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Desafíos de salud en las Américas

América Latina y el Caribe comenzaron el nuevo siglo mostrando mejoras ostensibles en varios indicadores de salud, tales como la expectativa de vida, los índices de mortalidad infantil y la frecuencia de enfermedades infecciosas. Sin embargo, la mayoría de los países todavía encaran desafíos enormes debidos a la persistencia o re-emergencia de viejas enfermedades, la aparición de algunas nuevas, causadas por la pobreza, una urbanización acelerada, y los problemas ambientales que afectan a todas las edades, pero especialmente a los niños.

 

Los determinantes sociales de la salud

Cada vez se acepta más que nuestra salud esté condicionada por diversos factores tales como la genética de cada persona, el status educacional y económico, el lugar donde se vive y las relaciones sociales. Es un amplio rango de factores que se denominan “determinantes sociales de la salud”.

Por ejemplo, la esperanza de vida de una niña hoy puede ser de 45 o de 80 años, dependiendo de donde nazca. Es por ello que las desigualdades socio-económicas, junto con la discriminación de género, racial y sexual plantean enormes desafíos a las autoridades sanitarias en América Latina y el Caribe, que es una región que manifiesta los desniveles de ingreso más grandes en el mundo.

Se calcula que el 35% de la población en América Latina y el Caribe vive en condiciones de pobreza, de los cuales casi el 13% vive en condiciones de extrema pobreza. Al mismo tiempo, más de 125 millones de personas no tienen acceso a los servicios de salud.

 

Enfermedades más frecuentes

Actualmente, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y los distintos tipos de cáncer son la mayor causa de muerte en varios países de la región. Además, el VIH/SIDA, la malaria, el dengue, el tabaco y el abuso de sustancias, las enfermedades crónicas y las discapacidades físicas y mentales, continúan ejerciendo un precio pesado sobre los servicios de salud en la mayoría de los países.

La enfermedad de Chagas o tripanosomiasis americana causada por el Protozoario flagelado Trypanosoma cruzi es endémica en América, distribuyéndose desde México hasta Argentina. Se calcula que se infectan por año entre 15 y 17 millones de personas, de las cuales mueren unas 50.000. La enfermedad tiene mayor prevalencia en las zonas rurales más pobres de América Latina, y está centrada en un factor fundamental: las condiciones precarias de las viviendas donde el transmisor –la vinchuca- encuentra el mejor cobijo. El virus Zika está causando numerosos problemas que afectan la salud de las madres y en muchos casos –aunque no en todos- provocan microcefalia en sus hijos.

Las enfermedades mentales continúan aumentando tanto en proporción como en números absolutos, aun cuando los casos declarados no representan la totalidad de las personas afectadas. Las personas con enfermedades mentales constituyen los pacientes más descuidados en la región, ya que en muchos casos sus necesidades básicas no son atendidas y además sufren el estigma de la discriminación social. Es por ello que entre las principales acciones que se recomiendan es integrar la enfermedad mental dentro de los cuidados primarios de salud, desarrollar más servicios comunitarios y combatir la discriminación.

 

Mortalidad infantil y materna

América Latina es ahora líder mundial en términos de disminución en las tasas de mortalidad infantil, la que ha disminuido gradualmente en la mayoría de los países de la región debido a políticas eficaces de salud pública y saneamiento.

Sin embargo, la desnutrición infantil continúa siendo una causa importante de mortalidad y enfermedad en los sectores más pobres.

Además, cuando se consideran las tasas de la mortalidad materna durante la última década, la brecha en este indicador entre países de América Latina y el Caribe por un lado, y los Estados Unidos y Canadá por el otro, sigue siendo importante. El riesgo de morir durante el embarazo, parto y post-parto es 50 veces mayor en los países en desarrollo que en los países industrializados de la región. Ello revela una asimetría que es necesario corregir con importantes acciones desde los organismos específicos de los estados.

 

La violencia

En varios países de la región, la violencia ha alcanzado proporciones epidémicas creando un clima de inseguridad general en algunas zonas, especialmente las más afectadas por el conflicto entre el Gobierno y los traficantes de drogas. Este es el caso de México, que se está extendiendo ahora  a varios países de la región.

Además, continúan los delitos contra la mujer. Homicidios de mujeres ocasionados por sus parejas cobran miles de vidas cada año. La ciudad mexicana de Juárez ha sido llamada «la capital de las mujeres asesinadas» por estos “femicidios”, un neologismo de nuestro tiempo.

También causa gran preocupación en la región la gran cantidad de jóvenes involucrados en pandillas o “maras”, que han creado o aumentado una gran problemática social con serias consecuencias médicas como discapacidad, depresión y ansiedad que se traducen en jóvenes que viven cada vez más al margen de la sociedad.

Este es un momento crucial para continuar la implementación de un modelo de promoción de salud  y adoptar nuevos conceptos de protección social para reducir la exclusión de sectores amplios de la población. Particularmente el sector de los ancianos quienes, en muchos casos, no están adecuadamente cubiertos por programas de seguros de salud.

Como expresión de mi experiencia debo señalar que más allá de  los problemas de infraestructura y de acceso a los servicios de salud y a la falta de recursos, pude advertir el mal uso que se hace de los que están disponibles. Esta es una profunda cuestión cultural que es necesario revertir con esfuerzos continuados y políticas públicas de educación permanente.

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