En el trayecto de lo incierto habita lo ineludible: algo que llaman destino.
Sea como resultado de la suma de nuestras acciones o simplemente dando paso a la certeza de lo que tiene que ser, pues dicen que será en el momento perfecto y por la mejor razón.
En el trayecto de lo incierto habita lo ineludible: algo que llaman destino.
Sea como resultado de la suma de nuestras acciones o simplemente dando paso a la certeza de lo que tiene que ser, pues dicen que será en el momento perfecto y por la mejor razón.
Se trata de «hacer camino al andar», mientras se siente por fin la anhelada felicidad, que a veces llega por instantes y luego se va.
Y será…
Magia, sorpresa, alegría y tristeza.
Destino: si existes o no, enseña el sendero del perdón.
A tener siempre una sonrisa, a pesar del dolor.
A vencer a la soledad, aún estando en compañía.
A sentir la paz de la victoria, tras el trabajo sin descanso.
Labra en tu rumbo el amor.
Aguarda con amistades que inciten a crecer y marquen un antes y un después.
Y cuando mires atrás, permite respirar tranquilidad.
Destino:
Avanza, pero recuerda hacerlo sin prisa, que nadie quiere hacerse más viejo, pero sí más sabio.
Tú, navegarás siempre entre dos aguas… Serás la nada para los que te ignoran y la tabla de salvación para quienes lo dejan todo al azar.
Destino:
Poderoso, impaciente, silente… Borra de tus hojas las tristezas y escribe en tus andanzas poemas.
Suelta tus amarras, siembra un camino de flores y deja volar los sueños.
Sopla con fuerza y haz que caigan como lluvia fresca.
Deja espacio a la locura y abre paso a la voluntad.