar (risas). Después me enamoré de la música, en especial de la clásica. A los 12 años empecé a estudiar,en Venezuela, en el conservatorio “Lino Gallardo”. A los 15 años empecé a tocar Rock. Tenía una banda que se llamaba “Yellow Heads”, y el baterista de la banda está actualmente en Berlín. Es tremendo baterista. Fue la primera banda latinoamericana en tener una canción en Rock Band -el juego de video- una de las canciones más difíciles.
Yo estuve metido de lleno en el mundo de la música, de hecho me vine a Miami para eso. Después, no sé que pasó, falta de un objetivo claro. Son cosas que he aprendido. Me desilusioné un poco, y perdí el rumbo. Empecé a estudiar negocios internacionales y contabilidad. Me gradué de la universidad en el 2008, y me quedé un tiempo tratando de descifrar qué hacer. Regresé a Venezuela por dos años, descubrí Octopustudio, y comencé a trabajar en la fotografía y en el mercadeo, que es algo que me fascina. En mercadeo comunicas un mensaje, y lo bonito es que puedes medir la efectividad inmediatamente. Luego, poco a poco fui haciendo fotografías, también fui dirigiendo videos musicales como: Caramelos de Cianuro, Chino y Nacho, Benavides, Ricky Montaner, varios artistas. En cuanto a la fotografía, empecé porque Mike Tang, socio y compañero de trabajo, me dijo que lo intentara y que él me iba a ayudar en el desarrollo creativo, ya que al final es como si estuvieras haciendo un cuadro. Luego quedé enganchado. Es espectacular. Empecé a hacer fotos, de manera profesional, en abril de este año.
– ¿Alguna vez te has sentido intimidado al fotografiar a mujeres tan hermosas?
Al principio si, porque es una responsabilidad tener que hacer un trabajo cuyo producto final debe ser óptimo, sabiendo que la otra persona necesita sentir confianza. Sobre todo cuando estás empezando, no estás definido como artista y todavía andas en una búsqueda. Me siento afortunado por haber podido contar con el coaching de Mike. Él fue parte indiscutible de mi desarrollo y me ayudó a canalizar las dudas que tuve en el camino. Pero, aunque al principio te estés definiendo como artista, llega un momento en el cual sientes que ya tienes una meta clara. Superas la presión al lograr el objetivo, más allá de tener o no a una mujer frente a ti.
– ¿Cómo haces para que ellas se sientan a gusto en el set?
Me enfoco en el trabajo. El proyecto es lo importante y ellas lo saben. Yo creo que lo bonito de la fotografía, y de cualquier proyecto audiovisual, es que, cuando es honesto, llega, transmite lo que deseas transmitir. Lo reciben tanto las personas que están viendo la pieza, como las que están trabajando contigo. Si lo que yo estuviera haciendo no fuera sincero, la persona que estaría frente al lente se daría cuenta y sería algo incómodo. Entonces yo creo que la respuesta es ser honesto con lo que estás haciendo. Ese es el secreto.
– ¿Cómo logras tomar fotos sensuales y al mismo tiempo elegantes? Porque he visto tus fotos que son muy sexy, pero sin caer en lo vulgar.
Siento que es parte de mí, así es como yo las veo. Entonces eso que tú percibes es exactamente lo que yo siento. Cuando tú ves una foto que es vulgar, de repente ese fue el objetivo de la foto, o eso era lo que estaba pasando en ese momento, y no significa que esté bien o esté mal. En el mundo hace falta de todo, yo creo que no deberíamos trazarnos un prejuicio, de que algo es bueno o malo. Hay que ver más allá de eso. En cuanto a lo que yo hago, que son fotos de mujeres, es como yo las veo, como yo percibo la interacción del espacio con la mujer. Y eso es lo que me llena.
– ¿Tratas de proyectar la personalidad de las mujeres en la fotografía?
Muchas de las sesiones que yo hago son naturales. Dejo que la sesión agarre su propio camino y eso se transmite. Es diferente de la producción que requieren las fotos de una campaña comercial, donde sí hay un casting y un proceso de selección. Si en mis fotos una mujer espectacular es súper tímida lo transmito en la foto, y para mí es perfecto, es otra expresión, otro cuadro. Pero en un trabajo comercial, donde hace falta medir cada detalle, eso no puede pasar.
Yo nunca haría algo donde la otra persona no esté a gusto, ni que vaya en contra de su persona porque sería forzado. Si ves la fotos y sientes que hay algo que no cuadra, es por eso, porque la persona no va con lo que estás buscando.
– ¿Qué es la sensualidad para ti?
Una vez escuché un refrán que decía: “El sexo es biológico pero el sex-appeal es marketing”. Y yo creo que es eso, la sensualidad es cómo la persona se ve, se siente y lo transmite. Es algo que uno se crea.
-¿Qué hace que una fotografía logre quedarse en la memoria de su espectador?
Yo creo que cuando la foto encierra cariño y amor se queda en la memoria del espectador. Puede fotografiar una flor, un carro, o una calle. Si te tomas el tiempo, si sientes dentro de ti el deseo de lograr tu objetivo buscando el mejor ángulo, la mejor manera de expresar un preciso momento, entonces la fotografía adquiere un valor, el producto refleja una expresión real del corazón. Y es cuando te enamoras.
-¿Y eso es lo que siempre tratas de transmitir?
Totalmente. Si no, no lo hago. Yo decidí vivir mi vida feliz y hacer las cosas que realmente quiero hacer cuando las quiero hacer. Todos mis trabajos más recientes, son trabajos donde hubo esa energía y hubo buena vibra de principio a fin.
– Tienes un afán de contar historias en tus diversos proyectos, como fotógrafo y director ¿Qué hace una buena historia? ¿En qué te inspiras?
Yo creo que lo relevante de la historia viene de poder transmitir en qué momento me encuentro como ser humano con respecto a mi entorno, de poder sentir lo que viví hace unos años, qué estaba pasando. Eso se transporta a las otras personas que estaban viviendo lo mismo que tú. Poder transmitir de una manera íntima esa visión tan mía, poderla compartir con el mundo es lo que permite que los otros se involucren y la hagan suya.
– ¿Cómo fue la transición de Venezuela a Miami? ¿Cuál fue el mayor desafío?
Cuando me vine a Miami no sabía qué quería hacer. Quería tocar música y cantar, pero no tenía una meta y me he dado cuenta que sin un objetivo claro no llegas. Es como jugar fútbol sin una portería, estás corriendo como un loco en la cancha, pero sin saber porqué. Cuando entré a la universidad el objetivo claro era graduarme, entré en este proyecto y tenía que terminarlo, pero después de graduarme volví al mismo lugar, otra vez con la pelota, corriendo como un loco pero sin una portería.
De regreso a Caracas leí unos libros importantes que me han ayudado a transformar mi visión. Hay dos específicamente, que sigo leyendo todo el tiempo. Son de Paul Arden. Él era un ejecutivo de una compañía que se llamaba Saatchi & Saatchi, una agencia de publicidad mundial, “It’s not how good you are, it’s how good you want to be”, y otro “Whatever you think, think the opposite”. Te hacen ver otra perspectiva de lo que estás viviendo. A partir de ahí regresé de nuevo a Miami, y ahora estoy acá.
– ¿La cultura/idiosincrasia del público afecta la manera (approach) en que realizas tu trabajo? por ejemplo, ¿los latinos al ser más sensuales y cálidos logran fotos más cálidas?.
Cuando es un trabajo comercial te debes a lo que el cliente quiere. A veces el cliente te da cierta soltura, en el sentido de «haz lo que tú quieras», pero muchas veces hay algunas restricciones. Por ejemplo, si un proyecto va orientado al mercado europeo, necesitas unas directrices, que son esquemas de percepción social. Pero cuando son trabajos personales soy cien por ciento yo, no importa color, raza, situación geográfica, lo que importa es lo que quiero transmitir en ese momento.
– ¿Qué hace que un video musical resalte frente a los demás?
De nuevo, cuando es algo honesto, siempre que esté el corazón allí, hay magia.
– ¿Cómo concibes las ideas?
Tenía un tío que me llevó a una reunión de unos arquitectos que echaron un cuento de Carlos Raúl Villanueva, cuando era profesor de la Central. En un examen difícil, los estudiantes tienen que diseñar algo. Todos los estudiantes empiezan y hay uno que se queda en blanco. Carlos Raúl Villanueva va dando vueltas y pregunta: “¿hay algún problema?” Y el alumno responde: “profesor, es que no estoy inspirado”, Carlos Raúl Villanueva, detiene el salón completo, “el joven no está inspirado, entonces no podemos seguir adelante porque hay una persona que no está inspirada”, la clase no entiende lo que está pasando. El mensaje que da Villanueva es: “No es cuestión de inspiración, es cuestión de transpiración”, de sentarte y hacerlo. Traza la primera línea, y en lo que empiezas a crear ves lo que te gusta, borras una línea, trazas otra. Es exactamente igual cuando estás haciendo fotos, escribiendo una historia o un guión. Es sentarte a escribir, no importa que no estés inspirado, empieza y va a fluir.
– ¿Cómo te sentiste con la nominación? ¿Cuál fue tu mayor reflexión?
Yo nunca imaginé que iba a estar nominado. Fue súper emocionante para mí y mi familia. Haber estado ahí me demostró que lo que estoy haciendo está siendo apreciado por alguien. Fue un honor, es la academia de televisión norteamericana, y fue muy reconfortante. Lo más bonito es que salí de ahí con ganas de crear más, me motivó mucho.
Mi reflexión fue afianzar el hecho de que lo que quieres lograr lo puedes lograr siempre que lo hagas. Lo importante es hacerlo, no detenerse, hay millones de razones para no hacerlo: no tengo dinero, no tengo conocimiento, no tengo los equipos, no tengo al actor. Nunca vas a estar completo y se repite como un ciclo. Al final no hace falta más que querer hacerlo, de repente te toma una semana, un mes, no importa, pero si te levantas con el ímpetu y las ganas de hacerlo, inevitablemente va a suceder y eso es lo bonito: saber que llegaste a este mundo y dejaste algo, una estela, una huella.
– ¿Proyectos a futuro?
Un documental que voy a grabar este año, de rock and roll. Es de unos panas en Venezuela, no puedo adelantar nombres, pero es un proyecto que va a quedar muy bien. Voy a trabajar también en otro documental, para el cual estoy siguiendo la producción. Y me mudaré a Los Ángeles para continuar mi carrera.
– ¿Por qué LA?
LA es la casa matriz de lo que yo quiero. Yo siempre he creído que hay sitios para todo. Si eres ingeniero automotriz y te gustan los carros rápidos, ¿a dónde te vas? Alemania, Italia. No tendría sentido vivir en Ghana. Si te interesa la ayuda social, construir un nuevo camino, entonces Ghana es buen sitio, porque hay mucha necesidad y puedes generar un cambio más efectivo a si te vas a Tokyo, que es una sociedad extremadamente evolucionada. Entonces todo depende de lo que quieres. Yo quiero evolucionar como director y como fotógrafo, y ese es el sitio donde está lo que yo quiero.
– ¿Y la música?
Tengo unas cosas grabadas. Hay un proyecto con una banda, con unos panas venezolanos. El nombre está por definirse, pero si Dios quiere, el primer sencillo sale para julio de este año. En las redes sociales va a salir todo.