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Lorena Arraiz Rodríguez

Dialogar la Paz

Todo iba bien entre el Gobierno colombiano y las FARC hasta que el 16 de noviembre fueron secuestrados por guerrilleros del frente 34, en el caserío chocoano Las Mercedes, a unos 30 minutos de Quibdó, el general Rubén Darío Alzate, el cabo Jorge Rodríguez y la abogada Gloria Urrego. El hecho ocurrió en medio de circunstancias “inexplicables” para el propio Gobierno, como que el general iba de civil y sin escolta, por ejemplo.

Ocurrido esto, a Santos no le quedó otra alternativa que suspender los tan cuestionados –queridos y odiados- Diálogos de Paz, luego de haber hecho de ellos su bandera política que lo llevó a la reelección en mayo pasado. 

La suspensión de esos diálogos generó reacciones de todo tipo, pero sobre todo, trajo consecuencias negativas a la imagen del recién reelecto presidente colombiano. Suspender los diálogos podía ser visto como falta de voluntad política para alcanzar la paz, pero continuarlos, sería visto como una hipocresía dada la situación burlesca de que las FARC secuestraran a alguien, mientras dialogan para dejar de hacerlo.

El pasado 30 de noviembre, fueron liberados el general, el cabo y la abogada. Y el 10 de diciembre se retomaron los Diálogos en la Habana. 

En cualquier caso, se trata de cómo el presidente Santos ha tenido que manejar el concepto o la creencia de la Paz en el imaginario colectivo colombiano, que lleva más de medio siglo de conflictos. Y es que cuando se habla de ideología, se habla de muchas cosas y todas deben ser contempladas a la hora de construir un discurso capaz de convencer a una población estricta y crítica, como la colombiana. 

La primera suposición es que  las ideologías son sistemas de creencias. Esto implica, entre otras cosas, que las ideologías, como tales, no comprenden las prácticas ideológicas o las estructuras sociales basadas en ellas. También implica que una teoría de la ideología necesita un componente cognoscitivo que pueda dar cuenta de las nociones de `creencia’ y de `sistema de las creencias’, dado que de éstas se ocupa la ciencia cognoscitiva contemporánea.

En segundo lugar, así como no hay ningún idioma privado, no hay ninguna ideología privada o personal. De allí que los sistemas de creencias son socialmente compartidos por los miembros de una colectividad de actores sociales. ¿Cuál es el sistema de creencias que prevalece en la cultura colombiana? ¿Cómo Juan Manuel Santos ha de manipular ese sistema de creencias para que no se le vengan encima –por sí o por no- los Diálogos de paz? 

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