Cuando me enteré de esta película, me interesó ver cómo retrataban psicológicamente a uno de los primeros casos conocidos de un ser humano que pasó por el bisturí para cambiarse de sexo más que la trama. Me es difícil ceñirme a comentar sólo los aspectos técnicos, que si la fotografía, la narración o el vestuario, sino que me interesó el trasfondo de como la transición de Einer Wegener a Lili Elbe afectó su relación pareja con Gerda Wottlieb.
La transexualidad, como muchos otros asuntos inherentes a la sexualidad humana, es bastante más complejo de comprender que de lo que se ve a simple vista, sobre todo. Cualquier ser humano tiene cuatro componentes en su sexualidad: Orientación sexual, sexo, identidad de género y rol de género. En palabras sencillas, la orientación se refiere a lo que te gusta, el sexo a la biología de ser hombre o mujer, la identidad de género es sentirse identificado con el sexo (con lo que se tiene entre las piernas) y el rol de género es la percepción social de lo qué es ser hombre o mujer. En la transexualidad hay problema con la identidad de género, y eso escala más allá de estar contento o no con lo que la naturaleza te dio.
Ser hombres o mujeres, y el cómo nos sentimos con ello, marca nuestra percepción del mundo y nuestra manera de relacionarnos con los otros. Esa dualidad de la mente y el cuerpo no es más que teórica, porque en la práctica somos una unidad, no dos piezas de un mismo engranaje.
Cuando Lili nace, muere Einer y su manera de relacionarse con el mundo. Lili es otra persona con la que Gerda no pactó convivir. Ella se casó con alguien que, de alguna manera, se desvaneció en la placenta donde se gestó otra persona.
Me imagino, porque hasta ahora no conozco a nadie cercano que haya pasado por algo parecido (siento no conocer a Caitlyn Jenner), que para la otra persona debe sentirse como una mezcla de engaño y muerte. No con eso quiero decir que todas las personas con disforia sexual (nombre psicológico de aquel con problemas de identidad de género) que están casadas con alguien que no sabe de esto, engañen descaradamente a sus parejas, porque a veces ni ellas mismas están al tanto de su propia condición o se lo esconden al mundo o lo niegan a ellas mismas, pero… Es tan complicado para el otro el darse cuenta de que se ama algo que en el fondo es diferente. Quizás haya parejas que encuentre la manera de sobrevivir a esto, pero no me atrevería a aportar a ninguna alternativa porque nada puede saberse a ciencia cierta cuando se trata de sexo y amor.
No sé cómo habrá resultado la historia de Einer/Lili y Gerda en la realidad, más allá de la nulidad del matrimonio declarada por una corte danesa. ¿Cómo habrán sido esas conversaciones donde se decían lo que esperaban cuando él empezó a vestirse de mujer y cuando se dieron cuenta que había resultado algo distinto? ¿O su vida mientras Einer y Lili se intercambiaban constamente? Toda la película me sentí inevitablemente atraída por la historia de Gerda. Creo que había una lucha entre lo que ella quería y lo que tenía en frente. Más allá de la sexualidad, eso es algo que nos toca a todos los seres humanos: Expectativa vs. Realidad.