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Covid-19: ¿qué impacto tendrá esta crisis en cada uno de nosotros?

Ayer, una amiga me preguntó, ¿cómo nos afectará en lo personal esta crisis? Quedé mudo.

Donde se trata de la condición humana:

dicen que se dijo que dijeron, el agua y el viento dicen, que García Márquez, habría escrito que la única vez que a un ser humano le es permitido mirar hacia abajo a otro ser humano, es para extenderle una mano y ayudarlo a salir de la situación en que se encuentra.

Pero estamos viviendo en los inciertos tiempos del virus de la muerte y se nos dice que guardemos la distancia, o podríamos desafiar al destino y encontrarnos cara a cara con la muerte.

Quizás el impacto que tendrá en cada uno de nosotros esta nueva situación se encuentre en la respuesta a una simple pregunta, ¿que haría yo en ese caso?, extendería la mano o seguiría mi camino.

No creo que exista una respuesta buena o una respuesta mala, sería muy fácil, no estamos en los tiempos de blanco o negro.

Dicho esto, quizás ello nos dé un indicio de cómo cambiaremos y cómo seremos al salir, si se sale, del tiempo de la incertidumbre, del sentirse impotente y del miedo a lo desconocido.

Tras hacerme la pregunta, pasé la noche en vela.

Para conciliar el sueño amplié el campo de mis interrogantes.

¿Querría volver a ser el mismo?

Temblé, el regreso al pasado, por lejano, primitivo, puro en su comienzo por lo que no lo habíamos vivido, me espantaba. En un punto de ese pasado iniciamos nuestro recorrido, y hay que ver adónde hemos llegado.

¿Querría volver a vivir en la misma sociedad?

Me aterré, la antigua, la que afortunadamente se está destruyendo engendró la desgracia colectiva. Nos llamamos sociedad y no éramos otra cosa que un puñado de individuos cuyos valores e intereses avanzaban con nosotros dejando de lado a la mal llamada sociedad.

Pensé en los amores que quedaron en el camino, ¿murieron por el virus de la costumbre?, me interrogaba, ¿murieron por la desigualdad en la entrega?, ¿murieron por lo que el amor pasó a ser un producto de lujo, falsas luminarias para una elite?, ¿o simplemente murieron por lo que el amor todavía no era amor y necesitaba reinventarse para dejar atrás al pasado y renovarse, y aun siendo divino ser también humano?

Pensé en el tiempo perdido, y me sumergí en un torbellino devorador de recuerdos, de oportunidades perdidas, de aciertos flotando en un mar de desaciertos, pensé en la necesidad imperiosa que sentía de destruir el reloj y abrazar la hora 25, la de los fantasmas, la del cambio.

Miré la mano que se estiraba desde el fondo del agua, y horrorizado retiré la mía, el reflejo, mi reflejo, retiraba su mano.

Hice tabla rasa de las leyes que regían la sociedad en que me tocó vivir, dejé que mi viejo yo se hundiera y diera paso a mis sueños del mañana.

No seremos los mismos, nada será lo mismo, me dije, y pude conciliar el sueño.

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