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Diego Vadillo López
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Diego Vadillo López: La poesía se cruza con el arte

Versos que se transforman en dibujos, poemas que se cruzan con el arte. El Proyecto Internacional de Poesía Gráfica, con sus correspondientes Estaciones Mundiales, se ha transformado en una experiencia humana y creativa de gran espesor. En cada país ha dejado una huella profunda y el afán de volver a vivir una experiencia tan intensa y enriquecedora. Uno de los decanos del proyecto don Diego Vadillo López, escritor, profesor de Lengua y Literatura y crítico de Arte y Literatura madrileño, quien participa asiduamente en diferentes iniciativas de índole cultural, nos da sus impresiones.

 

¿Cómo surgió la idea de un Proyecto de Poesía Gráfica; por quiénes y cómo fue concebida la idea?

Todo ocurrió a partir de una calurosa tarde de finales de julio del año 2015 en la que me reuní con el pintor Tudor Serbanescu. Él iba a volver a su país y decidimos desarrollar un proyecto creativo colectivo que se sobrepusiera a las fronteras internacionales. A Serbanescu siempre le interesó la gráfica, no en vano había realizado múltiples trabajos como ilustrador y pensó que estaría bien reunir a una serie de poetas conocidos con el objeto de que aportasen algunas de sus creaciones para que él les otorgase una dimensión plástica. Paulatinamente fueron sumándose más versificadores hasta quedar conformado un nutrido plantel de bastante calidad, mediante el cual quedaban representados varios continentes.

 

Y ¿cuándo surgió la posibilidad de echar a andar por el mundo este proyecto?

En el mismo momento de su lanzamiento, toda vez que Serbanescu y yo teníamos la intención de que cada participante se comprometiese a llevar a cabo al menos un evento que incluyese la recitación de los poemas y la exhibición de los dibujos que los ilustraban en algún espacio cultural así como una cierta difusión del mismo.

 

¿Cuéntenos un poco acerca de quiénes son los poetas, todos llegaron al mismo tiempo? ¿Cuántos de ellos son latinoamericanos?

No, comenzamos siendo doce participantes y al final hemos terminado siendo dieciséis. Dieciséis somos los que figuramos en la antología en que quedó plasmado el proyecto, pero a lo largo de los eventos se han sumado otros muchos vates en los distintos países en que ha tenido lugar la propagación de esta fascinante aventura.

 

¿Cómo recibió el público madrileño la Primera Estación del Proyecto, quiénes participaron?

Muy bien, y gracias a ello obtuvimos el suficiente impulso como para seguir adelante. En ese primer evento estuvimos Tudor Serbanescu, Dusica Nikolic Dann, Blanca del Valle y yo mismo.

 

¿Podría decirnos en qué países se ha presentado el proyecto y si se atrevería a colocarle una personalidad a las diferentes estaciones, es decir calificar a cada estación con un adjetivo; tiene alguna que le haya gustado más que otras en particular?

Ciertamente, todas han tenido su encanto, un encanto basado precisamente en determinados matices diferenciales. En cada país ha recibido su idiosincrásica impronta. El de Madrid fue más convencional, pero al compartir protagonismo con un concierto musical, el acto ganó enteros. Le adjudicaría el calificativo “ilusionante”. Los de Rumanía fueron muy refrescantes ya que tuvieron lugar en galerías de arte, centros culturales o institutos de Secundaria, dando participación a los alumnos en la lectura de los poemas. Además sirvieron para afianzar el proyecto. Un adjetivo que se le adecuaría muy bien sería “afianzador”. El de Costa Rica diría que fue mi favorito, porque Alexander Anchía, su auspiciador, es un tipo inasequible al desaliento y promovió una velada elegantísima para la que contó con el concurso de la Unesco en ese país, acudiendo al acto la agregada cultural de tal organismo en Costa Rica, doña Montserrat Martell Domingo, y desarrollándose el recital en la magnífica e histórica sede de la Unesco en San José de Costa Rica. El adjetivo que le cabría a esta presentación podría ser “grandioso”. El evento de Costa Rica marcó un antes y un después y cuando llegó el de Brasil, no defraudó en absoluto, ya que el actor y poeta Tales Jaloretto le otorgó una impronta muy dinámica y exótica al proyecto. Generó toda una performance en la que se incluía música, interpretación… además los versos colgaban del techo y de las ramas de los árboles. Se podría calificar este evento como “audaz”. El de Argentina, llevado a cabo por Beatriz Rastaldo, toda una poeta de raza, fue muy afectivo y encantador, respirándose una fraternal atmósfera a la que contribuyeron sus correligionarios poéticos del colectivo “Artesanos de la Palabra”. El adjetivo que le otorgo es “entrañable”, como a la propia Beatriz. No menos fraternal fue el fastuoso evento de Chile, en el que el Movimiento Poetas del Mundo congregó a numerosos poetas de las más diversas procedencias. A dicha estación del proyecto le otorgo el calificativo de “grandioso”. El de Perú no les fue a la zaga al resto, teniendo lugar en Lima, en la sede de la veterana editorial Fondo de Cultura Económico. Allí compartieron velada entre otros el profesor Álvaro Torres Calderón y Emanuel Silva Bringas, editor este último de la revista cultural “Dúnamis”. Su adjetivo sería “perpetuador”.

 

¿Podrías escoger al azar un verso de cada autor y regalarnos un poema improvisado?

Me encanta este reto que me lanza de elaborar algo parecido a un cadáver exquisito empleando los mimbres por todos aportados:

Una boca cerrada a la tibieza (Alba Azucena Torres)

En esta ausencia de palabras (Luis Arias Manzo)

No se me permitió siquiera (Alexander Anchía Vindas)

Un concierto de perros callejeros (Beatriz Rastaldo)

Si te encontrase (George Roca)

En el silencio de la noche (Maggy Gómez Sepúlveda)

De repente (Elisei Virgil)

Una tarde / De pianos desafinados (Álvaro Torres Calderón)

Bajo el sol ardiente de la antigua Grecia (Dusica Nikolic Dann)

El tiempo nos dividirá (Domnita Neaga)

Con el perfume (Diego Vadillo López)

Trayendo al presente (Rita Valencia Saldivia)

Tesoros, nudos difíciles de callar (Ana Jiménez Herrero)

En su rosal mañanero (Blanca del Valle)

En la mirada del niño (Tales Jaloretto)

Bueno, este es el resultado tras hacer una pasada rápida seleccionando a vuelapluma versos conectables de todos y cada uno de los poetas.

 

Si alguien en los Estados Unidos o algún país latinoamericano, estuviese interesado en adquirir la antología ¿cómo podría hacerlo?

Es complicado porque se trata de una edición limitada, de culto, impresa en Iasi (Rumanía), no obstante, dado que parece haberse generado una demanda considerable seguramente, a no mucho tardar, editemos una segunda edición corregida y ampliada.

 

Finalmente ¿cuándo terminará este proyecto y cómo quisieras que se recuerde al libro que es lo que finalmente dará testimonio de este trabajo?

Lo hermoso del asunto es que el libro es plasmación de una fascinante aventura que ha ido creciendo gracias a la ilusión de gentes de los más diversos países, de hecho es la ilusión la que ha posibilitado que poetas que en muchos casos no se conocen personalmente hayan tenido a bien contribuir con su tiempo y esfuerzo a ir dando vida a un proyecto que, al cabo, se sostiene sobre las acciones de todos.

En cuanto a su final, el “Proyecto Internacional de Poesía Gráfica” no ha de acabar nunca, y no acabará mientras permanezca en el recuerdo y en la ilusión de los participantes y de cuantos nos han acompañado de manera generosa y fraternal. De hecho los lazos que se han generado merced al proyecto seguro que nos ofrecen la posibilidad de dar vida a nuevas y no menos ilusionantes aventuras.

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