El Alcalde de Guadalajara (México), Enrique Alfaro, quiere acabar con la tradición de las calandrias, las carretas tiradas por caballos, un símbolo de Guadalajara desde principios del Siglo XX. Por capricho un regidor de la época las mandó pintar de negro y las ruedas de amarillo; gracias al ingenio del pueblo las bautizaron como “Calandrias” por el parecido con el pájaro. Con el argumento de la protección a los caballos, el Alcalde sin una consulta a diferentes grupos ya mandó construir una versión de carruaje eléctrico, que dice pagarán los propietarios de las calandrias. Pero, los calandrieros no tienen recursos para pagar el capricho.
El modelo, argumenta, tiene las características de los primeros carruajes que recorrieron la ciudad, no le importa que no tenga que ver con la tradición ni que va a congestionar el centro de la ciudad con más vehículos motorizados.
Historiadores y amantes de las tradiciones como el Guadalajarólogo Guillermo García Oropeza dice que la tradición se debe de conservar enfocándose en más cuidados a los caballos. En Nueva York se presentó un debate parecido con los grupos protectores de animales y concluyeron que sigan circulando en Central Park. En Japón conservan una tradición desde 1868, el Rickshaws, un carro de dos ruedas tirado por una persona, que en un día recorre unos 30 kilómetros. Es jalado por una persona atlética y el elegido considera un honor ser aceptado para tal labor.
La tradición se mantiene como reliquia histórica y atracción turística, el costo del viaje, unos 1900 pesos por un recorrido de dos horas. Las tradiciones fortalecen el sentido de pertenencia a la comunidad, la cultura define la visión del entorno que nos rodea y protege la conexión con los ancestros. El sentido de pertenencia al grupo es una necesidad humana, se expresa a través del cultivo de la herencia étnica, religiosa y cultural. Las tradiciones, tienen varios elementos: algún tipo de ritual ceremonial, involucran a un grupo de personas, son cuidadas por guardianes como los cronistas, los historiadores que tienen acceso al conocimiento detrás de los rituales sagrados y se encargan de difundirlo. Una tradición puede tener un impacto profundo y duradero en la forma en que la persona se ve a sí misma en el futuro.
Las tradiciones son el conocimiento vivo y existente. Son dinámicas pues con el paso del tiempo van cambiando, aunque en algunos casos, la atención se centra en mantenerlas exactamente cómo son. Es importante mantener las tradiciones de los pueblos ya que transmiten valores compartidos, historias y objetivos de una generación a otra, motivan a las comunidades a construir una identidad colectiva, que a su vez da forma a las identidades individuales. Los seres humanos creamos cultura, la forma de pensar, sentir, actuar, la lengua que hablamos, las creencias, la comida y el arte, todas son expresiones de la cultura. Cada pueblo ha obtenido sus tradiciones con el paso del tiempo pasando de una generación a otra, conservando y modificando las que afectan los derechos humanos y de los animales. Pero ¡qué incongruencia, prohibieron los animales en los circos y defienden las corridas de toros y las peleas de gallos!, no entiendo. La cultura desechable, consumista, materialista y los políticos son depredadores de las tradiciones. Al paso que vamos, si seguimos sin cuidar nuestro idioma, nuestra comida, nuestras tradiciones, las generaciones presentes quedarán a la deriva, sin rumbo y sin amor a su patria.