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Desaceleración de China

Después de años de permanecer aislada dentro de su muralla, hace unas décadas China se convirtió en un mercado masivo, las fábricas de occidente se mudaron a ese país en busca de menores salarios y los productos chinos se difundieron en todo el mundo. Son productos baratos, desechables y sin el examen de las empresas que cuidan que el proceso de sus productos pase por un buen control de calidad. El factor de Peter dice “todo llega a su nivel de incompetencia”.

Anterior a la pandemia ya había noticias de que la economía de China estaba en desaceleración, pero la pandemia vino a ser el detonante. En marzo y abril sufrió una gran desaceleración Al ser un país con millones de obreros el confinamiento vino a estrangular la actividad productiva. La demanda de las exportaciones se está desvaneciendo, mientras las otras economías lidian con el alza de precios y el incremento de las tasas de interés.

En un mundo tan globalizado la desaceleración de China está afectando a otros países, la repercusión se percibe en las fábricas alemanas, en las de automóviles en Estados Unidos y en México. Las empresas como Apple, General Electric, advierten a los inversionistas sobre los problemas de producción y entrega, así como sobre la disminución en sus ventas.

La comercialización de autos se ha derrumbado, Tesla por poner un ejemplo vendió 512 autos fabricados en Shanghái en abril, 98 % menos que los más de 65 mil que vendió en marzo. Toyota no cumplió con sus plantas de producción debido al confinamiento en China, calcula que podrá producir menos autos de los que tenía programados. En México hay lista de espera para comprar un automóvil.

La cadena productiva, en general, está afectada, Brasil, Australia, Chile abastecen de petróleo, cobre y hierro. En Estados Unidos, sufren con la inflación, las familias están recurriendo a sus ahorros de una manera que está afectando el presupuesto familiar, aunque el gobierno trata de ocultarlo.

Los problemas económicos de China agravan la inflación en Estados Unidos. Lo que sucede en China impacta al crecimiento global, las grandes economías son interdependientes.

Apple reveló que los confinamientos en China le costarán a la compañía entre 4 y 8 mil millones de dólares en pérdidas por problemas en la cadena de suministro. En Japón, Sony Group Corp. y Nintendo reportaron que las limitaciones de suministros vinculadas a China afectarían negativamente a la producción de sus consolas de videojuegos. Sony aseguró que el confinamiento en Shanghái ha dificultado que las empresas fabriquen y envíen las piezas que utilizan en sus máquinas. En Alemania se ralentizó la producción manufacturera, desde el inicio de la pandemia en el 2020 y hace tres meses por la invasión rusa de Ucrania.

Los precios de medicinas en México registraron en marzo un incremento por la guerra, el alza de las materias primas y por el retraso de las compras. Los servicios de salud públicos sufren por la escasez de medicamentos, lo que obliga a las familias a gastar de su bolsillo. El incremento del acero está perjudicando gravemente la industria de la construcción y el precio de la gasolina se refleja en toda la cadena alimenticia.

Las crisis que enfrenta China, como el rápido envejecimiento de la población, la enorme disparidad de riqueza, la corrupción endémica, los desequilibrios económicos estructurales, la burbuja inmobiliaria e incluso la degradación ambiental solo pueden ser resueltas a través de reformas y el establecimiento del Estado de Derecho. Algunos habitantes de Shanghái se han quedado sin alimentos por el confinamiento. Los optimistas aseguran que China se recuperará, los estímulos del gobierno van a impulsar un crecimiento más vertiginoso.

En México, Panam le da la pelea a Nike y Adidas con tenis totalmente mexicanos, la empresa produce tenis con insumos nacionales, incluso con diseño mexicano. Pero cuidado, según la OCDE, México es tercero en jornadas laborales de 60 horas, lo que va en contra de la salud y productividad. Lo que no podemos es perder la esperanza, el panorama no está nada halagüeño y no queremos más afectaciones a la salud mental.

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