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Eduardo Kobra

Kobra: las paredes son su lienzo

NUEVA YORK: En Bedford Avenue, la vía más concurrida de Williamsburg, una pared entera lleva la firma inconfundible de Eduardo Kobra, uno de los más famosos grafiteros del mundo. Kobra es un artista brasilero quien gracias a la seriedad de su trabajo ha logrado mostrar al mundo la fuerza artística de los grafitis. Él, quien decidió escoger las paredes como lienzos, entra en nuestras vidas con la fuerza de los colores y de la luz que lleva adentro. Sus grafitis nos comunican sueños, nos obligan a reflexionar y nos transmiten esperanza.

Ladrillos, muros de piedra y de cemento se transforman en una explosión de colores que no deja espacio para la indiferencia, son dibujos que hablan con la gente, con todos pero en particular con las personas que nunca han pisado museos y galerías, las que conocen de emociones y no de nombres famosos ni de estilos.

Su creatividad ha recorrido el mundo, sus murales han llegado a Polonia, Suecia, Estados Unidos, México, Italia. En cada uno de estos países ha dejado una huella imborrable y un mensaje de solidaridad a los menos afortunados, esos a los cuales dona belleza. Su firma es una denuncia contra la violencia, las guerras, las injusticias sociales.

En Río de Janeiro ha regalado alegría a las grises paredes de uno de los barrios más pobres, el Complexo do Alemão. En Sao Paolo un retrato de Oscar Niemeyer mira la ciudad desde la altura de un rascacielo en la Avenida Paulista, una de las calles más concurridas de la ciudad. Es un mural de 52 metros de alto por 16 de ancho. En Suecia ha celebrado a Alfred Nobel pintando su imagen en una gigantesca pared. Calles y personas del pasado son  rescatadas del olvido gracias a las obras de la serie “Walls of Memories”. El pasado se diluye en el presente en un juego de claroscuros que devuelven cuerpo a extraviados fantasmas.

Eduardo KobraEn Italia, en la Galería Dorothy Circus de Roma, hizo su primera exposición individual titulada “Peace” y para la cual preparó 10 caleidoscópicos retratos de personajes distintos y emblemáticos. Su piel de arlequín cubrió las imágenes de Gandhy, John Lennon, María Teresa de Calcutta, Bob Marley, Mandela entre otros. Siempre en Roma los ojos de Malala, la joven afghana quien lucha contra el oscurantismo talebano para que las mujeres tengan acceso a educación y cultura, dirigen su mirada al mundo desde una pared de 20 metros, en la fachada del MAAM (Museo dell’Altro e dell’Altrove). Esos ojos iluminan una de las calles de la periferia de la capital italiana en la cual viven y trabajan muchos inmigrantes.   Allí los ojos de Malala dibujados por el Kobra envían un mensaje de paz, de fortaleza y deseo de justicia.

Otro mundo es posible, es lo que gritan los murales de este increíble street artist brasilero con su geométrica explosión de colores y unos juegos tridimensionales con los cuales entabla un diálogo constante con el público, una conexión inmediata y una profunda complicidad con el que los mira.

Otro mundo es posible si lo deseamos juntos, si juntos luchamos para lograrlo, es el mensaje que firma en las paredes de las ciudades de todo el mundo.

Mientras miramos, sin cansarnos, el mural de Eduardo Kobra en Bedford Avenue lo imaginamos niño, con las manos llenas de colores, ansiosas de encontrar una pared en la cual plasmar sus emociones.

–       Nací en Sao Paulo – nos dice – en un barrio de periferia, uno de los más pobres, que se llama Campo Lindo. En realidad comencé a grafitear mi nombre en las paredes de las calles, en distintos lugares de la ciudad y también en la cima de algunos edificios. De esta forma entré en contacto con el grafiti y con la cultura hip-hop -.

–       ¿Por qué escogiste el grafiti como expresión artística?

–       Yo diría que fue el grafiti que me escogió ya que no tuve muchas alternativas. Viviendo en una zona donde no hay mucho acceso a la cultura, pintar fue la única forma que me permitió divertirme y expresarme. A los 12 años empecé a pintar en las calles pero ya desde los 8 llevaba siempre conmigo unos cuadernos de dibujo. Pintaba de forma ilegal y tres veces me llevaron preso pero decidí seguir adelante a pesar de las dudas de mi familia.

–       Hay quien dice que el grafiti es un arte efímero porque desaparece con el tiempo. ¿cuál es tu opinión?

–       Lo que el tiempo destruye la fotografía eterniza. Quien decide pintar en las vías tiene que saber despegarse de sus obras aunque, muchas veces, es posible tener algún tipo de control sobre ese desgaste, dependiendo del lugar y de la forma en la cual el mural está hecho.

–       No es fácil lograr respeto hacia los grafitis, imponerlos como forma artística al igual que otras expresiones ¿tú cómo lo has logrado?

–       No he creído nunca en el mito del pintor bohemio, he enfrentado siempre con mucha seriedad mi trabajo. He luchado, me he sumergido en cuerpo y alma en lo que quería hacer, he dedicado todo mi tiempo a esta actividad sin distraerme. Pienso que si yo mismo respeto mi trabajo las otras personas también lo harán y se verán reflejas en mi.

–       El grafiti es considerado un arte con gran significado social. La historia nos indica que el grafiti fue usado muchas veces para enviar mensajes políticos, ¿crees tú que tu arte debe contener un compromiso social y político?

–       Absolutamente. Desvincular el arte de las calles de su significado equivaldría a verlo como si fuera una ilustración hecha para un libro infantil, como si estuviera surgiendo de repente. Por el contrario hay que buscar la fuente que lo inspiró. De esa manera se entendería que no es una casualidad que el grafiti sea uno de los elementos de la cultura del hip hop.

–       ¿De dónde surgen tus inspiraciones?

–       No sigo un único camino, sigo mi camino. Cada día me siento influenciado por varios factores que muchas veces me traen recuerdos de mi infancia, de las reivindicaciones que han quedado dentro de mi por mucho tiempo. Hoy tengo la posibilidad de usar grandes espacios públicos para expresarme, para hablar de mi indignación por el maltrato a los animales, también para rescatar las ciudades del olvido del pasado o para promover el diálogo sobre cuestiones como la miseria y la educación en Brasil.

–       ¿El grafiti es tu única forma de expresión artística o te dedicas también a otras?

–       El grafiti es mi única forma artística. Todo mi esfuerzo está dedicado en mejorar mis pinturas y aún así es difícil, si yo tuviese que dividir mi tiempo entre distintas formas artísticas estoy seguro que no lograría llegar a tener resultados satisfactorios en ninguna de ellas.

–       ¿Es difícil ser artista en Brasil?

–       Si, aquí un artista logra tener una vida normal solamente si se lo propone y dedica a ello todos sus esfuerzos. No dan ningún tipo de incentivo para este tipo de actividades.

–       ¿En cuáles países has pintado tus murales?

–       Ya pinté en Polonia, Rusia, Italia, Francia, Estados Unidos, Suecia e Inglaterra.

En cada una de esas ciudades Kobra ha dejado su creatividad sumergida en las calles o suspendida en el aire desde las paredes de rascacielos. Todas podrían ser resumidas con una única palabra: amor. Amor a la vida, amor a la justicia, amor a su país, amor a la belleza.

Eduardo KobraVICEVERSA, PALABRAS DE IDA Y VUELTA

¿Qué es el arte para ti?: Vida.

Si pudieras abolir una cosa, ¿cuál sería?: Las guerras.

¿Qué es tabú para ti?: Prejuicio.

El verdadero lujo es… Ostentación.

¿Qué es más importante que el amor?: Dios.

En un mundo ideal existiría: Paz.

¿Qué pintabas a los 13 años?: Mi nombre.

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